viernes, 9 de octubre de 2009

Hipatia


Patético ha sido el preestreno de la última bazofia producida por el cine español. Eso sí, bazofia cara, muy cara, con gran presencia de faranduleros incluida una Infanta de España.

Patética la obra del ex-alumno de los Padres Escolapios, que ha evolucionado de creyente a agnóstico, concluyendo en ateo después del rodaje de "Hipatia"

Patética la falsificación histórica, la manipulación en contra del cristianismo, el aplauso de la pseudoprogresia de este país, o de lo que queda de él.

Ahora sólo queda que como borregos, acudan todos a verla y a alabar al mentiroso de Amenabar. Lo mejor del caso es que, como decía antes, la bazofia les va a salir cara ya que nadie quiere distribuirla en USA por su mensaje anti cristiano y sus errores históricos.

Juanjo Romero publicaba hoy aquellos datos que se conocen históricamente sobre esta filósofa alejandrina.

Datos que parecen más seguros

No se sabe exáctamente cuándo nació, pero sí que murió en marzo del año 415, en Alejandría.

Era miembro de una familia destacada. Su padre, Teón, fue un científico conocido, miembro del Museo, escritor, interesado en textos herméticos y órficos. Tenía una gran erudición matemática y astronómica, especialmente sobre sus predecesores alejandrinos, y contagió a su hija el interés por esas cuestiones.

El otro gran interés de Hipatia fue la filosofía. A propósito de esto formó un grupo (integrado por personas de buenas familias) que basaba su convivencia en el sistema platónico de las ideas y en lazos interpersonales. Esta comunidad presenta rasgos de influencia gnóstica: por ejemplo, hablan de misterios para denominar los conocimientos que les transmite su «guía divina», y creen que las personas de rango social inferior son incapaces de comprender estas cuestiones.
Gozaba de gran autoridad moral entre sus contemporáneos, que admiraban especialmente su autodominio, manifestado en la abstinencia sexual (se mantuvo virgen toda su vida), la modestia en el vestir (se cubría con el llamado «manto filosófico») y, en general, la moderación en el modo de vida.

No practicaba activamente el paganismo, ni le atraía el politeísmo; simplemente lo consideraba un elemento más de la cultura griega que tanto admiraba. Es decir, su platonismo no incluía la celebración de rituales, magia o adivinación.

De hecho, entre sus discípulos había cristianos y personas que simpatizan con el cristianismo (dos de ellos llegaron a ser consagrados obispos, como Sinesio de Cirene). Hipatia protegía a sus alumnos cristianos y había amistad entre éstos y sus compañeros paganos.

Se produjo un desencuentro entre el prefecto de la ciudad, Orestes, y el obispo Cirilo, por las injerencias de éste último en cuestiones civiles y los enfrentamientos entre judíos y cristianos (aunque hay que recordar que Orestes era cristiano, como correspondía en esa época a un representante del emperador).

Hipatia se puso del lado de Orestes y recordó a Cirilo el ejemplo de su antecesor, Teófilo, que, a pesar de ambición y su campaña contra el paganismo, no era dictador y buscaba y conseguía el apoyo de las autoridades imperiales: había colaboración armoniosa entre autoridades civiles y eclesiásticas.

De hecho, ella siempre se había relacionado libremente con las autoridades municipales y nunca nadie la había molestado; podía manifestar su independencia política en lugares públicos sin problema, y la gente sabía que los gobernantes buscaban sus consejos.

Ahora, en cambio, empieza a haber rumores de que ella es la causa de que obispo y prefecto no se reconcilien, que se acentúan cuando Orestes se muestra intransigente a una reconciliación con San Cirilo. Además, empiezan a circular otros rumores calumniosos sobre Hipatia y su relación con supuestas ceremonias mágicas, hechizos satánicos, etc.

Años 414-415: Hipatia pasa de observadora a participante activa en política, ayudando a Orestes a crear una especie de partido político; en respuesta, surge otro que apoya a San Cirilo. Los partidarios de éste último se hallan preocupados por la influencia de Hipatia y las relaciones influyentes que posee (entre ellas, algunos cristianos).

Marzo de 415: en plena Cuaresma, una multitud, al mando de un tal Pedro, se abalanza sobre la litera de la filósofa cuando ésta volvía a casa tras un paseo por la ciudad. La golpean y la arrastran hasta el Cesarión, un antiguo templo de culto al emperador transformado en iglesia, donde la golpean de nuevo con tejas; a continuación, llevan sus restos hasta el Cinareo, donde los queman.

El de Hipatia parece más un asesinato político, no religioso, provocado por viejos conflictos. Tras este hecho, Orestes renunció a la lucha y se fue de Alejandría para siempre, de modo que las únicas protestas que hubo, más bien tímidas, vinieron de los concejales. Finalmente la ciudad se pacificó.

Datos probables

Existen divergencias entre los expertos sobre la fecha de nacimiento de Hipatia. Las propuestas oscilan entre el 355 y el 370 d.C., aunque la primera resulta más verosímil; en otras palabras, es bastante probable que la filósofa alejandrina rondara los 60 años cuando fue asesinada.

El carácter exaltado de los alejandrinos pudo influir decisivamente en el lamentable episodio de la muerte de la filósofa. Dicho carácter se muestra en el hecho de que en aquella época hubo otros crueles asesinatos, como los de dos obispos impuestos a los alejandrinos por la corte imperial de Constantinopla: Jorge de Capadocia, que en el año 361 fue atado a un camello, despedazado y sus restos quemados; y Proterio, que en el 457 fue arrastrado por las calles y arrojado al fuego.

Igualmente, pocos años después del asesinato de Hipatia, en el 422, el prefecto imperial fue muerto en un tumulto. De hecho, el propio Patriarca San Cirilo reprochó al pueblo su carácter levantisco y pendenciero, en su homilía pascual del año 419.

Datos hipotéticos

Algunos creen que pudo estar casada con un tal Isidoro, aunque no hay datos que lo demuestren y, a la luz de lo que sabemos, resulta bastante improbable.

Es posible que la actividad política de Hipatia estuviera apoyada por los judíos de la ciudad, puesto que Orestes apoyaba a su vez la resistencia de éstos contra el Obispo.

Lo que no esté en este listado procede de la imaginación, fantasía y traumas del guionista y del director. Lo que contradiga los datos, de la mentira.

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