jueves, 25 de marzo de 2010

Explicación del Padre Nuestro

‹‹Padre nuestro que estás en los cielos››

Hombre mío, ¿Llamas Padre a Dios? Bien lo llamas porque El es el Padre de todos. Pero cuida de hacer obras que agraden a tu Padre. Pero si haces malas obras, es obvio que llamas padre al demonio. Porque él es quien supervisa las cosas malas. Por eso trata de evitarlo y agradar a tu buen Padre y Creador.

‹‹santificado sea tu Nombre››

¿Entonces qué? ¿No es Dios santo? Sí, es santo, pero esto es lo que dices en la oración: “Santificado sea tu nombre, para que vean los hombres mis buenas obras y glorifiquen a mi Padre y Creador.”

‹‹venga a nos tu reino››

¿Entonces qué? ¿No es Dios rey se trata de que va a venir su reino? Sí, es Rey de todos, pero sin embargo exactamente una ciudad la cual fue rodeada por enemigos, pide que venga el ejército del rey y que la libere, así por lo tanto nosotros que fuimos rodeados por las fuerzas enemigas, por nuestros pecados y malos pensamientos, pedimos que venga el reino de Dios para que nos libere. Y explicando de otro modo: Como dice el profeta ‹‹Reinó Dios en las naciones›› (Salmo 46:9), usando el pasado como el futuro,

Así clamamos: Que venga tu reino, Señor, es decir que venga a nosotros tu misericordia.

‹‹Hágase tu voluntad así en el cielo como en la tierra››

Dice lo siguiente: Señor, como exactamente se hizo tu voluntad en el cielo y viven todos los ángeles en paz y no existe entre ellos alguno que empuje y otro que le corresponda el empuje, ni uno que golpee y que otro se deje golpear, sino que todos se encuentran en una paz infinita, así también se haga tu voluntad en nosotros los hombres que estamos en la tierra. Para que todas las naciones con una boca y con un corazón glorifiquemos a nuestro Creador y Salvador.

‹‹El pan nuestro de cada día dánoslo hoy››

Pedimos recibir el pan cotidiano. Sin embargo el pan del alma es la palabra de Dios, como dijo uno de los Santos: Hijo mío ‹‹abre tu boca para que digas la palabra de Dios›› (Proverbios 24: 76 y 31:8). Y por esto es bueno que a menudo conmemores a Dios que el respirar.

‹‹Y perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden››

Dice lo siguiente: Y perdona nuestras ofensas, es decir nuestros pecados y culpas, como nosotros perdonamos a aquellos hermanos nuestros que son culpables y pecan contra nosotros, también los libres y esclavos y todos aquellos que se encuentran bajo nuestra autoridad. Diciendo estas cosas, hombre mío, si lo haces así, comprende que es terrible caer como culpables en las manos del Dios vivo. Y puesto que te corregirás, regresa al Creador y Señor.

‹‹Y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del maligno››

Si Satanás pide cernernos como el trigo, exactamente como pidió también cerner a los apóstoles, y como obviamente fracasó, y como en la época antigua y con Job, no les des poder contra nosotros. Pero si un hombre perverso deseara tentarnos o nos haga mal, no nos dejes caer en su voluntad sino cúbrenos bajo la protección de tus alas.

‹‹Porque tuyo es el reino y el poder››

Señor, puesto que tuyo es el reino, no nos dejes temer otro reino, ni otra soberanía, si somos dignos del infierno por nuestros pecados. Tú, castíganos de cualquier modo que desees, y no nos entregues en manos de los hombres. Pero deja que en castigo caigamos en tus manos, porque como es tu grandeza, así es tu merced, Padre Todopoderoso en los siglos.

Amén.

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