miércoles, 26 de noviembre de 2008

Los desmanes de la Iglesia Ortodoxa de Finlandia



La Iglesia ortodoxa de Finlandia ha sido obligada a aceptar públicamente la unión de personas del mismo sexo. Este es el precio que tiene que pagar la Iglesia finlandesa por ser la segunda iglesia oficial del País después de la confesión luterana. Lo peor del caso es que esta Iglesia parece haberlo aceptado bastante bien.

La Iglesia finlandesa ya tubo que aceptar el cambio de la fiesta de la fecha de la celebración de la Pascua separándose del Pascalión que une a toda la Iglesia Ortodoxa en la fiesta de la Resurrección de nuestro Señor para coincidir en la celebración de los protestantes, confesión mayoritaria del país con al que comparte la oficialidad.

Esta cooficialidad que hace a la Iglesia arrodillarse ante el Estado y la obliga a aceptar todo lo que este considere conveniente como el matrimonio de personas del mismo sexo lleva consigo la mordaza del mantenimiento de la Iglesia por parte del Estado con grandes subvenciones. Con el bolsillo lleno la Iglesia finlandesa inclina su cabeza, calla y acepta.

Todo ello se ve como un círculo vicioso. La Iglesia finlandesa convive sin problemas con la otra confesión mayoritaria del país y los obispos a los que dudo de llamar ortodoxos permiten y realizan toda clase de desmanes que los separan de la tradición ortodoxa. Permiten a los fieles acercarse a la comunión si antes haber confesado. En sus iglesias cualquiera puede acercarse al Santo Cáliz, sea ortodoxo o hereje, las mujeres también pueden hacerlo aunque tengan el periodo. Los matrimonios se pueden celebrar en los días de ayuno. Para no ofender a los herejes luteranos, han suprimido la exclamación “¡Santísima Madre de Dios sálvanos!” de sus oficios.

Los obispos Herman y Paul se han distinguido por los continuos cambios en los oficios divinos a los que han acostumbrado a los parroquianos, sobre todo en la supresión de partes enteras para abreviar y dejar oficios más cortos al estilo de los luteranos.

Nadie se extraña de ver luteranos con estijar sirviendo en los santuarios ortodoxos o cantando en los coros durante los servicios divinos y no sólo esto, sino que muchos sacerdotes, para alegría de los grupos de presión fumistas, visten a chicas con el estijar y las meten en los santuarios.

Públicamente los obispos finlandeses toman parte en solemnes celebraciones ecuménicas con sus colegas heterodoxos a los que se les permite celebrar también en las iglesias ortodoxas.

Todo recuerda la profecía de Daniel “La abolición del tiempo traerá consigo la abolición de la Ley” (Dan 7, 25) y aquí se cumple plenamente: la abolición del Pascalion trajo consigo la abolición de los Santos Cánones como el 7º de las Reglas Apostólicas, el 1º de Antioquía, o el 7º del II Concilio Ecuménico.

¿Qué hace Constantinopla ante todos estos desmanes? Por ahora calla.

No hay comentarios: