martes, 27 de octubre de 2009

El primado del Obispo de Roma y el diálogo católico-ortodoxo

En Chipre, en la histórica ciudad de Paphos, donde predicó San Pablo, se ha realizado la XI sesión plenaria de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa en su conjunto. La nueva fase, iniciada con la IX sesión de Belgrado (2006), avanza a paso lento por un camino difícil dentro de la temática decisiva de esta fase sobre “Las consecuencias eclesiológicas y canónicas de la naturaleza sacramental de la Iglesia: catolicidad y autoridad en la Iglesia”. Basándose en el documento que sobre este tema fue publicado en Rávena en la X sesión plenaria (2007), y por mandato de ésta, la actual sesión plenaria (Paphos, 16-23 octubre) ha comenzado a afrontar el tema: “El Obispo de Roma en la comunión de la Iglesia en el primer milenio”. De este modo, la Comisión se ha encaminado a discutir la cuestión central del contencioso histórico entre Oriente y Occidente. En el momento actual, se trata de encontrar una identificación objetiva de la problemática implicada en el argumento para poder intentar una hermenéutica común que ayude a alcanzar una convergencia sustancial sobre las consecuencias doctrinales.

La Comisión, en Chipre, ha trabajado sobre un proyecto elaborado después de la sesión de Rávena siguiendo el método de preparación concordado al inicio de las actividades de esta Comisión (Patmos-Rodi, 1980). En la primera parte del 2008 han trabajado dos subcomisiones mixtas con la tarea de recoger los elementos históricos más pertinentes al período en examen. Por eso, se reunió el Comité mixto de coordinación (Elounda, Creta, 27 septiembre - 4 de octubre de 2008) que elaboró la síntesis orgánica como proyecto de discusión sometido a la sesión plenaria de Chipre. Tanto la investigación de las subcomisiones como la síntesis del Comité de coordinación han tenido presente la orientación concordada en Rávena, la cual advertía que “conciliaridad y autoridad son interdependientes” y que tanto a nivel diocesano como regional y universal, hay un prótos, primus (obispo; metropolitano o patriarca; obispo de Roma). El documento, entrando más directamente en la problemática del prótos a nivel universal, afirma que “ambas partes (católicos y ortodoxos) coinciden en el hecho de que Roma, en cuanto Iglesia que preside en la caridad, ocupaba el primer lugar en la táxis, y que el obispo de Roma era, por lo tanto, el prótos entre los patriarcas” (Rávena, n.41).

En la conclusión de ese documento se subraya la importancia de este resultado alcanzado y los miembros de la Comisión se muestran convencidos de que la declaración citada “proporciona una sólida base para la discusión futura sobre la cuestión del primado en la Iglesia a nivel universal" (Rávena, n. 46). La XI sesión, sobre el tema “El rol del Obispo de Roma en la comunión de la Iglesia en el primer milenio”, se ha concentrado en el examen de algunos testimonios históricos significativos sobre el papel desempeñado por el Obispo de Roma en aquella época. En realidad, estos elementos están en la base de la declaración del documento de Rávena y abarcan varias temáticas como: la Iglesia de Roma en la comunión de las Iglesias, la relación del Obispo de Roma con san Pedro, el rol desempeñado por el Obispo de Roma en tiempos de crisis (arrianismo, monofisismo, monotelismo, iconoclasmo), pero también algunas decisiones de los concilios ecuménicos tanto en relación a Roma como al Patriarcado de Constantinopla. Se deberán afrontar también los factores no teológicos que han influido en la mentalidad y en las estructuras eclesiales, como la idea del Imperio Romano, la transferencia de la capital a Constantinopla y la decadencia del Imperio en Occidente, las dificultades de comunicación entre el este y el oeste creadas por el Islam, la creación del Imperio de Carlomagno, la progresiva ignorancia recíproca, el mutuo alejamiento práctico, y algunas actitudes polémicas.

El análisis del asunto implicado requerirá un prolongado estudio. Por el momento, la Comisión ha afrontado los elementos iniciales partiendo de la predicación de Pedro y Pablo en Roma, de su martirio y de sus tumbas, y continuando por los padres apostólicos: testimonios importantes son la Carta de la Iglesia de Roma a los cristianos de Corinto, carta atribuida al Papa Clemente para la reconciliación de los fieles de Corinto con sus presbíteros; la Carta de san Ignacio de Antioquia que indica a Roma como la Iglesia que “preside en la caridad” (prokathemène tès agàpes); la afirmación de san Ireneo según la cual cada Iglesia debe concordar con ella a causa de su origen y de su gran autoridad (propter potentiorem principalitatem); así como la disputa sobre la fecha de la Pascua entre Aniceto y Policarpo, Víctor y los obispos de Asia, el pensamiento de Cipriano, y así sucesivamente. Para todos los elementos que se refieren al tema y que se ponen en examen debe ser concordada la correcta identificación y una deseable y posible interpretación común. El estudio, por lo tanto, es exigente y delicado y se continuará en la próxima sesión plenaria del año próximo. La discusión realizada en la sesión de Chipre debería facilitar un recorrido más rápido en la siguiente etapa.

Estaban presentes veinte delegados por parte católica, con algunas ausencias a causa de los compromisos en el Sínodo de los obispos para África o por razones de salud. Veinticuatro delegados ortodoxos representaban a todas las Iglesias ortodoxas, con excepción del Patriarcado de Bulgaria. El comunicado publicado en la conclusión de la reunión presenta el elenco según la taxis de las Iglesias ortodoxas: Patriarcado Ecuménico, los Patriarcados de Alejandría, Antioquía, Jerusalén, Moscú, Serbia, Rumania, Georgia, las Iglesias autocéfalas de Chipre, Grecia, Polonia, Albania y de las Tierras de Chequia y Eslovaquia. Se ha recompuesto sustancialmente la plenitud de la representación ortodoxa con la participación del Patriarcado de Moscú , que en Rávena había abandonado la sesión a causa de la presencia de representantes de la Iglesia de Estonia, invitada por el Patriarcado Ecuménico en cuanto Iglesia autónoma aunque no reconocida por el Patriarcado de Moscú. La diferencia ha sido resuelta en el encuentro de los primados de las Iglesias ortodoxas que, por invitación del Patriarca ecuménico Bartolomé, ha tenido lugar en El Fanar (12 de octubre de 2008), en el que se ha concordado invitar solamente a todas las Iglesias autocéfalas. Los trabajos de la Comisión mixta han sido dirigidos por los dos co-presidentes: el cardenal Walter Kasper, por parte católica, y el metropolita de Pérgamo, Ioannis Zizoulas, por parte ortodoxa.

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