martes, 30 de septiembre de 2008

Oración a la Madre de Dios pidiendo su Protección


Oh Virgen Santísima, Madre del Señor de todo lo creado, Reina de los cielos y la tierra y Defensora todopoderosa de nuestro pueblo. Acepta de tus humildes siervos este himno de alabanza y acción de gracias y presenta nuestras oraciones ante el trono de tu Divino Hijo. Ruégale para que se muestre misericordioso con nosotros y derrame abundantemente sus gracias sobre aquellos que te honran y veneran con fervor y amor en tu milagroso icono. Nosotros no somos dignos de recibir su perdón por la multitud de nuestros pecados pero intercede por nosotros, oh Señora nuestra, para que seamos perdonados ya que esto es posible para ti y nosotros corremos a ponernos bajo tu poderosa protección. Escucha a los que te ruegan, acógenos bajo tu velo milagroso y pide a tu Hijo que conceda celo a los pastores; sabiduría y fuerza para los que nos gobiernan; rectitud e imparcialidad a nuestros jueces; comprensión y humildad a nuestros líderes; amor y concordia para los casado; obediencia para nuestros niños; paciencia para aquéllos que han sido ofendidos; temor de Dios para aquéllos lo ofenden; consuelo para los afligidos; alegría para aquéllos que se regocijan, y para todos nosotros el espíritu de sabiduría y piedad; espíritu de misericordia y mansedumbre; el espíritu de castidad y verdad. Sí, oh Señora Santísima, se misericordiosa con los débiles: reúne a los dispersos; guía a los que caminan errantes; acompaña a los ancianos; concede la pureza a los jóvenes y guarda a los niños; acógenos bajo tu protección misericordiosa. Levántanos de la profundidad del pecado e ilumina nuestros corazones para que caminemos por las sendas de la salvación. Muéstrate misericordiosa con nosotros en esta vida y acompáñanos cuando nos presentemos ante el Juicio de Dios. Recuerda a nuestros padres y hermanos que han partido de esta vida, ruega a Dios para que puedan compartir la gloria con los Ángeles y los Santos. Oh Señora nuestra, alegría de los que están en el cielo y confianza y consuelo de los que están en la tierra. Tú eres la esperanza y la defensa de los que recurren a ti con fe por eso te suplicamos, como Auxiliadora omnipotente y nos encomendamos a ti por los siglos de los siglos. Amén

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