Leemos en el Libro Synaxaristis (Libro de las Vidas de los Santos) del mes de noviembre esta narración edificante.
En tiempos del rey Constantino el Grande, había un científico, que era conocido por el Rey. Este hombre disolutovivía una vida sin pensar en el infierno. El Señor, que siempre seocupa de los intereses de las personas, cuidó de la corrección delhombre con la visión más adelante. En un momento este hombre disoluto tuvo una visión que llevó al reyalgunos de los logros de la ciencia, y que después de una discusión le dio felicitaciones.
Después vio que el rey tomó la espada y recogió sucabello y trató de cortarle su pelo de una manera cruel. Posteriormente, mientras tira la cabeza y evita lo que el Rey trató de hacer, con gravedad el Rey le dice: «Cuando la espada te cortará tu pelo, tu cuello se inundará con tu sangre.» Simultáneamente con estas palabras, colocando la espada él pensó quejunto con el pelo su cuello fue también fue cortado, y cuando llegó la espada al pecho pidió con ansiedad la ayuda de todas partes. Desde la interrupción, el miedo, y que la terrible pesadilla que él vio, se despertó para siempre, y estaba sorprendido. Hace la señal de la cruzy dijo: «Gracias sueño, que era una fantasía y una terrible lucha.» No obstante, se mantuvo como estaba, sin cambios.
Después de un tiempo se enfermó y suplicó la ayuda de Dios. Entonces de nuevo, esta vez no en un sueño, sino en un éxtasis, en el que se ve a sí mismo de pie en una silla delante de una oficina, que parece ser una Corte, y detrás de ella ve a alguien sentado un rey terrible que llevaba ropas reales ysacerdotales terribles. A la derecha e izquierda del Rey, había sentadas algunas personas respetables, y permaneció bajo el asiento prestando atención a todas esas cosas. A su derecha algunos guardias de bella apariencia y a la izquierda vio a otros humildes y mansos y sintió la parte trasera de un hoyo oscuro, lo que causó gran tristezaa a los que lo vieron. Así que están allí con el terror, el Rey le dijo:«¿Sabes quién soy yo, joven?» Y él respondió: «Yo sé, Señor que tú eres el que se hizo hombre por nosotros, el Hijo de Dios y Dios mismo, como se indica en las Escrituras.» El Rey le dijo de nuevo: «Ya que conoces las Escrituras, como tú dices, entonces tú también conoces a los que están sentados conmigo. ¿Cómo entonces se te olvida esa amenaza que el rey Constantino te hizo o no sabes lo que teestoy diciendo?» «No Señor, responde él, no lo olvido, incluso ahora ese temor está en mi alma. » Y el rey dijo: «Si ese temor todavía permanece en tu alma, ¿cómo continuas con tu vida destructiva? Sin embargo él sabía, entonces, que el terrible suceso se originó a partir de mí, por supuesto, y no fue Constantino.» Y diciendo esto, parece que sólo su guiño ordenó a aquellos presentes a que lo empujen hacia el pozo que apareció detrás de él.
Mientras que el hombre se lamentaba llamó a la Santísima Theotokos en busca de ayuda. Entonces ella apareció ubicada en el centro, y se escuchó una voz diciendo «Déjalo ir por la petición que mi madre hizo»
Cuando se terminó la visión, ese hombre aterrorizado vino en sí y narró ésta admirable visión a uno de los monjes piadosos, que le dijo«Glorifique a Dios para que usted sea digno de tal enseñanza. Hermano, recupérese, tal vez usted sufrirá lo mismo que le voy a narrar» Otro hombre vio una visión similar. El vio una visión de un hombre famoso que fue uno de los primeros secretarios, llamado Jorge que algunos hombres lo habían secuestrado y se fueron a un terrible hueco para tirarlo dentro de él. Entonces alguien con un gran valor ordenó a aquellos que lo habían aprehendido que lo dejaran libre dándole un período de veinte días con una garantía de que él se corregirá. El hombre que vio la visión viendo que con la ayuda de la garante el cautivo Jorge fue liberado, se levantó y se puso a decir al mismo Jorge ya que él le era conocido. Jorge después de escuchar esto no ledio ninguna importancia y continuó incorregible. Así que después del paso de los veinte días, la vida de Jorge fue arrebatada, pagando la deuda que él había prometido.
El científico al escuchar la narración del monje, y asociándola con su propia visión, colocó bien en su mente lo que vio. Sin sentirse avergonzado por su visión, él la narró en todas partes, y cambió sus vidas para el bien. El llegó a una avanzada edad conduciendo su vida de acuerdo con la voluntad de Dios y cuando murió, se fue a las mansiones eternas.
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