sábado, 26 de julio de 2008

Patriarca de Constantinopla llega para celebrar la evangelización de Ucrania



El Patriarca Ortodoxo de Constantinopla, Bartolomeo I, llegó a Ucrania para asistir este fin de semana a las celebraciones oficiales con motivo del 1.020 aniversario de la cristianizació n de este país eslavo.


Bartolomeo I se reunió con el presidente ucraniano, Víctor Yúschenko, y ofició misas en la Laura de Kiev y la Catedral de Sofía por la evangelizació n de la antigua 'Rus de Kiev', el estado precursor de la actual Ucrania y partes de Rusia y Bielorrusia.'Su visita honra a todos los cristianos ortodoxos de Ucrania y da un fuerte impulso para la unidad y la concordia de las iglesias ortodoxas del país', declaró Yúschenko al recibir al Patriarca de Constantinopla, según la agencia Unian.Bartolomeo I respondió que el Patriarcado de Constantinopla, 'cuna de la ortodoxia y centro de enlace entre todos los cristianos ortodoxos del mundo', desea 'ayudar a las iglesias hermanas de Ucrania y conducirlas a la paz y la unidad'.


El caso es que en Ucrania, país con 47 millones de habitantes, funcionan tres iglesias ortodoxas, la principal de ellas subordinada a Rusia, cuyas relaciones canónicas entre sí siguen sin arreglarse.Son la todavía poderosa Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú (11.000 parroquias), la Iglesia Ortodoxa de Ucrania (3.000) y la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Ucrania (más de 500).


Yúschenko, quien pretende librarse de toda influencia de Rusia, planea unificar a las tres en una iglesia independiente de Moscú y cuenta con el respaldo del Patriarca de Constantinopla, aunque choca con el rechazo del jerarca ortodoxo ruso, Alejo II.El Patriarca ruso viajará el sábado a Ucrania para asistir a los festejos, pero ya hoy Moscú acusó a Kiev de 'faltar el respeto al cabeza de la Iglesia Rusa y a millones de creyentes rusos', por recibir por todo lo alto a Bartolomeo I y 'silenciar' la visita de Alejo II.La Iglesia Ortodoxa rusa, por su parte, acusó a las autoridades ucranianas de intentar 'privatizar la historia de la antigua Rus', y a sus grandes protagonistas: la princesa Olga y su nieto, el príncipe Vladímir, quien cristianizó al país hace 1.020 años.'Declarar patrimonio nacional de un solo pueblo la hazaña de Santa Olga y Santo Vladímir es como declararse el único descendiente de Adán y Eva', dijo en Moscú el obispo Mark, jefe adjunto del departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado ruso.Añadió que 'todos los pueblos de la Gran Rus (Rusia), Pequeña Rus (Ucrania) y Rus Blanca (Bielorrusia) hemos salido de la misma pila bautismal de Kiev y hemos recibido juntos el bautizo', según la agencia rusa Interfax.


Según la historiografí a tradicional, el príncipe Vladímir de Kiev decidió en el año 988 asumir el cristianismo por la Iglesia de Constantinopla, cuyo Patriarca envió al clero ortodoxo que bautizó a los habitantes del país en las aguas del río Dnieper.

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