Dentro del desvarío y de la locura de los que nos gobiernan, la ministra de sanidad, que mejor habría que llamarla "ministra de mortandad" junto al consejo de ministros ha aprobado este viernes el primer informe del anteproyecto de la ley reguladora de los derechos de la persona ante el proceso final de la vida, también conocida como 'ley de muerte digna', con la que pretende garantizar los derechos de los pacientes «en el momento final de la vida», así como dar seguridad jurídica a los profesionales sanitarios que les atienden, aunque descarta su derecho a la objeción de conciencia.
No es más que la antesala de la aprobación de la eutanasia, que sumada a la carnicería abortista sumirán aún más a este país dentro de la cultura de la muerte que tanto gusta a los socialistas.
Más les valiese a estos que:
LOS CINCO MILLONES OFICIALES, MÁS EL OTRO MILLÓN QUE TIENEN HACIENDO CURSILLOS EN EL INEM PUDIERAN TRABAJAR DE UNA MANERA DIGNA.
QUE LAS VIUDAS Y PENSIONISTAS PUDIERAN LLEGAR DIGNAMENTE A FIN DE MES, SIN TENER QUE PASAR LA VERGÜENZA DE PEDIR FIADO EL PAN EN LA TIENDA.
QUE LOS CHAVALES EN VEZ DE APRENDER A COMO MASTURBARSE O A TENER RELACIONES HOMOSEXUALES O HETEROSEXUALES PARA VER CUAL LES GUSTA MÁS PUDIERAN APRENDER CON DIGNIDAD EN LAS ESCUELAS E INSTITUTOS LO QUE ES SER UN HOMBRE Y UNA MUJER DIGNOS.
QUE LAS FAMILIAS PUDIERAN TENER AYUDAS DIGNAS EN VEZ DE GASTARSE EL DINERO DE ESAS AYUDAS EN PERROSFLAUTA Y DEMÁS FARÁNDULAS.
QUE LOS NIÑOS PUDIERAN NACER DIGNAMENTE Y TENER DERECHO A UNA FAMILIA QUE ES LA UNIÓN DE UN HOMBRE Y UNA MUJER.
MÁS LES VALIESE PREOCUPARSE DE QUE LOS ESPAÑOLES PODAMOS VIVIR DIGNAMENTE Y NOS DEJEN EN PAZ.
Si lo anterior está en mayusculas es por que es un grito que me sale del alma.
Cuando Juliano el Apóstata salió para la última de sus campañas, la dirigida contra los persas, dijo que cuando regresara exterminaría hasta el último de los cristianos.
San Basilio, que había sido compañero de estudios del impío Apóstata junto a San Gregorio Nacianceno, corrió a la Iglesia para rogar a Dios por la salvación del pueblo cristiano. En ese momento la imagen de San Mercurio, soldado mártir, desapareció del icono dejando ver la amdera que había debajo de la pintura. Al rato y ante el asombro de San Basilio, apareció de nuevo la imagen cubierta de polvo y con la punta de su lanza cubierta de sangre. Según pudo saber después San Basilio, ese mismo día y a esa misma hora, un soldado desconocido abatía en medio del fragor de la batalla al emperador con su lanza.
Quizás sea cuestión de fe, o quizás sea que tenemos los gobernantes que merecemos por nuestros pecados.
Por la intercesión de tu Mártir San Mercurio, líbranos, oh Dios de los Ejércitos, de los ímpíos gobernantes.
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