Peregrinar no es una suerte de turismo religioso, admiramos la creación de Dios en medio la cual se han levantado las antorchas de la fe que son los monasterios pero no vamos a ellos con un interés histórico o artístico sino buscando una palabra una bendición, buscando a Dios.
A Él la gloria por siempre, que una vez al año permite que pueda recargar las pilas y recibir este baño de verdadera y auténtica Ortodoxia y sobre todo gracias infinitas al P Protosingelos Paisi de la Noucent y a todos los padres y hermanos del monasterio, a la hermana María, a Grigore, a Marius y a tanto que han hecho posible este momento de gracia y bendición. ¡Gloria a Dios por todo!
ROHILA
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