viernes, 31 de julio de 2009

España vuelve a estar de luto


Hoy dos madres lloraban desconsoladas ante los cuerpos destrozados y carbonizados de sus hijos que han visto truncadas sus vidas en medio de la juventud (27 y 28 años). En los rostros de sus amigos y compañeros de trabajo lágrimas y tristeza.

No hay cosa peor para un padre que tener que enterrar a un hijo y no hay cosa más terrible que la muerte violenta de ese hijo. Queda un trauma que es difícil de sanar. Te atormenta, el no haberte despedido como debieras, el no haber hecho algo más en determinados momentos, el remordimiento por las veces que se reprocho algo y lo más terrible los besos y las muestras de cariño que no se dieron. Una madre sobre todo queda desolada, le han arrancado el fruto de sus entrañas, no volverá a ver más al que dio a luz y alimentó, al que cuidó cuando estaba enfermo y vio como daba sus primeros pasos. No hay consuelo posible y la única imagen que mantiene si son creyentes su esperanza es la la de la Madre de Dios, con el corazón traspasado al pie de la Cruz, contemplando el cuerpo destrozado de su divino Hijo muerto

La experiencia en los círculos cercanos, los amigos, es igual de desoladora: las despedidas, eso que no se había arreglado del todo. Afloran los sentimientos incontrolables, como un torrente que se derrama muchas veces mezclado con las lágrimas.

Los dos jóvenes que eran hijos, amigos, compañeros de trabajo… realizaban una labor que para los nacionalistas y todos los que jalean a los “hijos de la serpiente” es considerado como maldito, pero que sin embargo es apoyado por todos los demás en este país, pues luchan contra el crimen organizado y el narcotráfico, controlan y ayudan en las carreteras, proporcionan asistencia humanitaria en catástrofes y podríamos continuar la lista pero no creo que sea necesario.

Arriesgan su vida como dice su lema “Por Dios y por España”. A muchos estas palabras les repugnan a otros nos causan orgullo y a veces es necesario decirlo bien claro y posiblemente este sea uno de los momentos: estoy orgulloso de mi Fe en Dios y de ser español, de mis tradiciones, de mi historia y de mi lengua de la misma manera que un francés está orgullosos de ser francés o un italiano de ser italiano. La suerte que tiene ellos es que no tienen que soportar a ignorantes intolerantes que te digan “facha” porque te sientes orgulloso de lo que eres. Fui educado por mis padres en el respeto y la tolerancia a los demás y sobre todo hay algo que viví desde los primeros años de mi vida: la transición y la democracia, palabra que a ellos les gustaría borrar del diccionario pues lo único que les interesa es imponer su dicatadura ideológica a los demás ¿O es que un catalán o un vasco van a poder decir en voz alta que están orgullosos de ser catalanes o vascos y yo no voy a poder decir que estoy orgulloso de ser español? Y mientras no se cambie la Constitución, y mientras la Historia (con mayúsculas) de este país pueda leerse sin sus manipulaciones, ellos son también españoles aunque les queme por dentro.

El nacionalismo es una plaga despreciable que produce hijos de satanás como los que han puesto las bombas que iban dirigidas a causar una autentica masacre en Burgos y que han asesinado a dos jóvenes en Mallorca. Enfermos, con el alma podrida por sus ideas nacionalistas, su odio les lleva a asesinar, a extorsionar y a atemorizar a gente inocente que sólo ha cometido el pecado de no pensar igual que ellos.

Que Dios se apiade de ellos y de todos los que les apoyan ideológica, táctica, política y económicamente. Que sea Él el que transforme sus corazones pues es lo único que les podrá sacar de la cloaca en la que se encuentran llevados por su odio irracional.

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