martes, 10 de junio de 2008

11 de Junio: Revelación del "Axión Estín"


La Virgen llamada del "Axión Estín" es un icono de la Virgen entre los más antiguos y más venerados sobre la Santa Montaña del Athos.

Su nombre, aparentemente extraño, está formado por las dos primeras palabras de un himno mariano que se reza y se canta muchas veces en el oficio diario bizantino, y en la Divina Liturgia. La fama del himno y del icono surge, según la tradición en el año 980. Fue en ocasión de hecho milagroso en el cual el Arcángel Gabriel apareció a un joven novicio para enseñarle una primera parte para el himno mencionado. El hecho tuvo una gran resonancia en la República monástica del Athos y en todo el mundo ortodoxo. Desde entonces la memoria del prodigio se celebra con gran pompa el 11 de junio de cada año, día aniversario del evento prodigioso. En tal ocasión se realiza una solemne procesión con el icono.

El himno Axión estín

El icono lleva el nombre de un célebre himno a la Madre de Dios que se canta muchas veces al día en las Horas del Oficio bizantino y en la Liturgia Eucarística. La antífona, escrita en griego, comienza con las dos palabras Axión estín, y se compone actualmente de dos partes, cada una delas cuales tiene su historia, que se pueden traducir así:

1 – En verdad es digno y justo, a ti alabarte,oh Theotokos, siempre Bienaventurada e Inmaculada Madre de nuestro Dios.
2 – A Ti, que eres más venerable que los Querubines, e incomparablemente más gloriosaque los Serafines, que sin perder tu Virginidad, has dado a luz al Verbo de Dios. A ti, que eres verdadera Madre de Dios, te ensalzamos.

La parte más antigua del himno es la segunda, que comienza con las palabras griegas "Tin timioteran...", y que forma parte de una composición más amplia, llamada "Canon", compuesta para Maitines del Viernes Santo. Su autor fue San Cosme a cuyo nombre se agrega el de Melódico, por el estro poético de sus himnos, donde el profundo sentido teológico es expresado por una lengua rica de vida y por una melodía que le es propia. Se trata de un poeta de probable origen siculo (pueblo que dio origen a Sicilia), capturado por los sarracenos y llevado a Damasco, donde fue rescatado por el padre de San Juan Damasceno y adoptado. Convertido así en hermano adoptivo del Damasceno, lo sigue en la Laura palestina de San Saba, donde ambos tomaron el hábito monástico y compusieron numerosos himnos que están en los libros litúrgicos bizantinos. San Juan Damasceno murió en el 749 y fue sepultado en el mismo monasterio. En tanto Cosme, que había sido elegido obispo de Maiuma, ciudad costera de Palestina, cerca de Gaza, retornó en fecha imprecisa a San Saba, donde reencontró al hermano Juan y lo asistió hasta la muerte. Él murió en alrededor del año 751, y fue sepultado. San Cosme Melodos se celebra el 14 de octubre, fecha de su muerte.

Según la tradición, el himno compuesto por San Cosme agradó tanto a la Virgen Santísima que se le apareció en sueños para agradecerle la consolación que le brindaba en el día de la Pasión de su Hijo, y para decirle:

"Yo lo prefiero a todos los otros himnos y estaré presente allí donde sea cantado, bendiciendo a cuantos me bendigan".

Eso explica la introducción en todas las Oras diurnas y nocturnas del Oficio bizantino.

El huésped misterioso

A su vez, la primera parte del himno, aquella que comienza con las palabras Axión estín, y que dará su nombre al icono mariano, tiene por origen un hecho prodigioso ocurrido en la Santa Montaña del Athos. El lugar del prodigio no se sitúa en uno de los veinte monasterios soberanos del Monte Athos, sino en una de las doce Skiti , la que lleva el nombre de Karies, destinada a convertirse luego en la capital del pequeño Estado monástico y que se encontraba en una zona más central de la península, llamada entonces Messos.

El origen de la fama del icono mariano y del himno del cual toma el nombre está en el hecho prodigioso narrado por los monjes, verificado en el 980, cuando el Monte estaba ya poblado de monasterios y de ermitas. En una de ellas, situada en un valle entre Karies y el monasterio del Pantocrator y dedicado a la Dormición de la Madre de Dios, vivía, junto con un joven discípulo, un monje de gran virtud. Un día, debiendo el anciano (Calogero) llegarse a la iglesia del Protaton, para tomar parte de la vigilia nocturna, dijo al joven: "Tú permanece aquí y esfuérzate por recitar el Oficio lo mejor que puedas".

Llegada la noche, el joven novicio sintió llamar a la puerta de la ermita, y, al abrirla, se encontró delante de él con un joven con hábito monástico, que pedía hospitalidad. Él lo recibió con gozo y espíritu de afabilidad, como se suele hacer siempre en el mundo monástico. A medianoche, el joven y su huésped se pusieron a cantar juntos el Oficio. Llegados al momento del canto "Tin timioteran", que se solía acompañar con incensación al icono de la Madre de Dios, el misterioso huésped avisó al novicio y se puso a cantar primero la estrofa del "Axion" estín que mencionamos.

El joven no conocía el himno. Dijo por eso a su compañero: "Aquí cantamos solamente el Tin timiteran y nunca nosotros ni nuestros padres han conocido el Axion estín. Te ruego que me escribas las palabras, a fin que también yo sepa cantarlo".

