domingo, 24 de enero de 2010

I Domingo del Triodio


Ábreme las puertas de la misericordia,

oh Señor, Fuente de la Vida.

En tu santo templo vela mi espíritu

que tiene como templo mi impuro cuerpo.

Purifícame, a pesar de todo, por tu gran bondad,

según tu gran ternura, y tu amor compasivo.

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