La Iglesia conmemora el día de hoy, 27 de septiembre, la dormición del discípulo “a quien amaba Jesús, el que en la cena se recostó en su pecho”, el Apóstol y Evangelista Juan, quien recibió del Maestro el nombre de “hijo del trueno” en una clara alusión a su Teología que se escucharía como un trueno por todo el mundo y llenaría la tierra entera.
El Apóstol y Evangelista Juan pasó los últimos años de su vida en un estricto ascetismo. En virtud de su avanzada edad –alrededor de los noventa y cinco años- la fuerza no le alcanzaba para predicar ampliamente la palabra de Dios, ni siquiera en los lugares cercanos a Éfeso. Por ese tiempo, instruía sólo a los obispos de la iglesia, a quienes alentaba a enseñar incansablemente el Evangelio a la gente y, especialmente, a vivir y predicar el mandamiento del amor. Cuando el Apóstol empezó a debilitarse más, según relata San Jerónimo, sus discípulos solían llevarlo a la iglesia, pero él ya no podía dar largos sermones; su enseñanza la centraba en la incesante repetición de “Hijitos, amaos los unos a los otros”. Un día cuando sus discípulos le preguntaron porqué repetía esto sin cesar, San Juan les respondió con las siguientes palabras: “Este es el mandato del Señor, y si vosotros lo cumplís, ello bastará”.
Prócoro, uno de los siete diáconos elegidos por los Apóstoles, nos relata el descanso de San Juan el Teólogo: después de transcurrir 26 años desde que regresamos de la isla de Patmos a Efeso, Juan reunió a siete de sus discípulos (yo y otros seis) y nos dijo: “tomad las espadas en vuestras manos y seguidme”. Hicimos tal como nos lo ordenó y lo seguimos fuera de la ciudad hasta cierto lugar en donde nos mandó sentarnos. Luego se apartó un poco de nosotros a un sitio tranquilo y comenzó a orar. Era muy temprano; el sol todavía no había salido. Después de rezar nos dijo: “cavad con vuestras espadas una zanja en forma de cruz, del tamaño que yo tengo”. Así lo hicimos mientras él rezaba. Después de terminar su oración, se echó en la zanja y me dijo: “Prócoro, hijo mío, tu debes ir a Jerusalén; allí es donde terminarás tus días”. Luego nos dio instrucciones y nos abrazó, diciendo: “Tomad un poco de tierra y cubridme con ella”. Entonces lo volvimos a abrazar y tomando un poco de tierra lo cubrimos sólo hasta las rodillas. Una vez más él nos abrazó diciendo: “Tomad más tierra y cubridme hasta el cuello y colocad un velo delgado sobre mi rostro y abrazadme de nuevo por última vez porque vosotros ya no me veréis más en esta vida”. Volvimos a abrazarlo llenos de pesar, lamentándonos amargamente, mientras él nos despedía en paz. Justo cuando el sol acababa de salir él entregó su espíritu.
De acuerdo con San Jerónimo el Apóstol y Evangelista se durmió en el año 101 d.C., es decir, 68 años después de la Pasión y Resurrección del Señor, lo cual lo confirman también Clemente de Alejandría e Ireneo y muchos otros Padres de la Iglesia.
Parroquia Ortodoxa de los Santos Andrés y Nicolás Patriarcado de Serbia. C/ Virgen del Sococrro 59 Alicante Viernes: Acatisto a la Madre de Dios: 19:00 h Sábados: Acatisto: 9:00 hh Divina Liturgia: 9:30 hh; Parastás por los difuntos:18:00 Vecernia: 18:30 hh Domingos: Acatisto 8:30 hh Divina Liturgia: 9:00 hh. Al finalizar la Divina Liturgia, Escuela Dominical. Los primeros domingos de cada mes se celebra la bendición del pequeño Aghiasma. Tfno 652 464 695 e-mail: parroquia_ortodoxa@yahoo.es
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