lunes, 11 de junio de 2012

San Cosme de Zographou. El don de la visión espiritual

Cada santo está cerca del lugar en el que se le invoca para pedir su ayuda, o donde su santidad se conmemora y glorifica. Los que son clarividentes ven a los santos. Si los que no son clarividentes realmente lo creen, entonces los verán a su debido tiempo.


A pesar de que un joven monje, San Cosme de Zographou tenía este don, una vez, en la Fiesta de la Anunciación, se fue con varios monjes al monasterio de Vatopedi para celebrar dicha fiesta, ya que es su fiesta principal. Durante el servicio en la iglesia, y durante la comida en el refectorio, Cosme vio a una mujer de belleza y majestad real, que con autoridad organizaba, dirigía, e incluso servía. Esto no fue una visión momentánea, sino que continuó durante mucho tiempo, tanto en la iglesia como en el refectorio. Cosme estaba perplejo y sorprendido por esta visión. No era en absoluto adecuado para una mujer estar en un monasterio de la Santa Montaña. Cuando él compartió esta visión con sus hermanos monjes de Zographou, a la vez que protestaba por la presencia de la mujer en la Santa Montaña, los monjes asombrados le explicaron que ella era la Reina de la Santa Montaña, la Madre de Dios Santísima. Entonces el corazón perplejo de Cosme se llenó de gran alegría.

San Cosme estaba tan dotado con el don de la visión espiritual que, más tarde, como un viejo ermitaño en su cueva, vio el alma del abad de Hilandar ascender al cielo, luchando por pasar a través de los “Puestos de peaje”, atormentado por los demonios. Cosme de inmediato envió a alguien para pedir a los hermanos de Hilandar que oraran a Dios por el reposo del alma de su abad. Los Maitines acababan de terminar, y los monjes y el abad acababan de salir de la iglesia. Al escuchar el mensaje de Cosme, los monjes se echaron a reír, diciendo que su abad acababa de irse a su celda para prepararse para la Divina Liturgia. Pero cuando entraron en su celda se encontraron con su abad muerto.

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