El Cinturón de la Madre de Dios, hoy dividido en tres partes, esta realizado en pelo de camello, según la tradición por la misma Madre de Dios. Después de su Dormición, Ella misma se lo entregó al Apóstol Tomás.
Durante los primeros siglos de la era cristiana se mantuvo en Jerusalén y en el siglo IV se habla de que se encontraba en Zela en Capadocia. En el mismo siglo, el emperador Teodosio el Grande, lo trajo de vuelta a Jerusalén, y de allí su hijo Arcadio lo llevó a Constantinopla. Allí fue depositado en la iglesia Chalcoprateion, de donde fue trasladado por el emperador León a la iglesia de Blanquernas en el año 458.
Durante el reinado de León VI (886-912), fue llevado al Palacio Imperial, donde curó a su esposa enferma, la emperatriz Zoe que como agradecimiento, bordó toda la faja con hilos de oro, dándole la apariencia que tiene hoy en día.
En el siglo XII, durante el reinado de Manuel I Comneno (1143-1180), se estableció el día 31 de Agosto como la fiesta del Cinturón de la Madre de Dios separándola de la fiesta del 2 de julio en la que se celebra la Deposición de la Ropa de la Madre de Dios en la Iglesia de las Blanquernas. El cinturón permaneció en Constantinopla hasta el S. XII cuando, en el curso de una derrota de Isaacius por el rey búlgaro Asan (1185), fue llevado a Bulgaria, y de allí más tarde llegó a las manos de los serbios . Fue entregado al Monasterio de Vatopaidi por el príncipe serbio Lázaro I (1372-1389), junto con un gran trozo de la Vera Cruz.
Bajo el dominio turco, los hermanos del monasterio lo llevaron en distintos viajes a Creta, Macedonia, Tracia, Constantinopla y Asia Menor, para distribuir su bendición, para fortalecer la moral de los griegos y esclavos y liberarlos de distintas plagas y epidemias.
Muchos son los milagros que obra Dios por medio de esta Santa Reliquia, sobre todo a favor de las mujeres que no pueden quedar embarazadas y que solicitan una medida del cinturón que haya sido puesto sobre él.
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