domingo, 31 de marzo de 2019

La Cruz +
Al principio hubo un árbol en el jardín del Edén. Nuestros padres desobedecieron a Dios y comieron de su fruto y por su desobediencia la muerte y el pecado entraron en el mundo que Dios había creado.
En el momento culminante de la historia, encima de una roca hubo un árbol seco, símbolo de muerte y de tortura, a él subió Cristo, el Dios-Hombre, cargando con nuestros pecados, obedeciendo hasta la muerte, De este árbol estéril ha brotado la vida, comiendo de su fruto obtenemos la vida eterna. La muerte ha sido vencida con su muerte en la Cruz..
El último día, cuando Cristo el Señor venga con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos, un Árbol servirá de balanza, pues en ese árbol se manifestó el infinito amor de Dios a los hombres y en el serán pesadas nuestras obras con la medida del amor.

viernes, 22 de marzo de 2019

SOBRE EL AYUNO

"Cuidado con aquéllos que consideran que el ayuno es sólo dejar de comer, Los que se abstienen de comer pero siguen pecando se pueden comparar con el demonio, que no come y no deja de pecar." (San Basilio el Grande)


HORARIO
22 de marzo: Fiesta de los Cuarenta Mártires de Sebaste (Calendario eclesiástico)
17:30 hh Horas
18:00 hh Liturgia de los Dones Presantificados. 
23 de narzo: 
8:30 hh Horas
9:00 hh Divina Liturgia (Sábado de difuntos) Litia y bendición de las Colivas
18:30 hh Vecernia
24 de marzo: DOMINGO DE SAN GREGORIO PALAMÁS
8:00 hh Utrenie
9:00 hh Divina Liturgia
Al finalizar la Divina Liturgia, Vecernia del día de la Anunciación (Nuevo calendario)

