viernes, 8 de octubre de 2010

Rusia prohíbe la publicidad de curanderos, pitonisas y brujos

Una buena noticia llega de Rusia y no estaría mal que tomasen buen ejemplo otros países de Europa incluidos los ortodoxos.

Cuando lees la prensa a diario, llegas inevitablemente a las páginas de publicidad. Haced la siguiente prueba: Contad los anuncios que hay de distintas brujas, adivinos, pitonisas, curanderos, sanadores y demás amigos de lo sobrenatural. Después de los de prostitución, son los más numerosos y aunque en España se ha pensado en prohibirlos varias veces, el gobierno se ha encontrado con la oposición frontal de los grandes emporios del papel impreso, incluido el progre "El País" ¿Por qué, no son tan modernos, laicistas, comecuras, etc., etc., etc.,? Pues sí, pero a ver quien es el guapo que renuncia a los ingresos generados por esa publicidad.

Esta gente es despreciable en todos los sentidos, pues en la mayoría de las veces, se aprovecha de personas, normalmente, de personalidad débil, que desesperados buscan encontrar solución a un problema que les angustia. Peor aún son los que se aprovechan de aquellos que buscan una solución para una enfermedad incurable y les prometen el oro y el moro, previo pago del oro.

Esto se multiplica sobre todo en momentos de crisis en los que muchas veces hay personas que en medio de problemas económicos y sus derivados familiares, emocionales y psíquicos se lanza al vacío de la mentira y la extorsión que pregonan estos indeseables.

¿Cuál ha de ser nuestra posición como ortodoxos? Claramente lo dice la Sagrada Escritura. "No habitará en medio de ti bruja ni hechicero" (Ex 22, 18) Aquellos que practican la brujería o cualquier tipo de idolatría,chamanes, hechiceros, adivinos, curanderos, rechazan al Dios verdadero, Creador de todas las cosas, Padre, Hijo y Espíritu Santo y se arrojan voluntariamente al culto de Satanás, a la compañía de sus pompas y al servicio de sus órdenes.

¿Y aquellos que los consultan? Acuden al servicio de Satanás con gran perjuicio de sus almas y poniendo en peligro la integridad de su psique? El malastuto, sabe poner en boca de estos encantadores de serpientes, las palabras adecuadas para engañar a los incautos.

No hace mucho tiempo tuve la desgracia de toparme con una pobre persona que se encontraba en medio de esta telaraña. Durante años se había entregado a la nefasta práctica del yoga que han prohibido todos los padres teóforos de estos tiempos, sobre todo nuestro bienaventurado Padre San Serafin Rosse, que precisamente podía hablar alto y claro pro haber sufrido su nefasta influencia antes de su conversión a la Santa Fe Ortodoxa, después tonteó con la idolatría tibetana, práctico los rituales de la brujería wicca.

Acuciada esta persona por los demonios que la acosaban se entregó a prácticas chamanicas de sanación pensando que eso la libraría de los tormentos que sufría su alma. Todo en vano. Creyendo librarse unos males, se entregó a otros peores, todos orquestados eso sí por el enemigo de las almas. Perdió veinte kilos y cada vez su voluntad era más débil. Una amiga la trajo a la Iglesia, era incapaz casi de sostenerse. Lo negaba todo, solo quería descansar, escapar, en definitiva morir, pues creía que sólo muriendo se liberaría de aquello. Y era todo lo contrario pues definitivamente se vería abocada a la eterna oscuridad. Su madre vino de su país de origen, se hicieron molitvas, recibió el aceite santo, pudo por fin comenzar a liberar su alma en la Spovedanea.

Cuando se encontó mejor, su madre, mujer de fe inquebrantable se la llevó, visitaron a un auténtico psicoterapeuta ortodoxo, padre espiritual de un famoso monasterio, visitaron las tumbas de nuestros bienaventurados Padres y Madres, las reliquias santas, confesaba, comenzó a recibir el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo y por las oraciones y lágrimas de los que la querían y la intercesión de la santísima Madre de Dios, ahora, después de cuatro años, está felizmente casada, tiene un hijo al que puso por nombre precisamente Ciprian, en honor del Santo protector contra el poder maléfico de los hechiceros . En alguna ocasiones vuelve a tener intentos de ataques por parte del enemigo, pero ahora cuenta con un arma inquebrantable: su fe ortodoxa, acrisolada en medio de tantos sufrimientos.

Como este caso seguro que hay miles. Bien hecho por Rusia, a ver si cunde el ejemplo.

Rusia prohibe la publicidad de curanderos, pitonisas y brujos

Hace dos años fue condenado a pena de cárcel el curandero ruso Grigori Grabovoi, que prometió resucitar a los 200 niños fallecidos durante el asalto a la escuela de Beslan, acaecida en 2004. Grabovoi, bien conocido en el país por sus “milagrosas” concentraciones multitudinarias, ofreció devolver la vida a los afligidos padres de los niños por el módico importe de 1.300 euros por niño.
El caso Grabovoi no es excepcional en Rusia, un país con una desmesurada fe en la magina y lo sobrenatural. Pero los brujos deberán buscar nuevas formas de promocionar sus servicios, en tanto la Duma Estatal ha acordado la prohibición de publicitarse en prensa a todos aquellos que “promuevan poderes sobrenaturales”. El número de curanderos sobrepasa al de médicos en Rusia: 800.000 por 620.000 doctores titulados, según la Duma.

En la actualidad, reporta la agencia de noticias RT, es habitual encontrar una miríada de anuncios de augures que prometen pronosticar el futuro, romper un hechizo, recuperar a un marido infiel, traer suerte a los negocios o curar todo tipo de enfermedades. Según la promotora de la nueva Ley de Publicidad, la diputada Tatyana Yakovleva, del comité de salud de la Duma, el negocio del esoterismo en Rusia asciende a 2.000 millones de dólares.
Un estudio llevado a cabo por la agencia de encuestas Levada el pasado mes de agosto concluyó que el 20% de los rusos han visitado a curanderos alternativos para tratarse sus problemas, un porcentaje que duplica a quienes han acudido a un psicoterapeuta. Uno de los canales más populares del país, TNT, emite los viernes un programa en horario punta llamado “Batalla de los Psíquicos”, en el que dos supuestos telépatas compiten para resolver una serie de problemas.

El patriarca de Moscú celebró con estas palabras la aprobación de la ley: “Ningún país civilizado puede tolerar esta proliferación de gente que se autodenomina “magos” y “milagreros”.

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