Esto es lo que sucede cuando se pierde la gracia del Espíritu Santo que fluye por la Santa Iglesia. Durante un funeral en la ciudad de Kavadarci los esbirros de seguridad de la iglesia cismática de Macedonia, trató de impedir el servicio del entierro que se estaba realizando en el cementerio de la localidad. La orden llegó directamente del metropolita cismático Agathangelos.
El funeral era del padre de una monja ortodoxa y estaba siendo celebrado por el Obispo Marcos y el Hieromonje Irineo bajo el omorfión de Vladika Jovan de Ohrid.
Señalar que los cementerios en Skopje son civiles por lo que cualquier ciudadano puede ser enterrado en ellos por lo que los matones del metroplita cismático, no eran policías sino guardias de seguridad, no tenían ningún derecho a impedir la celebración.
Valiente la actuación de la hija monja que planta cara a los de seguridad.
Reflexión: La valentía de una hija que es consciente de que sólo un sacerdote ortodoxo puede celebrar el funeral de su padre ortodoxo difunto y no duda en enfrentarse a aquellos que han sido enviados para impedirlo.
Aquellos que viven perseguidos por profesar la Fe Ortodoxa y por permanecer fieles a la Iglesia tienen bien claro la diferencia que hay entre aquellos que no profesan la Fe que nos trasmitieron nuestros Padre Teophoros y los que han caído en la herejía y el cisma.
Dios les asista con la fuerza de su Espíritu y a nosotros nos guarde siempre en la Fe Ortodoxa, libres de la herejías y el cisma.
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