jueves, 24 de enero de 2008

22 de Enero: SAN VICENTE DIÁCONO MEGALOMÁRTIR EN LA CIUDAD DE VALENCIA


VICENTE VENCIÓ EN AQUEL POR QUIEN HABÍA SIDO VENCIDO EL MUNDO De los sermones de San Agustín, Sermón 276, 1-2
A vosotros se os ha concedido la gracia –dice el Apóstol–, de estar del lado de Cristo, no sólo creyendo en él, sino sufriendo por él.
Una y otra gracia había recibido del diácono Vicente, las había recibido y, por esto, las tenía. Si no las hubiese recibido, ¿cómo hubiera podido tenerlas? En sus palabras tenía la fe, en sus sufrimientos la paciencia.
Nadie confíe en sí mismo al hablar; nadie confíe en sus propias fuerzas al sufrir la prueba, ya que, si hablamos con rectitud y prudencia, nuestra sabiduría proviene de Dios y, si sufrimos los males con fortaleza, nuestra paciencia es también don suyo.
Recordad qué advertencias da a los suyos Cristo, el Señor, en el Evangelio; recordad que el Rey de los mártires es quien equipa a sus huestes con las armas espirituales, quien les enseña el modo de luchar, quien les suministra su ayuda, quien les promete el remedio, quien, habiendo dicho a sus discípulos: En el mundo tendréis luchas, añade inmediatamente, para consolarlos y ayudarlos a vencer el temor: Pero tened valor: yo he vencido al mundo.
¿Por qué admirarnos, pues, amadísimos hermanos, de que Vicente venciera en aquel por quien había sido vencido el mundo? En el mundo –dice– tendréis luchas; se lo dice para que estas luchas no los abrumen, para que en el combate no sean vencidos. De dos maneras ataca el mundo a los soldados de Cristo: los halaga para seducirlos, los atemoriza para doblegarlos. No dejemos que nos domine el propio placer, no dejemos que nos atemorice la ajena crueldad, y habremos vencido al mundo.
En uno y otro ataque sale al encuentro Cristo, para que el cristiano no sea vencido. La constancia en el sufrimiento que contemplamos en el martirio que hoy conmemoramos es humanamente incomprensible, pero la vemos como algo natural si en este martirio reconocemos el poder divino.
Era tan grande la crueldad que se ejercitaba en el cuerpo del mártir y tan grande la tranquilidad con que él hablaba, era tan grande la dureza con que eran tratados sus miembros y tan grande la seguridad con que sonaban sus palabras, que parecía como si el Vicente que hablaba no fuera el mismo que sufría el tormento.
Es que, en realidad, hermanos, así era: era otro el que hablaba. Así lo había prometido Cristo a sus testigos, en el Evangelio, al prepararlos para semejante lucha. Había dicho, en efecto: No os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis. No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
Era, pues, el cuerpo de Vicente el que sufría, pero era el Espíritu quien hablaba, y, por estas palabras del Espíritu, no sólo era redargüida la impiedad, sino también confortada la debilidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como visitante de tu magnifico blog quisiera compartir una noticia que espero sea de vuestro interés. La Asociación VIA VICENTIUS VALENTIAE , que presido , está recuperando un camino histórico de Roda de Isábena a Valencia que rememora los pasos de San Vicente Mártir cuando en el siglo IV fue apresado en Zaragoza junto al Obispo Valero por los soldados romanos enviados por el Cónsul Daciano y trasladado a Valencia para sufrir martirio ante la negativa a renunciar a su fe. Así la difusión del conocimiento de este hecho provocó en los siglos siguientes una corriente de peregrinaciones desde toda Europa hasta Valencia para visitar los restos del mártir en San Vicente de la Roqueta , convirtiéndose este fenómeno en algo muy anterior a las peregrinaciones medievales a Santiago de Compostela.




[Corría el año 304 d.C., y las prédicas y conversiones de San Vicente en Zaragoza junto al Obispo Valero alcanzaron gran número y gran éxito, llegando a los oídos del Cónsul Daciano, que, siguiendo el dictado de las autoridades romanas, ordenó que fueran apresados y traídos a Valencia para darles martirio y que abjuraran de su Fe. Se trataba de castigar ejemplarmente ante el pueblo valenciano una religión que empezaba a propagarse peligrosamente, lo suficiente como para hacer tambalear los pilares del Imperio Romano.


Tras su negativa a renunciar a la Fe cristiana los dos religiosos fueron encarcelados, desterrando posteriormente al Obispo Valero a Francia, mientras su diácono, el joven San Vicente, fue elegido para sufrir martirio según lo que disponía la Lex Romana para los enemigos del Imperio. Uno tras otro, San Vicente resistió sin desfallecer tormentos como el ecúleo o potro, la catasta en forma de aspa (que separaba brazos y piernas mediante cuerdas), azotes, desgarros con garfios, y la parrilla con carbones incandescentes, tras lo cual fue encerrado en una celda sobre cristales y púas, con los miembros inmovilizados con cepos. Finalmente, a su muerte, el mártir fue arrojado a un descampado para ser devorado por las alimañas y evitar así que su cuerpo fuera venerado por el pueblo cristiano de Valencia, convirtiéndose en mártir, pero los cuervos ahuyentaron a las bestias y el cuerpo de San Vicente permaneció incorrupto. Daciano, encolerizado, ordenó que fuera arrojado y hundido en las profundidades del mar, atándolo a una rueda de molino, pero el cuerpo reapareció milagrosamente en las playas de Cullera (paraje de la Font Santa), donde la viuda Jónica lo encontró, dándole sepultura y erigiéndose una ermita en el lugar.


Las circunstancias extraordinarias de la muerte de San Vicente fueron transmitidas oralmente entre el pueblo valenciano, y en los sermones de religiosos como San Agustín, extendiéndose por toda España y Europa y alcanzando gran fama, lo que provocó durante los siglos posteriores una corriente intermitente de peregrinaciones hasta la Basílica de La Roqueta, en Valencia, donde finalmente descansaban sus restos. ]




Todos los detalles del Camino de San Vicente Mártir, que discurre desde Roda de Isábena, hasta Traiguera, donde enlaza con la antigua Via Augusta hasta llegar a Valencia en un camino de unos 750 km , y multtud de aspectos históricos y leyendas del santo pueden consultarse en las webs que la asociación ha creado en Internet: www.caminodesanvicentemartir.es y http://viavicentius.blogspot.com. En ellas, junto a la información práctica como mapas y perfiles de la ruta, el peregrino puede acceder a consejos para caminantes, un foro especializado y abundantes datos sobre la biografía de San Vicente y el arte o la arquitectura dedicados al Santo, además de consultar la Carta Vicentina y el Libro de Peregrinos, e incluso obtener la Credencial Vicentina.


Se insiste particularmente en la idea de que este es un gran proyecto de la memoria del santo . Quedamos a vuestra atenta disposición felicitándoos de nuevo por vuestro gran trabajo.


Salvador Raga Navarro
PRESIDENTE
Asociación VIA VICENTIUS VALENTIAE - VIA ROMANA
www.caminodesanvicentemartir.es
http://viavicentius.blogspot.com/