El número de sectas que operan en España poco a poco comienza a hacerse mayor. Se calcula que actualmente existen más de una centenar de este tipo de organizaciones que ven en el malestar ocasionado por la crisis una buena oportunidad para reclutar nuevos a adeptos. La falta de lo material puede acarrear carencias en lo espiritual y es justo por eso, por una carencia en el alma, por lo que muchas personas se acercan a las sectas y se vuelven más vulnerables.
Las sectas han cambiado su imagen, se han renovado y se camuflan de múltiples maneras con el objetivo de no levantar ningún tipo de sospechas entre sus potenciales «clientes». No es difícil encontrar grupos que ofrecen gratuitamente -no podría ser de otra manera en tiempo de crisis- clases de yoga, de crecimiento personal o de cualquier otra disciplina con el objetivo de captar miembros entre los alumnos.
Si se va a clase de relajación y el profesor comienza a hablar sobre la reencarnación o sobre cosas similares que nada tienen que ver con el objeto de la clase, cuidado, seguramente nos encontramos ante una secta.
Otras veces las sectas se ocultan tras centros terapéuticos que en la mayoría de los casos ejercen sin los permisos correspondientes y en los que se promete una ayuda espiritual que nunca llega. Allí no hay profesionales de la psicología ni de la psiquiatría, sólo escuchan al paciente, le hacen sentir bien a la vez que le anulan la voluntad y le crean una dependencia con la que se enriquecen.
Ayuntamientos
Sorprendentemente estas actividades son en numerosas ocasiones apoyadas y financiadas por ayuntamientos sin que los propios consistorios lo sepan. Disfrazadas de asociaciones culturales, las sectas presentan a los municipios proyectos de talleres y conferencias como si fuesen una asociación más, de esta manera, si la actividad es aprobada, pasa a desarrollarse en instalaciones proporcionadas por los ayuntamientos y a financiarse con dinero público. Existen muchas vías a través de las cuales la sectas pueden registrase en España. La mayoría de estas organizaciones están inscritas en el Registro Nacional de Asociaciones o en Asuntos Religiosos, por lo que los ayuntamientos muchas veces no saben distinguirlas.
Captando parados
Unas de las organizaciones que proliferan a pasos agigantados son las llamadas «sectas comerciales». Se presentan como grandes empresas dedicadas principalmente a las ventas. Sus víctimas son muy concretas: personas en paro desesperadas por encontrar un trabajo. «Vi el anuncio del trabajo en Internet, respondí a la oferta y rápidamente me mandaron un mail dándome un teléfono para que concertara la entrevista», cuenta una joven valenciana a la que intentó captar una de estas sectas y que no desea identificarse por miedo a represalias.
«Una vez allí me hicieron creer que era una gran empresa en la que podía ganar 3.000 euros al mes y me citaron para una prueba. Al día siguiente volví a la oficina donde me esperaban el resto de candidatos y varios coches», afirma la joven a la que la «empresa» llevó a más de 50 kilómetros de la capital para hacer la prueba de selección.
«Nos obligaron a pasar 12 horas promocionando una compañía telefónica y cuando volvíamos en el coche cansados nos dieron unos panfletos con consignas que debíamos memorizar para conseguir el empleo. Además, nos dijeron que al llegar a la oficina, después de pasar el día entero caminando, tendríamos una nueva entrevista antes de irnos a casa. Ahí ya me confirmaron que no eran una empresa normal y al bajarme del coche salí corriendo asustada». Añade la joven que dice ver aún ofertas de esta empresa en Internet.
Diálogo, el arma imprescindible para combatirlas
El diálogo y la escucha son fundamentales para conocer si algún miembro de nuestra familia ha caído en las garras de una secta. Hay que estar atento a cualquier cambio de hábitos, de actitud o de amigos. Es primordial darle importancia a los detalles.
Del mismo modo, es importante buscar ayuda nada más se detecten los primeros síntomas. No existen muchos profesionales especializados en sectas pero se puede acudir a alguna de las organizaciones que apoyan esta causa de manera desinteresada para que les asesoren.
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