miércoles, 12 de diciembre de 2007

San Espiridon el Milagroso



San Espiridon es muy amado en la Iglesia Ortodoxa. En su vida se recapitulan todas las enseñanzas del Evangelio. El pastor de ovejas se convierte en pastor de almas, confirma la fe ortodoxa y vence la impiedad de los herejes; el que no tenia tesoros terrenales es inmensamente rico en tesoros celestiales; el que se humillo alcanza la cumbre de la exaltación: “Lo insensato de Dios es mas sabio que los hombres y lo débil de Dios es mas fuerte que los hombres” (I Corintios 1, 25). Chipre fue el lugar de Su nacimiento y el lugar donde paso toda su vida en servicio a la Iglesia. Venia de una familia de agricultores, y permaneció simple y humilde hasta el final de su vida. Se caso joven y tuvo una hija, a Irene, pero al morir su esposa, se dedico completamente al servicio de Dios. A causa de su fe, de su amor a Jesús y de su respeto a la Iglesia, fue escogido como obispo de Tremitunte de Chipre y aun siendo obispo no cambio su simple estilo de vida. Se preocupaba mucho y ayudaba a los pobres. El Señor le dio el don de obrar grandes milagros. Por el poder de Dios hizo que lloviera durante una sequía, levanto muertos, sano al Emperador Constancio de una grave enfermedad, veía y oía los Santos Ángeles, prevenía eventos futuros y veía los secretos del corazón humano. Convirtió a muchos a la verdadera fe, entre muchas otras cosas. Estuvo presente en el Primer Concilio Ecuménico celebrado en Nicea en el 325 d. C. Mediante sus claras y sencillas exposiciones de la fe y sus milagros en ella trajo a muchos herejes de regreso a la ortodoxia. Glorifico al Señor con muchos milagros y fue de gran ayuda tanto para su pueblo y para toda la Iglesia. Entro a su descanso en el Señor en el 350 d. C. Sus santas reliquias, que se veneran en la isla griega de Kerkira, permanecen incorruptas hasta el día de hoy.

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