lunes, 18 de marzo de 2019

PROCESIÓN DEL DOMINGO DE LA ORTODOXIA

Parroquia Ortodoxa de Alicante













DOMINGO DE LA ORTODOXIA


En la Liturgia anterior a la proclamación de este domingo como el domingo del Triunfo de la Fe Ortodoxa, de la veneración de los Santos Iconos frente a la herejía de la iconoclastia, después del VII Concilio Ecuménico, en el día de hoy se celebraba a todos los Profetas que habían anunciado a Cristo.
Adán cayó, pecó y fue expulsado del Paraíso. Creado a imagen de Dios, lo contemplaba cara a cara, pero con el pecado destruyó esta imagen, se separó de Dios, fue expulsado del paraíso y entró la muerte en el mundo, quedando esclavo del pecado y del demonio.
Los Profetas del Antiguo Testamento, por inspiración de Dios anunciaron la encarnación del Verbo; Dios se les manifestó, les habló y reveló aquello que por la fe proclama en el Evangelio Natanael: “Rabí, Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel” Cristo es el Mesías que ellos anunciaron; en Cristo se cumplen todas las profecías; Cristo vence a la muerte y al pecado; aplasta bajo su pie a Satanás. Él es el nuevo Adán que nos abre las puertas del Paraíso.
Este Logos divino cuya encarnación fue anunciada en el Antiguo Testamento por los Santos Profetas es Cristo. Cristo es verdaderamente Dios, consubstancial con el Padre, y es verdaderamente hombre, consustancial con el hombre, menos en el pecado.
Cristo es el fuego que arde en la zarza del Sinaí sin consumirla y ante quién se postra Moisés y que era imagen del seno de la Santa Madre de Dios, que en si contuvo al que creo el universo, al Dios infinito que no la destruye al encerrarse en su seno finito.
Él es el autor de la nueva alianza firmada con su sangre, él es el que nos da la nueva ley pactada en el nuevo Sinaí, el Calvario.
Cristo murió, sus manos y pies fueron taladrados, descoyuntaron todos sus huesos; Cristo es el Rey de la gloria que destroza las puertas y dinteles del Hades con su Resurrección, según lo cantó el profeta y rey David.
Cristo es “Dios con nosotros” al que la Virgen da a luz; Él será la luz para todas las naciones, según lo anunció el profeta Isaías.
Lo que los profetas anunciaron bajo imágenes, nosotros lo hemos visto y lo proclamamos.
Los judíos no podían representar a Dios en imágenes porque: “Nadie ha visto a Dios”. Cuando los hebreos al pie del Sinaí, cansados de esperar la bajada de Moisés, quieren hacer una imagen de Dios para adorarlo, lo representan como un becerro, tal y como lo habían visto hacer en Egipto.
Nosotros, por la encarnación si que podemos representarlo, la prohibición de la Antigua Alianza ha caído porque Dios se ha encarnado, porque Dios está con nosotros, porque el Logos Divino se ha hecho hombre Cristo nuestro Dios.
Negar las sagradas imágenes es negar el misterio de la Encarnación divina, es negar que Cristo es Dios. Cuando nos postramos ante su purísima imagen, no adoramos el soporte de la imagen, ni tan siquiera la imagen misma sino a Aquél a quien la imagen representa.
Representamos también a la purísima Madre de Dios y a los Santos a los cuales no adoramos, sino que veneramos por encontrar en ellos los modelos a seguir en el camino que nos conduce a Cristo. Él es la Luz verdadera que nos ilumina y los santos representados en los santos iconos aparecen transfigurados por esta luz que ilumina sus rostros y envuelve sus vestiduras; luz divina e increada que manifiesta en ellos la imagen divina, su divinización y que hace de los Santos Iconos la representación del hombre purificado, de su naturaleza restaurada, de la semejanza de Dios.
En Cristo vemos al Padre: “Quien a mí me ve, ve al Padre”; de la misma manera en cada hombre vemos el icono de Cristo porque “Cuando hicisteis alguna de estas cosas con ellos a mi me lo hicisteis”. Por ello el diácono después de incensar los iconos inciensa al pueblo y se inclina ante él como imagen de Cristo.
Pero el hombre puede desfigurar en si está imagen por el pecado. Cada uno de nosotros se convierte en un iconoclasta que pisotea y destroza la imagen de Cristo que hay en él cuando peca, cuando se aparta de la luz de la gracia para entrar en las tinieblas del pecado, cuando no reconoce en sí la imagen de su Creador, cuando no reconoce en los demás la imagen de Dios. La gula, la fornicación, la avaricia, la tristeza, la cólera, la acedía, la vanagloria y el orgullo destruyen al hombre y lo conducen a la muerte.
Sin embargo, cuando contemplamos a los Santos en los iconos notamos que, si han sido pintados según los cánones ortodoxos, las imágenes son alargadas en una extensión permanente hacia Dios, tratando de hacer más espacio en ellos para que la Luz divina e increada brille a través de ellos. Esto lo podemos hacer realidad en nuestras vidas por medio del ayuno. Por medio de él nuestro cuerpo y nuestra alma se purifican de los pecados y de las pasiones, la naturaleza se afila, se “adelgaza” se espiritualiza y se limpia para que la luz de Dios pueda iluminar nuestras vidas después de esta purificación.
En la Creación, después de tres días Dios creo el sol. Cristo al tercer día se levanta de la tumba, sale de la oscuridad de la muerte. La Resurrección nos revela que ya no estamos bajo el dominio de la muerte que ha sido vencida; que el mundo ya no está dirigido a la muerte, sino a la transfiguración. Anticipándonos a esta transfiguración futura, a los nuevos cielos y la nueva tierra, el ayuno para nosotros es un estado de normalidad que como decíamos en el domingo anterior, nos retrotrae a ese Paraíso anterior a la caída. El ayuno junto a las buenas obras, a la ascesis y a la oración hacen a nuestro corazón sensible a la manifestación de la luz de Dios y de su gracia.
La fiesta de hoy nos brinda la oportunidad de actualizar, vivificar y fortalecer nuestra fe por medio de la celebración de la victoria de la Ortodoxia sobre todos los errores.
Afiancemos nuestra esperanza en que Dios conserve en nosotros su imagen santa.
Mantengámonos por medio de esta Santa Cuaresma en el amor de Dios, buscando por medio de las buenas obras honrar la imagen de Dios en nuestro prójimo.

