miércoles, 2 de diciembre de 2020

CERRADAS EN LA PASCUA Y CERRADAS EN NAVIDAD


Bélgica termina de prohibir la celebración de misas públicas, lo mismo que ocurre en cada vez más países de Europa, pero no sólo de la Europa católica o protestante, sino también en la ortodoxa Grecia el gobierno ha prohibido las Liturgias y ha mandado cerrar las iglesias.

Permanecieron cerradas durante la Semana Santa y la Pascua y ya se barruntaba que ocurriría lo mismo en la Santa Navidad. No se que ocurrirá en España. Por ahora siguen abiertas con aforos reducidos.
Lo que está claro es que no hay más posibilidad de contagiarse en una iglesia que en un supermercado, o en la calle Preciados de Madrid, este fin de semana pasado. Tendrán entonces que explicar porque cierran masivamente las iglesias ante la llegada de la Navidad, porque como se dice vulgarmente, "no cuela" Se puede ir a comprar a las grandes superficies los regalos navideños, se da en algunos sitios cierto respiro a la hostelería, se instalan mecadillos navideños... todo orientado a aumentar el gasto y el consumo, pero se cierran las iglesias como lugares peligrosos, focos de infección, antros insalubres... BASTA YA!!!
Olvidémonos los cristianos sin importarnos el nombre que pongamos detrás, de derechos y democracia como lo hemos entendido hasta ahora. En Europa los cristianos cada vez veremos más restringida nuestra libertad de culto y parece no importarle a nadie. Importa sí, cuantos podrán sentarse a comer langostinos el día de Navidad, no importa que sin Cristo no hay Navidad. Importa cuanto dinero se va a gastar la gente estas fiestas, no importa que el objeto de la fiesta es el nacimiento del Redentor.
Los cristianos ortodoxos por lo menos, tendríamos que ser conscientes de todo esto. Lo primero de todo es, que ante esta epidemia lo más importante que hemos de hacer es lo que nos están diciendo tantos Padres bienaventurados a los que nadie les hace caso: Arrepentimiento, pedir perdón con lagrimas por los pecados, volver los ojos a Cristo, confesar, tomar la Santa Comunión... De nada servirán las mascarillas, las vacunas, los test, nada de nada, si no hay un auténtico cambio y conversión; y segundo: Hay que dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del Cesar. No se puede poner nunca por delante de la Ley divina, una ley humana. Si vivimos en democracias, nadie puede atentar contra la libertad de culto y del derecho de los creyentes a reunirse.
La mayoría de los gobiernos de este planeta estarían encantados de borrar de un plumazo el cristianismo de sus países, incluido el gobierno de España. Todavía queda un resquicio de libertad, aprovechémosla mientras dure.