El desconocido consintió y pidió papel y pluma para escribirlo. El novicio le dijo que había en la ermita. El monje pidió entonces una laja sobre la cual grabó profundamente con el dedo las palabras del himno, y agregó: "Es así que vosotros y todos los ortodoxos cantaréis de ahora en adelante esta oración". Dicho esto, desapareció.

Al regreso del anciano ermitaño, el novicio le mostró la laja y cantó el himno que había aprendido. El anciano quedó grandemente sorprendido y se apresuró a llevar el maravilloso documento a los ancianos del monasterio vecino y les contó el prodigioso evento. Se difundió así la convicción de que el Cielo mismo se decidió a enseñar un nuevo himno en honor de la Theotokos, porque el huésped misterioso no podía ser otro que el mensajero de la Anunciación, el Arcángel Gabriel. La preciosa laja fue entonces llevada a Constantinopla. El Patriarca y el emperador, informados de lo acontecido, y hechas las debidas investigaciones, prescribieron cantar el Axion estín en todas las iglesias. Desde entonces el himno "Axion estín" se canta con solemnidad en la Divina Liturgia Eucarística y en el Oficio.

En lo que respecta al icono mariano delante el cual tuvo lugar el prodigio, los monjes de la Santa Montaña la transportaron solemnemente a la Iglesia primacial, llamándola desde entonces Panaghía del Axion estín.

La fiesta del Axion estín

También la ermita donde tuvo lugar el hecho recibió el nombre de "Axion estín", y el valle el de Adein, o "del cantar". Para celebrar el prodigio fue instituida una fiesta, cuya fecha fue fijada para el 11 de junio, día en que aconteció el evento. En ese día los monjes de Karies van a celebrar la Divina Liturgia en la ermita de Adein, y recuerdan junto a la Panaghía del Axion estín, al Arcángel Gabriel. El libro litúrgico del Menea tiene en el día 11 de junio la siguiente inscripción: "Sinaxi del Arcángel Gabriel en el cantar".El Sinasario en versos, así expresa el objeto de la fiesta, dirigiéndose al Arcángel Gabriel:

Una vez tú has cantado el Ave a la Virgen, hoy tu cantas el Axion estín.

Los monjes del Monte Athos han compuesto para la ocasión un oficio propio, del cual ponemos aquí la traducción de algunos párrafos que contienen clara alusión al origen y al sentido de la fiesta misma:

Pueblo monástico del Athos, alégrate y exulta en este día, canta tu reconocimiento a la Virgen porque fue Ella que por medio del Ángel quiso hacer conocer este himno angélico: Es verdaderamente justo alabarte y glorificarte como Madre de Cristo Nuestro Dios y Creador. Tú eres más excelsa que los Querubines, más santa que los Serafines, y eres Tú la que salvas nuestras almas de todo peligro. Gabriel ha dejado las ondas celestes y se apareció al monje en forma extraña, y él cantó tu alabanza, oh Virgen, en una fórmula por él desconocida, agregando así un prólogo al himno que en un tiempo Cosme había modulado. Un día Gabriel bajó del Cielo para anunciar a la Virgen la buena nueva y decirle: Ave. Hoy, él le enseña a la Santa Montaña el canto de este himno admirable: Es verdaderamente justo glorificar a la Santísima.

El icono: Una Virgen de la Ternura

El icono original de la Virgen se venera en el santuario del Protaton, o sea en la iglesia primacial de Karies. Está puesta sobre el trono episcopal que domina el presbiterio. Esta colocación en el interior del santuario y detrás del macizo iconostasio que separa la nave central y el santuario, vuelve el acceso al icono casi imposible a los simples fieles que frecuentan la iglesia. Además, el icono recubierto de un revestimiento de plata repujada, que permite admirar únicamente los rostros de la Madre y el Niño, ennegrecidos por el humo de las velas. Placas de metal encuadran los bustos de Madre e Hijo, hay medallones conteniendo bustos de ángeles y de santos. En correspondencia a la cabeza dela Virgen dos ángeles sostienen una preciosa corona adornada de perlas y piedras preciosas, apoyándola sobre la cabeza de la Virgen. El icono es accesible sólo en ocasión de solemnes procesiones, una de las cuales se cumple en las calles de Karies el lunes de Pascua y en otras raras ocasiones.

Baste señalar que el icono salió sólo tres veces del Monte Athos (1963, 1985 y 1987), llevado a Grecia donde fue recibida con honores de jefes de Estado. Todo hace difícil el examen del icono, debiendo el observador contentarse con raras fotografías en el curso de los siglos. Se trata de un icono de la Virgen con el Niño (Brephocratousa). El tipo iconográfico es el de la Eleusa (dela ternura), pero en su variante de Glicofilusa, en la que la Virgen abraza y besa tiernamente al Niño, quien como en la famosa Virgen de Vladimir, apoya sobre el brazo derecho de la Madre que lo sostiene afectuosamente con la mano izquierda, buscando contenerlo en sus vivaces movimientos que hace para girarse y que le descubren el brazo y el pie. En la mano derecha lleva una hoja sobre la cual están grabadas las palabras Axion estín. El rico y pesado maphorion de la Madre de Dios es invisible pero se lo puede admirar a través del grabado hecho sobre la placa metálica.

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