jueves, 28 de junio de 2012

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA MADRE DE DIOS



Santísima Señora, Madre de Dios, Tú que eres la más pura de alma y cuerpo, que vives más allá de toda pureza, de toda castidad, de toda virginidad; la única morada de toda la gracia del Espíritu Santo; que sobrepas incomparablemente a las potencias espirituales en pureza, en santidad de alma y de cuerpo, mírame culpable, impuro, manchado en mi alma y cuerpo por los vicios de mi vida impura y llena de pecado; purifica mi espíritu de sus pasiones; santifica y encamina mis pensamientos errantes y ciegos; regula y dirige mis sentidos; librame de la detestable e infame tiranía de las inclinaciones y pasiones impuras; anula en mí el imperio del pecado, da la sabiduría y el discernimiento a mi espíritu en tinieblas, miserable, para que me corrija de mis faltas y de mis caídas, y así, libre de las tinieblas del pecado, sea hallado digno de glorificarte; de cantarte libremente, verdadera Madre de la verdadera luz, Cristo Dios nuestro; pues sólo con El y por El eres bendita y glorificada por toda Criatura, invisible y visible, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. (San Efrén el Sirio)

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