Después del anuncio, no oficial, por parte del gobierno turco de Erdogan (el co-príncipe de la "alianza de las civilizaciones") y como muestra de los que de verdad está ocurriendo en Turquía, nos llega la siguiente noticia:Profanación de un cementerio ortodoxo en la isla de Imbros.
Durante la noche del 28 de octubre, fueron profanadas por unos vándalos más de 78 tumbas del cementerio ortodoxo de la cápital de la isla de imbros. Después de la Divina Liturgia celebrada el domingo en la catedral Patriarcal de Constantinopla, el Patriarca Bartolomé hizo referencia a este acto deplorable: "Hemos de vivir un combate permanente por sobrevivir y poder perpetuar nuestras tradiciones. Nuestro combate continúa y no terminará jamás."
Las autoridades buscan a los "vándalos". Vamos, ellos ni se enteraron mientras destruían a base de pico y maza las tumbas (véase la foto) Desde luego ruido se hizo, pero nadie escuho nada en medio del silencio de la noche y por supuesto nadie vio nada.
Esto no nos pillar por sorpresa. Las carreteras turcas descansan sobre la grava hecha con las piedras milenarias de las iglesias armenias y con las cruces y lápidas de los cementerios. ¿No les recuerda, queridos amigos esto nada? Pues recuerden, recuerden: los nazis hicieron lo mismo con las lápidas de los cementerios judíos. ¿Qué diferencia a los turcos de los nazis? Muy poco, el color del pelo, pues los alemanes ensayaron en turquía el genocidio que luego pondrían en práctica durante la II Guerra Mundial. Fueron los turcos los que realizaron el genocidio antes contra Armenios, siriacos y griegos, contra los cristianos.
Nada ha cambiado, y si pudieran harían grava con las piedras de Santa Sofía. Quizás esperen que un terremoto la tumbe y si no observen la diferencia entre el estado de conservación de una de las joyas del arte universal.
Alianza de civilizaciones, Jesús, que risa.
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