Partimos de una premisa evidente: no puede aparecerse la Madre de Dios a
alguien que está en el error de la heterodoxia.
En cuanto a las apariciones de la Madre de Dios tanto en Fátima como en
Lourdes, para los cristianos ortodoxos no deberían de ser más que aberraciones
y engaños producidos por el demonio con el objetivo de introducir aún más en el
caos a la parasinagoga romana. Para ello no tendríamos más que examinar los
textos de las apariciones para descubrir la falsedad de las mismas.
Falsificar éxtasis, producir resplandores en el cuerpo y ardores sensibles
en el corazón; producir falsos sentimientos y suavidades sensibles. Estos y
otros fenómenos semejantes los vemos frecuentemente en los textos de algunas
pseudomísticas latinas como Catalina de Siena, o Teresa de Jesús, que más bien parece que están transmitiendo
una orgia sexual que un encuentro con el Redentor. Curiosamente son
experiencias místicas exclusivamente femeninas y no he encontrado igual en la
Ortodoxia
Curar, incluso instantáneamente, ciertas enfermedades extrañas producidas
por su acción. Claro está que no se trata propiamente de curación, sino tan
sólo de "dejar de dañar". Como la pretendida enfermedad era debida
exclusivamente a la acción de Satanás, cesando la causa, desaparece el efecto.
El mejor ejemplo de esto lo encontramos en la sagrada escritura en el Libro del
Santo Job.
Puede substraer los cuerpos a nuestra vista interponiendo entre ellos y
nuestra retina un obstáculo que desvíe la refracción de la luz o produciendo en
nuestro aparato visual una impresión subjetiva completamente diferente de la
que vendría del objeto.
En Lourdes (Francia), cuando Bernardette pregunta a la supuesta aparición
mariana quién es, ésta le contesta diciendo que es la Inmaculada Concepción!!!
Ya está, no hace falta nada más para descubrir el error y el engaño ya que esta
inmaculada concepción de la Madre de Dios es una herejía que separa a los
latinos de la ortodoxia de la fe. Es este un dogma inventado durante la Edad
Media y propagado especialmente por los franciscanos incluso en contra de las
mismas enseñanzas de Tomás de Aquino que basándose en las escrituras y
enseñanzas de los Padres defendía la doctrina ortodoxa de la Iglesia. Durante
toda la Época Moderna, esta confrontación sobre todo entre dominicos y
franciscanos unos en contra y otros a favor fue tomando tal cariz que era ya
más cosa de estado, estando involucrados es su favor hasta los mismos Reyes que
pedían insistentemente la proclamación del error como dogma para la los
latinos. No teniéndolo claro los papas de Roma se abstuvieron de proclamarlo
hasta el 8 de diciembre de 1854. Una vez poclamado el dogma, cuatro años después
en el 58 de produce este fatal engaño del demonio que confirma el error ya
promulgado.
Sería totalmente imposible que la Madre de Dios se apareciese diciendo algo
tan contrario a lo que es la fe de la Iglesia. En cuanto a las curaciones la
respuesta está dada anteriormente, el demonio puede dejar de causar el daño que
infringe obteniendo un mal mayor con ello.
Otra de las apariciones famosas en nuestro tiempo ha sido la de Fatima
(Portugal) Cual es el principal motivo de error en ella que nos ha de llevar a
descartarla totalmente: La supuesta aparición pide que se rece por la
conversión de Rusia, como si este fuese un país de paganos por cristianizar y
lo hace precisamente en un momento en el que miles de mártires eran sacrificados
por los bolcheviques casi mil años después del bautismo del príncipe Vladimir.
Precisamente esta aparición ha sido la causa de los múltiples intentos
proselitistas de conversión de los cismáticos rusos a la que ellos creen
verdadera fe durante todo un siglo y todavía en algunas iglesias en los
rosarios vespertinos siguen pidiendo por esa intención. Por supuesto su principal
organización, el llamado Ejército Azul, lo sigue teniendo como uno de sus
objetivos.
Que podemos sacar como conclusión: que desde luego ningún ortodoxo debería
de pisar ninguno de esto lugares. No hay necesidad de ello. Dentro de la
Iglesia Ortodoxa hay suficientes lugares donde se veneran auténticos iconos
milagrosos de la Madre de Dios. Me vienen a la mente en estos momentos lugares
benditos como el de la Panaghia Evangelistra en la isla de Tinos en Grecia, o
el monasterio de Nicula en Rumanía, o Pochaev en Ucrania. No hay necesidad de esa
suerte de turismo religioso y ansia de conocer cosas nuevas que lleva a muchos
a organizar viajes (me niego a llamarlos peregrinaciones) a estos lugares tan
contrarios en su esencia a las enseñanzas de la Ortodoxia.
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