jueves, 21 de febrero de 2013

Cristo se alejó de Europa…


Cristo se alejó de Europa…

por San Nicolás Velimirovic, Obispo de Ohrid y Zicha (1881-1956)

En el juicio entre Cristo y Europa realmente ocurrió lo siguiente: Cristo dice a Europa cómo ella fué bautizada en Su nombre, y cómo debe permanecer creyente en Él y en Su propio Evangelio. La acusada Europa responde:”Todas las religiones son iguales-esto dijeron los enciclopedistas franceses-, nadie debe estar presionado en creer esto o aquello”. Europa tolera todas las religiones cómo supersticiones populares a causa de sus propios intereses imperialistas. Sin embargo, la misma Europa no tiene ninguna religión. Cuando Europa consiga tener éxito en sus objetivos políticos, entonces, rápidamente hará una limpieza de todas las supersticiones populares.

A estas palabras, Cristo responde entristecido:”¿Cómo podéis vosotros los hombres vivir con intereses imperialistas y materiales, con bestiales deseos sólo para el alimento corporal? Yo quería haceros dioses e hijos de Dios, ¿y vosotros os resistís y apresuráis en volveros iguales a las bestias?”

Entonces Europa responde:”Tú estás superado, estás obsoleto; en vez de Tu propio Evangelio, nosotros hemos encontrado la zoología y la biología. Ahora sabemos que somos descendientes, no Tuyos ni de Tu Padre celestial, sinó de los orangutanes y gorilas, de los monos. Nosotros ahora nos estamos perfeccionando para llegar a ser dioses, ya que no reconocemos a otros dioses más que a nosotros mismos.”

Entonces Cristo responde:”Sóis más testarudos que los antiguos hebreos; yo os saqué de la más oscura barbarie, os llevé hasta la luz celestial; en cambio, vosotros, queréis otra vez la oscuridad, como el búfalo en el barro. Yo derrame mi sangre por vosotros, os amé, incluso cuando todos los ángeles giraban el rostro para no veros, ya que no podían soportar vuestra propia inmundicia. Cuando vosotros os encontrábais en la oscuridad y el pecado, yo fuí el único que luchó por vosotros, para iluminaros queriendo purificaros. No seáis ahora incrédulos, ya que volveréis a aquella insoportable oscuridad y a aquel insoportable hedor.”

A todas estas palabras, Europa grita con una sonrisa irónica.”Vete de aquí, no te conocemos. Nsotros conservamos la filosofía griega y la cultura romana. Nosotros queremos la libertad. Queremos universidades, la ciencia es nuestra estrella polar y nuestra guía. Nuestro lema es: Libertad, igualdad, fraternidad. Nuestra mente es el dios de los dioses. Tú eres asiático. Nosotros te repudiamos. Eres un viejo mito de los nuestros abuelos y abuelas.”

A todo esto responde Cristo con los ojos llorosos:”Yo me iré y entonces veréis. Salisteis del camino de Dios y fuisteis al camino de satanás. La bendición se perdió lejos de vosotros. En mi mano está vuestra vida y vuestra muerte, ya que fuí crucificado por vosotros. A pesar de todo esto, no os condenaré yo, sinó que vuestros pecados y vuestra negación al Salvador os condenarán. He mostrado amor paternal hacia todos los hombres, y quería con amor salvarlos a todos.”

A esto responde Europa:”¿Qué amor? Nosotros sentimos un fuerte y sano odio hacia todos aquellos que no están de acuerdo con nosotros. Este es nuestro programa. Tu amor no es más que un cuento, una fábula. En lugar de esta fábula, nosotros hemos creado el nacionalismo, internacionalismo, progresismo, cientifismo. En éstos se encuentra nuestra salvación, ¡y tú aléjate de nosotros!”

Hermanos míos, esta discusión verbal se ha terminado en nuestro tiempo.

Cristo se alejó de Europa, tal y cómo en una ocasión se alejó de la región de los Gadarenos, ya que se lo pidieron los propios Gadarenos. Sin embargo, al instante después de marcharse, llegó la guerra , la pobreza, el horror, la catástrofe. De nuevo volvió a Europa la barbarie pre-cristiana de los Ávaros, de los Hunos, de los Longobardos, pero ahora con terror máximo (el autor escribió este texto durante la 2ª Guerra Mundial*nota del traductor). Cristo tomó Su Cruz y Su bendición y se alejó. Se quedó la oscuridad y la porquería. Vosotros, ahora, decidid con quién váis a ir. Con la oscura y sucia Europa, o con Cristo. Amén.


Fragmento del libro “Desde dentro de la ventana de la prisión” Mensajes al pueblo, de San Nicolás Velimirovic


Traducido por J.C



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