jueves, 20 de noviembre de 2014

20 de Noviembre: San Gregorio el Decapolita

 
San Gregorio el Decapolita
 
San Gregorio el Decapolitano nació en la ciudad de Decapolita (diez ciudades) en Isauria durante el siglo ocho. Desde su juventud amaba el templo de Dios y los servicios. Leía la Sagrada Escritura todo el tiempo con reverencia.  
 
Se fue de su casa en secreto para evitar el matrimonio que sus padres habían arreglado. Deambulaba por toda la vida; estaba en Constantinopla, Roma, Corinto, y vivió como un asceta en el Monte Olimpo por un rato. San Gregorio predicaba la Palabra de Dios en todos lados, denunciando la herejía iconoclasta y fortaleciendo la Fe y firmeza de los Ortodoxos, quienes los herejes de ese tiempo oprimían, torturaban, y encarcelaban.
 
San Gregorio alcanzó a recibir los dones de profecía y milagros por su esfuerzo asceta y la oración. Después de superar las pasiones y alcanzando la altura de virtud Dios le permitió escuchar el canto de los ángeles alabando la Santísima Trinidad. San Gregorio dejó el monasterio de San Menas (cerca de Tesalónica) donde había estado por mucho tiempo. Se fue a Constantinopla para batallar la herejía iconoclastia. Llegando a la capital una enfermedad lo debilito y pasó al Señor en el año 816. 
Enterraron San Gregorio en un monasterio en Constantinopla y muchos milagros ocurrieron en su tumba. Por consiguiente los monjes movieron las reliquias de San Gregorio a una iglesia donde la gente las podía venerar.
 
Los Turcos saquearon Constantinopla en el año 1453. Un oficial turco llevó las reliquias de San Gregorio a la región Danubio. En el año 1498 Barbu Craivescu, gobernante de la Tierra de Rumania (Waláchica) se enteró de los milagros de las santas reliquias. Las compró por una suma considerable de dinero. Barbu Craivescu puso las reliquias en la iglesia del monasterio Bistritsa que él fundó en Rimnicu Vilcea donde continúan hasta  este día.

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