viernes, 15 de marzo de 2019



CUARESMA Y PEREZA
El período de la Sagrada y Gran Cuaresma en el que hemos entrado este año una vez más por la gracia y la filantropía de Dios, no es solo un período de ayuno y abstención de ciertos alimentos, sino que es principalmente un período de ayuno de las pasiones, que puede ser transformadas por la gracia increada de Dios en virtudes, y ser beneficiosa tanto para nosotros como para nuestros prójimos.
Por eso Basilio el Grande describe el verdadero ayuno como "ser un extraño al vicio, controlar la lengua, abstenerse de la ira, distanciarse de la lujuria, de hablar mal, de mentir, del perjurio".
Además, es un período en el que tenemos que tratar con nosotros mismos y experimentar la virtud olvidada del autoconocimiento. Si lo conocemos, seremos guiados al arrepentimiento y la visión de Dios.
San Isaac el Sirio dice: "El que percibe sus pecados, es mayor que el que resucita a los muertos con su oración. El que se hace digno de verse a sí mismo, es mayor que el que es digno de ver a los ángeles".
El conocimiento propio también nos liberará del espíritu maligno que da origen a situaciones pecaminosas y mórbidas dentro de nuestras almas, como la pereza, la curiosidad vana, el amor por el poder y la conversación ociosa, de las que se habla especialmente durante este período, ya que se hace referencia a ellas. En la conocida oración de San Efrén el Sirio.
¿Qué es la pereza?
La pereza es la ociosidad y la inacción. "El que es perezoso y ocioso, ¿deja alguna tontería sin decir, algo malo que no ha oído?", dice San Basilio el Grande, y agrega: "La inacción sin temor de Dios es un maestro del mal y la maldad para aquellos que pasan su tiempo sin propósito. La pereza es el fundamento de la maldad. "
Por lo tanto, cuando alguien no está involucrado en un trabajo creativo, estando inactivo, comienza a pensar y hacer cosas pecaminosas y malvadas, conspirar contra sus hermanos, calumnia y acusa.
Es la fuente de todo mal ya que enseña todos los males y los que lo aman se convierten en maestros principiantes de la maldad. Y para mostrar lo peligroso que es un estado perezoso, destaca: No hay nada, absolutamente nada que no sea destruido por la pereza. Incluso el agua estancada se echa a perder, pero la que corre y conserva sus propiedades. Y se puede ver que la tierra no cultivada no posee nada bueno, excepto la hierba y las espinas y los arbustos y los árboles sin frutos, pero lo que se cultiva está lleno de frutos.
Por lo tanto, la pereza eventualmente lleva a la muerte espiritual, que es la separación del alma de Dios, razón por la cual los Padres de la Iglesia, que son anatomistas del alma y médicos experimentados, la clasifican correctamente entre uno de los pecados mortales.
Es lo que condenó a las cinco vírgenes insensatas y sin sentido en los evangelios, ya que pierden completamente el Reino de Dios y están fuera de la cámara nupcial.
Finalmente, en la Parábola de los talentos, la pereza hizo que Cristo hablara severamente pero con justicia al tercer siervo de la parábola, llamándolo "malvado y perezoso", mientras alababa a los otros dos siervos por la diligencia y el cuidado que mostraban.
Es tiempo, por lo tanto, que nos volvamos espiritualmente activos y diligentes en la alimentación de nuestras almas inmortales.
Es hora de apresurarnos a los Misterios Sagrados de la Iglesia para purificarnos de la suciedad de nuestros pecados.
Es hora de que mostremos el espíritu de trabajo a nuestros compañeros, a los desafortunados, a los enfermos ya todos los necesitados.
Es hora de vivir la adoración de la Iglesia, dentro del espíritu de amor, para enseñar lo que es bueno, para que podamos dar mucho fruto y que este fruto permanezca por toda la eternidad.


HORARIO
Viernes, 15 de marzo
18:00 hh Horas y Spovedanea
18:30 hh Liturgia de los Dones Presantificados (Proghiasmeni)
Sábado, 16 de marzo. SÁBADO DE SAN TEODORO (memoria de los difuntos)
9:00 hh Divina liturgia y bendición de las colivas
18:30 hh Vecernia
Domingo, 17 de marzo DOMINGO DE LA ORTODOXIA
8:00 hh Utrenie
9:00 hh Divina Liturgia y Procesión con los Santos Iconos.
¡Gloria a Dios por todo!


martes, 12 de marzo de 2019

Martes I de Cuaresma 

Final de las Grandes Completas y comentario al Evangelio del día

Los tres pilares de la Cuaresma son el ayuno, la limosna y la oración.



¿POR QUÉ AYUNAMOS LOS CRISTIANOS ORTODOXOS?

Al ayunar, un hombre levanta su alma sobre su prisión terrenal y penetra a través de la oscuridad de la vida animal a la luz del Reino de Dios, a su propia verdadera patria.

