sábado, 26 de septiembre de 2015

EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

Cuando somos bautizados, antes de ser sumergidos en las aguas, el sacerdote nos unge con el aceite de los catecúmenos. La última de las unciones en la espalda y la hace mientras dice: "El que quiera seguirme, cargue con su cruz y sígame". Entonces somos sumergidos en la pila bautismal, allí morimos crucificados con Cristo para resucitar con Él.
 
Se nos pone al final del bautismo una cruz al cuello. No es un simple adorno, ni ...importa que sea de oro o plata... Lo importante es que esa cruz la llevaremos toda nuestra vida, hasta que después de la muerte, una cruz marque el lugar donde esperaremos el día de la resurrección de los muertos.
Hasta ese momento comenzaremos a recorrer nuestro camino como cristianos. No pensemos que será fácil, habrá momentos buenos, menos buenos, malos, peores, terribles... Nos enfrentaremos a situaciones en las que querremos salir corriendo, incomprensiones, soledades... Nunca, ni un sólo día andaremos solos, pues de la misma manera que la Madre de Dios acompañó a su Divino Hijo, a Ella, la tendremos siempre a nuestro lado. habrá también piadosas "Verónicas" que al vernos agotados, en vez de pisarnos el cuello, nos limpiaran el rostro y de la misma manera que Simón de Cirene ayudo al Redentor a llevar su cruz, Cristo mismo será el Cirineo que nos ayude cuando desfallezcamos.
 

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