Los egipcios sublevados piden más libertad, pero quieren también la pena capital para quien se convierte del Islam a otra religión. Un gran sondeo sobre el más populoso país musulmán del norte de África y de Medio Oriente
Buena parte de la población egipcia que en estos días se ha rebelado contra el régimen de Hosni Mubarak dice que prefiere la democracia a toda otra forma de gobierno.
Pero al mismo tiempo, y en aplastante mayoría, quieren que sea lapidado quien comete adulterio, que se corten las manos a los ladrones y que sean llevados a la muerte quienes abandonan la religión musulmana.
Es lo que resulta de un sondeo, llevado a cabo en Egipto y en otros seis países de mayoría musulmana por el Pew Forum on Religion & Public Life de Washington, número uno en el mundo en lo que se refiere a las investigaciones en este campo:
Los otros seis países indagados son Turquía, el Líbano, Jordania, Pakistán, Indonesia y Nigeria.
El caso de Egipto está particularmente bajo observación en estos días. Pero también son de gran interés las comparaciones con los otros países.
La democracia, por ejemplo, es considerada la mejor forma de gobierno por el 59% de los egipcios, mientras que en Turquía y en el Líbano recoge consensos todavía mayores, del 76 y del 81% respectivamente.
No obstante, en Egipto, el 22% de la población considera que en algunas circunstancias es preferible un gobierno no-democrático.
Respecto a las relaciones entre política y religión, casi la mitad de los egipcios piensan que el Islam influye ya ahora muy fuerte en la política. Y entre los que lo ven así, el 95% juzga que eso es bueno.
En general, el 85% de los egipcios juzga positiva la influencia del Islam en la política, contra sólo el 2% de respuestas negativas. En el Líbano y en Turquía, por el contrario, los juicios negativos son superiores al 30%.
En un choque entre modernizadores y fundamentalistas, el 59% de los egipcios dice que prefiere a los fundamentalistas, contra el 27% que dice ser partidario de los primeros. En el Líbano y en Turquía, los porcentajes se invierten: el 84% y el 74% respectivamente están con los modernizadores, mientras que con los fundamentalistas se alinean el 15% y el 11% [respectivamente].
Más de la mitad de los egipcios, exactamente el 54%, tanto mujeres como hombres, están a favor de la separación de los sexos en sus lugares de trabajo. Pero en el Líbano y Turquía los que están en contra son el 80% y el 90%.
Al pedirles que expresen su opinión sobre Hamas, Hezbollah, y al-Qaeda, en Egipto se manifiestan a favor de Hamas el 49%, de Hezbollah el 30% y de al-Qaeda el 20%.
Sobre estos juicios influye en parte que sean sunitas o chiítas. Los egipcios son sunitas, como lo es Hamas, mientras que Hezbollah es chiíta.
En todo caso, en Egipto, desde hace algunos años disminuyen los que están a favor de Hezbollah. En el año 2007 eran el 56%, en el 2008 el 54%, en el 2009 el 43% y en el 2010 el 30%.
Por el contrario, están aumentando, pese a ser minoritarios, los que están a favor de los terroristas suicidas. En Egipto, los que los justifican son hoy el 20%, mientras que en el 2009 eran el 15%.
Volviendo a la pena de muerte para quien abandona el Islam, invocada por el 84% de los egipcios, se señala que los que la quieren son hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, instruidos y no, sin distinción.
En Jordania, el porcentaje de los que están a favor de la condena de muerte para los apóstatas son directamente el 86%. Sólo en el Líbano y en Turquía son pocos los que están a favor, el 6% y el 5% respectivamente.
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