sábado, 14 de junio de 2008

Sábado de la Trinidad



Con los Santos, haz reposar, oh Cristo,
las almas de tus siervos,
donde no hay enfermedad ni dolor ni gemido,
sino la vida eterna.

Se estableció el recuerdo a todos los Cristian0s difuntos el Sábado anterior a la fiesta de Pentecostés, porque a través del hecho del descenso del Espíritu Santo, finalizó la edificación de la salvación humana, pero en esa salvación también participan los difuntos. Por eso la Iglesia, elevando sus oraciones en Pentecostés por la edificación de todos los vivos por el Espíritu Santo, pide también la Iglesia el mismo día para los difuntos la bendición del Todosanto y Todosantificante Espíritu Consolador, del cual se hicieron merecedores aún en vida, que la bendición sea fuente de beatitud para ellos, ya que por el Espíritu Santo "toda alma se vivifica"; por eso, en la víspera de la fiesta, el Sábado, la Iglesia lo dedica a recordar a los difuntos y a orar por ellos. San Basilio el Grande, que compuso las emotivas oraciones de la Víspera de Pentecostés, en ellas dice que el Señor ese día se digna a recibir la oración por los difuntos, incluso por aquellos que están en el infierno.

No hay comentarios: