martes, 30 de abril de 2013

Martes Santo

 
El Martes Santo contemplamos la Parábola de las diez vírgenes en espera del esposo. Contemplando cómo debemos vivir nuestras propias vidas en espera, velando por nuestro Señor siempre y esperándolo ansiosamente como se canta en el troparío de estos días.
 
He aquí que viene el Esposo a medianoche;
 bienaventurado el siervo que encuentre velando;
mas el que está inadvertido, indigno es.
Cuida alma mía, de no caer en profundo sueño
y ser arrojada fuera del Reino y entregada a la muerte.
Mas velad clamando: Santo, Santo, Santo eres Tú, oh Dios;
por las intercesiones de la Madre de Dios,
ten misericordia de nosotros.

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