jueves, 7 de agosto de 2008

Madre de Dios de Ivirión, Monte Athos

ODA TERCERA
Irmos.
Tú construiste los cielos, oh Señor,
y fundaste la Iglesia Santa.
Haz que te ame constantemente
pues tu eres nuestra esperanza,
el apoyo del creyente,
el único amigo de los hombres

Santísima Madre de Dios, sálvanos.

Te tengo como el refugio y defensa de mi vida,
oh Virgen Theotokos;
gobiérname y dirígeme a tu puerto protegido,
dadora de todas las gracias y apoyo de los fieles,
oh Tú la única siempre bendita.

Santísima Madre de Dios, sálvanos.

Te ruego, oh Virgen,
que disperses la tormenta de mi pesares
y la confusión que reina en el interior de mi alma.
Lánzala lejos de mí,
Novia siempre Virgen de nuestro Dios,
la que nos ha traído a Cristo, el Príncipe de la Paz,
el Cordero sin mancha.
Gloria...
Habiéndonos traído a la causa y dador de todo lo bueno,
derrama en nosotros la abundancia de su gran bondad.
Todo es posible para la que llevó en su seno
al dispensador de todos los bienes,
a Cristo, nuestro Dios y Señor.

Ahora y siempre...
Oh Santa Madre de Dios estoy siendo probado
en medio de grandes males
y de la oscuridad de las pasiones.
Ven y ayúdame porque yo se que tú nunca fallas.
Eres la que tienes el tesoro de la medicina que nos cura,
Tú la Toda Santa.

Santísima Madre de Dios, sálvanos.

Líbranos de todo peligro, oh Madre de Dios;
pues después de a Él
acudimos a ti para que nos protejas y guardes
Pues Tú eres la muralla fuerte e inquebrantable,
que nos protege.

Santísima Madre de Dios, sálvanos.

Vuélvete a mí y muéstrate favorable,
Oh Santa Madre de Dios,
digna de toda alabanza.
Para que no perezca a causa de mis dolencias
que dolorosamente punzan mi carne.
Sana el dolor de mi alma pues estoy en medio de grandes sufrimientos.

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