miércoles, 26 de noviembre de 2008

Preparación de la fiesta de nuestro Patrón el Santo Apóstol Andrés, el primer llamado.


Nos preparamos para celebrar la fiesta de nuesto Patrón el Santo Apóstol Andrés, el Primer Llamado. Ha de ser este un momento de gratitud a Dios que desde hace cinco años nos permite reunirnos en esta pequeña Iglesia, morada y trono de su gloria y donde su Gracia es derramada abundantemente sobre todos los fieles que vienen a ella por intercesión de nuestros Santos Patrones San Andrés y San Nicolás.

La preparación a la fiesta, que concluirá con la visita de nuestro Obispo Luka los próximos días 6 y 7 de diciembre, ha de estar acompañada por la oración y sobre todo por la celebración de la Santa Espovedania para poder participar en la Santa Comunión con el Cuerpo y la Sangre del Señor en estos días tan importantes para nuestra Parroquia.

A continuación os pongo el texto de la oración que hizo San Andrés ante la Cruz en la que iba a ser martirizado en la ciudad de Patrás. No ve el Santo Apóstol en la Cruz un instrumento de tortura, sino el medio incomparable de una asimilación plena con el Redentor, con el grano de trigo caído en la tierra y que espera germinar y dar fruto en abundancia.

¡Santo Apóstol Andrés, el primero de los llamados por nuestro Salvador para ser su Apóstol, ruega a Dios para que sean salvadas nuestras almas!

«Salve, oh Cruz, inaugurada por medio del cuerpo de Cristo, que te has convertido en adorno de sus miembros, como si fueran perlas preciosas. Antes de que el Señor subiera sobre ti, provocabas un temor terreno. Sin embargo, ahora, dotada de un amor celeste, te has convertido en un don. Los creyentes saben cuánta alegría posees, cuántos regalos deparas. Confiado, por tanto, y lleno de alegría, vengo para que tú también me recibas exultante como discípulo de quien fue colgado de ti. Cruz bienaventurada, que recibiste la majestad y la belleza de los miembros del Señor, tómame y llévame lejos de los hombres y entrégame a mi Maestro para que a través de ti me reciba quien por medio de ti me ha redimido. ¡Salve, oh Cruz, sí, verdaderamente, salve!».

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