domingo, 16 de enero de 2011

Sobre la Fe Ortodoxa

Cuando ves la situación en la que se encuentran algunas parroquias ortodoxas de este país comprendes alguns afirmaciones de sus sacerdotes. Se crea en ocasiones una dependencia enfermiza entre el acogido y el acogedor, por no utilizar otra expresión de carácter más científico. Mejor es creer que esto es una realidad a pensar que el sacerdote que hizo la declaración siguiente en el Diarío de Alcalá piensa que es correcto lo que dice y es lo que le enseñaron en la facultad de Teología:

"El bautizo y el resto de sacramentos de una (la Iglesia Ortodoxa) son válidos en la otra (Roma), y viceversa. También tenemos obispos, sacerdotes, y no hay tanta diferencia en la doctrina”

La contestación vino dada por Jacobo Quintero-Touma del Patriarcado de Antioquía.

La enseñanza de la Iglesia es clara, la teología dogmática de la misma es clara y la tradición es clara. Hay uniformidad. Que un obispo, un patriarca o incluso un sínodo local rompa o contradiga esa uniformidad no implica que la Iglesia Ortodoxa no tenga uniformidad en su creencia. Las mayores herejías de la historia de la Iglesia han nacido de Obispos y estas grandes herejías no rompieron la uniformidad de la creencia de la Iglesia, sino que confundieron a los seguidores de los mismos por un tiempo limitado.

La Iglesia es clara en su enseñanza y tradición. No hay Iglesia fuera de la Iglesia, no hay Cuerpo de Cristo fuera del Cuerpo de Cristo y por lógica consecuencia no hay sacramentos fuera de los sacramentos ni misterios fuera de los misterios, acontecidos sólo dentro de la Iglesia. Estos existen solamente dentro y en, la Iglesia Ortodoxa de Cristo.

Todas las agrupaciones humanas: grupos filosóficos, protestantismo, entidad vaticana y todas las otras sectas, estan fuera de la Iglesia, por ello no existen misterios o sacramentos allí donde NO EXISTE IGLESIA.

Si el día de mañana yo creara una nueva "religión" y "bautizara" gente en el nombre de la Trinidad, eso no implica que ello sea un bautizo ni implica que la Iglesia de Cristo deba reconocerlo como tal. Pueden pasar 1000 años y mi religión creada seguir existiendo, pero esos mil años no harán que mi invento sea un misterio o un sacramento de la Iglesia. No es la antiguedad de las instituciones la que genera base sacramental, sino la pertenencia a la Iglesia de Cristo, de la que, la entidad vaticana y otras sectas NO forman parte.

La Iglesia de Cristo está sostenida sobre la sangre de los Apóstoles, la confesión de fe de los mártires y el sacrificio de todos quienes entregaron su vida por defender la Verdad. Si esta Verdad es ignorada o dejada de practicar por un obispo, un patriarca o un sínodo en algún lugar o tiempo determinados, esto no implica que la Verdad de la Iglesia sea confusa o que no exista uniformidad en ella, sino que alguien no la está practicando o entendiendo bien.

Esto no afecta a la Iglesia o a su dogma, sino a quienes están confundidos por este error.

Si nuestros obispos recordaran su fuerte juramento episcopal, hecho en su consagración y su obligación constante de predicar y defender la Verdad siempre, no tendríamos estas discusiones, pues la Verdad y Uniformidad de la Iglesia se mostraría con la misma LUZ ante todos.

La herejía no deja de ser herejía porque salga de la boca de un Obispo o sacerdote. Nestorio y Orígenes son la mayor prueba de ello.

Que a algunos Obispos se "autoconfundan" o proclamen una verdad a medias, no implica que la Iglesia no tenga Uniformidad en su creencia, sino que implica que ellos por algún inerés, están apostatando de la fe de Cristo parcialmente y están confundiendo a su rebaño.

A Dios corresponde juzgar, no a nosotros. Pero a nosotros sí nos corresponde proclamar la Verdad claramente y mostrar la LUZ tal cual fue mostrada hace dos milenios.

Un gran saludo a todos desde el Monte Athos de Grecia y una muy Feliz Navidad del antiguo calendario desde el corazón de la Ortodoxía... Aquí, dónde las herejías o confusiones no afectan la Ortodoxa fe pues ella sigue proclamándose con fuerza y en su misma UNIFORMIDAD quizá porque los cocteles y las páginas sociales de los diarios son poco relevantes en esta Santa Montaña.

Gloria a Dios por ella.

Jacobo Quintero Touma




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