viernes, 25 de noviembre de 2011

CÓMO EDUCAR A LOS HIJOS CRISTIANAMENTE

Estos son algunos consejos y advertencias para los padres que quieran educar a sus hijos espiritualmente sanos en medio de esta sociedad violenta y amoral.

A los padres se les presenta un gran dilema a la hora de plantearse el modelo de educación a seguir con sus hijos. La gran pregunta es: ¿Quieres qué tus hijos sean ricos, tengan éxito yo por el contrario quieres que sean honestos, buenos hombres y mujeres? Muchos cansados de los programas espantosos de la televisión, las series y dibujos violentos, los planes de educación diseñados por pedagogos ateos y llenos de hambre espiritual, buscan el camino recto a seguir y la orientación correcta para que los hijos no crezcan como una mala hierba en medio del camino, vacíos espiritualmente, en medio de la más absoluta permisividad y agostados por la sed de la verdadera espiritualidad.

¿Cuál ha de ser la primera responsabilidad de los padres? Centrarse en la misión de no permitir que el pecado entre en los hijos, protegerlos de las espinas y cardos de las malas obras y hacer que crezcan en medio de aquellas virtudes que los constituirán en hombres y mujeres de provecho y que harán que sus vidas sean beneficiosas para la sociedad.

El pecado no requiere esfuerzo y el alma, en su debilidad, disfruta en medio de sus influencias negativas. No crece siempre de la misma forma después de haber echado raíces en el corazón, por eso es muy necesario seguir el comportamiento de los niños y estar atentos a sus primeras manifestaciones. No es muy difícil contemplar como comienza a surgir el egoísmo. El niño siente placer en el tener cosas, al principio son sus juguetes y pronto surge el hecho de que no quiere compartirlos ni con sus hermanos ni con otros niños. Si no es corregido a tiempo y se le enseña a no decir “Mis juguetes” sino “nuestros juguetes” porque los comparto con mis hermanos o con los niños que están en el parque o en el colegio esto puede degenerar con posterioridad en una pasión desmesurada por poseer cosas materiales acompañado por el amor desmesurado al dinero y un corazón duro capaz de ver las necesidades de los demás.

Los niños y adolescentes de nuestro tiempo no se cansan nunca de pedir dinero, de exigir determinadas cosas alentados por una agresiva publicidad que fomenta el consumismo, disfrazada en estos días de buenos deseos navideños y villancicos. Cogen grandes pataletas o incluso pueden amenazar verbalmente o agredir a sus padres si sus deseos egoístas no son satisfechos. Tanto ellos y más ellas exigen la ropa de marca que ven en la televisión y que llevan los personajes de moda o el personajillo popular de clase o del grupo de amigos. Esto irá creciendo conforme ellos también crezcan y se convertirán en consumidores compulsivos, que desearán todo lo que les rodea y vivirán dominados por sus pasiones.

Una amiga me dijo que había dejado de llevar a sus hijos de compras con ella al supermercado. Cuando los llevaba, el carro de la compra subía hasta cien euros más de lo normal y al repasar lo comprado descubría infinidad de productos que los niños había pedido insistentemente normalmente porque aparecían en la televisión. Sin embargo cuando iba sola el valor de la compra descendía ya que podía comprar marcas blancas mucho más baratas y prescindía de artículos innecesarios como bollería industrial, bebidas y alimentos que no son precisamente ni necesarios ni tan siquiera beneficiosos para los niños por mucho que se empeñen en promocionarlos la publicidad de las grandes multinacionales.

Más grave es la situación a la hora de comprar la ropa, niños que sólo quieren vestir con chándales y zapatillas de marca, que exigen los uniformes de sus equipos de futbol , niñas disfrazadas de mujer con aire de busconas que quieren llevar la misma ropa que su cantante favorita…

Los padres ante estas situaciones tiene actuar lo primero con prevención anticipándose para que estos hechos no se produzcan, lo que hace necesario un buen conocimiento de las relaciones, de lo que ven y hacen sus hijos, no de una manera que resulte inquisitorial sino educativa y amorosa. Los niños han de ser llevados a la Iglesia por los padres para que reciban los Santos Sacramentos, se les han de enseñar las oraciones rezándolas con ellos en casa, se les han de comprar libros religiosos que hay muchos y muy buenos pensados para ellos, así como ponerles DVD de tema religioso. ¿Por qué han de tener como personaje preferido a Bob Esponja cuando hay videos con las vidas de Cristo y los Apóstoles, historias del Antiguo y Nuevo Testamento y pueden admirar a héroes como San Jorge o los grandes Santos y Santas de nuestra Iglesia Ortodoxa?

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