domingo, 25 de mayo de 2008

La trascendencia de la obra de los santos hermanos Cirilo y Metodio


En este día de fiesta que es para todo búlgaro el 24 de mayo, Día de la escritura, la educación y la cultura búlgara en general, cuando rendimos merecido homenaje a los santos hermanos Cirilo y Metodio, continuamos hablando de la trascendencia de su obra magistral: la creación de la escritura eslava.

Bulgaria, salvando la obra de Cirilo y Metodio, ha merecido el reconocimiento y el respeto no sólo de los pueblos eslavos sino también de otros pueblos del mundo, y ello será así mientras la humanidad concede un contenido verdadero a las palabras progreso, cultura y humanitarismo, escribía hace más de un cuarto de siglo el célebre estudioso francés el Prof. Roger Bernard. En el año 864 el príncipe Borís I (852-889) introdujo el cristianismo como religión oficial de Bulgaria. En el inmenso territorio de su Estado vivían muchos cristianos, pero gran parte de la población era pagana. Había paganos entre los tres principales elementos étnicos del país: los búlgaros, los eslavos y los tracios, todos con su dios o dioses. Había musulmanes y hasta budistas. Todos ellos fueron obligados por el príncipe a adoptar el cristianismo como religión única, y las leyes cristianas, como válidas para toda la población. Esta medida condujo a que la población del país se hiciera homogénea. (En la España visigoda, la legislación de visigodos e hispanorromanos se unifica en el VIII Concilio de Toledo, de 653: más de medio siglo después de que, en 589, el catolicismo es aceptado como religión oficial.) Además, Bulgaria adquiere gran prestigio internacional en Europa, en la cual la mayoría de los Estados eran cristianos). Al cabo de largos años de luchas entre Roma y Constantinopla por el poder administrativo sobre la recién creada Iglesia Búlgara, se impone el clero bizantino, por la promesa que dio al príncipe Borís de que el Arzobispado Búlgaro sería autocéfalo. Cincuenta y siete años más tarde éste se proclamó completamente independiente, con rango de patriarcado. En 887 el príncipe Borís I emprende otro paso juicioso como estadista lúcido. Introduce el alfabeto eslavo o búlgaro antiguo creado por los santos hermanos Cirilo y Metodio, como escritura oficial del Estado. Con esta escritura traída a Bulgaria y perfeccionada aquí por los discípulos de los dos civilizadores, se traduce la Biblia y se escriben obras eclesiásticas y laicas. Bulgaria deviene el primer país de la Europa cristiana en adoptar como idioma oficial la lengua hablada por todo el pueblo de este país y en conocer el Verbo Divino y dirigirse a Dios en esta lengua hablada. En la Europa de entonces sabía leer y escribir un 2 ó 3% de la población. Según estudiosos búlgaros, en la Bulgaria de entonces, más de la mitad. Poco después, misioneros búlgaros llevarán los libros sacros y laicos escritos en Bulgaria en el alfabeto antiguo búlgaro, a otros países eslavos en que se hablaba una lengua muy similar.
Así pues, Bulgaria desempeñaría un papel sustancial para la cristianizació n de gran parte de los eslavos: de los rusos, los ucranianos, los serbios, o sea de casi la mitad de la población de la Europa de entonces. Hoy escriben con este alfabeto más de 200 millones de personas. Primero en Bulgaria y luego en esos países se crea una copiosa producción literaria y cultural. Sin esta obra búlgara, que con razón se puede calificar de histórica, hoy en día los eslavos orientales y meridionales hablarían y escribirían en griego, y con toda probabilidad habrían perdido totalmente su identidad como pueblos y habrían resultado asimilados espiritualmente. ¡Y es que la moderna Europa unida es un conjunto y diversidad de pueblos, cada cual con su idioma y tradiciones y con su aportación al patrimonio cultural común del continente! Tomando el cristianismo de Bizancio, y no de Roma como lo hizo Europa Occidental, y adoptando un alfabeto en su lengua hablada, distinto tanto del griego como del latín, Bulgaria en aquel entonces se alejó de Europa Occidental. Sin embargo, se conservó como pueblo que hoy se acerca rápido a la Europa en proceso de unificación. Hace años, el culturólogo japonés Prof. Shigueoshi Matsumae declaró: La cultura medieval búlgara es una de las siete civilizaciones en la historia de la Humanidad que han desempeñado un responsable papel de mediación por su misión de eslabón de conjunción entre el Oriente y el Occidente. Su colega español el Prof. Pedro Bádenas añadía: Hoy, once siglos después de que Cirilo y Metodio partieran para su misión, vemos que la semilla que plantaron con ciencia y tesón se ha convertido en un enriquecedor patrimonio de la humanidad.


Venceslav Nikolov

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