El ayuno hace al hombre fuerte, decisivo y valiente ante los hombres y los demonios.

El ayuno hace al hombre generoso, manso, misericordioso y obediente.

Al ayunar, Moisés se hizo digno de recibir los Mandamientos de las manos de Dios.

Al ayunar, Elías cerró los cielos, de modo que no hubo lluvia durante tres años; mediante el ayuno, hizo descender el fuego del cielo sobre los adoradores de los ídolos, y al ayunar se hizo tan puro que pudo, en el Horeb, hablar con Dios.

Al ayunar, Daniel fue librado de la muerte en el pozo de los leones, y los Tres Niños del horno de fuego.

Al ayunar, el rey David elevó su corazón al Señor, y la gracia de Dios descendió sobre él y cantó las oraciones más dulces y sobresalientes que cualquier hombre, antes de la venida de Cristo, haya levantado a Dios.

Al ayunar, el rey Josafat aplastó a sus enemigos, los amonitas y los moabitas.

Al ayunar, Esther y los judíos fueron salvados de la persecución de Haman.

Al ayunar, la ciudad de Nínive se salvó de la destrucción que el profeta Jonás había profetizado.

Al ayunar, Juan el Bautista se convirtió en el más grande de los nacidos de mujer.

Armado por el ayuno, San Antonio venció a las hordas de demonios y los expulsó lejos de él. Pero no sólo San Antonio, un ejército incontable de santos cristianos, tanto hombres como mujeres, se han purificado a sí mismos mediante el ayuno, se han fortalecido a sí mismos y se han convertido en los héroes más grandes de la historia humana. Porque conquistaron lo que es más difícil de superar: a ellos mismos. Y, al conquistarse a sí mismos, conquistaron al mundo y a Satanás.

San Basilio dice: "El ayuno fortalece el alma".

San Diodoro dice: "Los verdaderos ascetas se abstienen de comer, no porque consideren que eso es malo en sí mismo, sino en orden, a través de la restricción, de frenar a los miembros ardientes del cuerpo".

San Jerónimo dijo: "Para Dios, el Creador y el Señor del universo, el sonido de un estómago retumbante no es necesario, pero sin él no puede haber castidad".

Y finalmente, ¿no comenzó el Señor Jesús mismo con el ministerio divino de la salvación de la humanidad con un ayuno de cuarenta días? ¿Y no mostró Él, de esta manera, claramente que debemos comenzar seriamente nuestra vida como cristianos con el ayuno? Por su propio ejemplo, el Señor nos mostró cuán grande es el arma del ayuno. Con esta arma, venció a Satanás en el desierto, y con él venció a las tres pasiones satánicas principales con las que Satanás lo tentó: el amor a lo fácil, el amor a la alabanza y el amor al dinero. Estas son tres codicias destructivas, las tres trampas más grandes con las que el enemigo malvado de la raza humana atrae a los soldados de Cristo.

San Nicolás de Zica

lunes, 11 de marzo de 2019





EL SANTO AYUNO

Ayuna de juzgar a los demás.

Ayuna de decir palabras que ofendan.
Ayuna de ser desagradecido.
Ayuna de enojarte.
Ayuna de las preocupaciones inútiles.
Ayuna de la mentira.
Ayuna de los chismes.
Ayuna de tus pasiones.
Ayuna de darte importancia.
Ayuna de preocuparte por nada.
Ayuna de desanimarte.

Ayuna de todo lo que te separa de Dios.
No ayunes de la oración.
No ayunes de participar en los Santos Misterios.
No ayunes del amor.
No ayunes de la esperanza.
No ayunes de la paciencia.
No ayunes de perdonar.
No ayunes de comprender a los demás.
No ayunes de todo aquello que te acerca a Dios.






martes, 5 de marzo de 2019

LA SEMANA DE LOS LÁCTEOS
La semana de los lácteos previa al Domingo de la Expulsión de Adán del Paraíso, último de los domingos antes del inicio de la Gran Cuaresma, nos recuerda como estaban nuestros primeros padres en el jardín del Edén, y cual era su alimentación ausente totalmente de carne. 

El no comer carne, se cumple estrictamente en los monasterios ya que la profesión monástica es un anticipo en este mundo de esa vuelta a la situación previa a la caída de Adán.

El domingo recordaremos precisamente que la expulsión del Paraíso se debe a que Adán rompió el ayuno que le había impuesto Dios sobre el fruto del árbol del bien y del mal.