domingo, 14 de marzo de 2010

Sinaxario del Cuarto Domingo de Cuaresma: San Juan Clímaco



Juan, quien vivió en la carne mas estaba muerto al mundo,
ahora sin aliento ni vida vive para siempre.
Ha dejado su obra, la Escala del Ascenso Divino,
mostrándonos los medios de su propio ascenso.
Juan murió el trigésimo día de marzo.


A los dieciséis años, este hábil varón se ofreció a sí mismo como santísimo sacrificio a Dios yendo a unirse al monasterio del Monte Sinaí. Al cumplir los diez y nueve años tomo un voto de silencio. Vivió por cuarenta años en la ermita del valle de Tole, cerca del monasterio, y siempre ardía con amor y el fuego del deseo por Dios. Comía cualquier cosa que no estuviese prohibida por la regla monástica, pero con gran moderación, rompiendo así el cuerno del orgullo. ¡Y qué mente podría expresar la fuente de sus lágrimas! Dormía sólo cuanto era necesario para no hacer daño a su cuerpo, aunque su mente permanecía vigilante aún en el sueño. Oraba sin cesar, y su amor por Dios no tenía límite. Vivió una vida de arrepentimiento agradable a Dios, y habiendo escrito su «Escala del Ascenso Divino», que exponía sus palabras de instrucción, durmió en el Señor estando lleno de bondad. También dejó muchos otros escritos.

Por sus oraciones, oh Dios,
ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.

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