jueves, 17 de junio de 2021

Para animar a los sacerdotes a predicar siempre el evangelio


Por San Lucas, arzobispo de Simferopol y Crimea

(Carta de 1955)

Si el sacerdote busca la gracia de Dios, si la mente y el corazón del sacerdote están llenos de las palabras de Dios, entonces su boca hablará desde el corazón.
El Espíritu Santo que habita en el corazón del sacerdote, predicará por la boca humilde del sacerdote.
Hay tantos temas para los sermones en las Sagradas Escrituras que uno puede encontrarlos fácilmente si los lee. Pero pocos los leen ...
Hermanos, recordad también a San Serafín de Sarov, que leía todo el Nuevo Testamento todas las semanas.
Pero a algunos les cuesta mucho predicar… ¿Qué pasa con ellos?
Os recordaré que en el dorso de la cruz que lleváis encima de la sotana están escritas las palabras del apóstol Pablo: "Sed ejemplo para los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe, pureza". (1 Timoteo 4:12).
Si no puedes predicar con la palabra, predica con otras cosas.
Se fragante frente a las personas con tu vida, tu personalidad, con tu amor por Cristo, con el espíritu del amor cristiano, la pureza y la fe profunda.
Si no tienes esta fragancia, ni el don de la palabra, entonces no serás un pastor, serás un asalariado. Y entonces, ¿cuál será tu defensa ante el terrible tribunal de Cristo?
El corazón de un sacerdote es un corazón especial, que siempre debe brillar por su fe en Jesucristo.
El corazón del sacerdote debe ser fuego, brillando con la luz del Evangelio, brillando por el amor de la Cruz de Jesucristo.
El sacerdote debe comprender que el apóstol Pablo dijo estas grandes palabras acerca de él: "Pero no quiera Dios que me gloríe sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo" ( Gálatas 6:14).
Y debemos ser crucificados por el mundo y dejar de lado todas nuestras preocupaciones. Solo debemos tener un cuidado: la predicación del evangelio de Jesucristo.
Fuente: Αρχιμανδρίτης Νεκτάριος Αντωνόπουλος, Αρχιεπίσκοπος Λουκάς - Αρχιεπίσκοπος Λουκάς Βόινο - Γιασενέτσκι, ένας άγιος ποιμένας και γιατρός χειρουργός 1877- 1961 , έκδ. 1η, Ακρίτας, Αθήνα, 1999.

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