miércoles, 23 de enero de 2019

"NO AMEMOS AL MUNDO"


El apóstol Juan el Teólogo, nos dice: "No amemos al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él" (I Jn 2,15). ¿Podría esto realmente ser una llamada a rechazar la creación de Dios?

El espíritu general presente en los escritos de San Juan, y también el de todo el Nuevo Testamento, descarta la posibilidad de tal interpretación.

El mundo hacia el cual el apóstol Juan nos llama a ser hostiles no es el mundo creado por Dios, sino esa enfermedad espiritual con la que el mundo fue golpeado, y de la cual el hombre puede, y está llamado a liberarse por el poder. del Espíritu Santo, que vive solo en la Iglesia de Cristo, en todos sus Misterios y especialmente en el Misterio de la Sagrada Eucaristía. Una persona, especialmente un cristiano ortodoxo, no puede menos que amar el mundo creado por Dios, el mundo con el que está atado eternamente en el acto de la Creación.

A través del ascetismo y el monacato, la persona restaura la imagen de Dios en sí misma, contribuyendo así a la curación del mundo entero, para regresar a la gloria y perfección con la que había coronado su creación.

No hay comentarios: