miércoles, 24 de marzo de 2010

Sobre el misterio de la Encarnación del Logos



S. Ignacio de Antioquía: Considera al que está fuera de todo tiempo, intemporal, invisible, pero visible por nosotros, impalpable, impasible, pero por nosotros pasible, el cual sufrió toda clase de sufrimientos por nosotros

S. Justino: El cual (Jesucristo), ahora por voluntad de Dios, hecho hombre por el género humano, soportó el padecer aun aquellas cosas que maquinaron contra El los impíos judíos por impulso de los demonios.

S. Hipólito: Porque el Logos de Dios, careciendo de carne, vistió la santa carne de la Santa Virgen, tejiéndose como Esposo para sí mismo un vestido en el patíbulo de la Cruz; con el cual en efecto, uniendo nuestro cuerpo mortal a su poder, y mezclando lo corruptible con lo incorruptible, lo firme con lo enfermo, diese al hombre la salvación que había perdido.

S. Ireneo: Porque si no hubiese que salvar la carne, de ninguna manera el Verbo de Dios se hubiese hecho carne. Y si no tuviese que buscar la sangre de los justos, de ninguna manera el Señor hubiese tenido sangre.

S. AtanasioO: Aunque no se hubiese creado ninguna obra, sin embargo, existía el Verbo de Dios y Dios era el Verbo. Y ese Verbo de ninguna manera se hubiese hecho hombre si no hubiese existido la necesidad del hombre.

S.Cirilo de Alejandría: Por las caídas de los hombres y por nuestros pecados muy gran gracia tenga el Unigénito. Sepa pues que fueron para Él ocasión de aquella gloria deífica, los pecados de la humanidad. Porque si no hubiésemos pecado, no se hubiese hecho semejante a nosotros.

S. Agustín: Si el hombre no hubiese perecido, el Hijo del hombre no hubiese venido.

S. Atanasio: Se dará cuenta también de la causa de aquellas palabras, a saber, “el Señor me creó como comienzo de sus caminos para sus obras” (Prov 8,22), porque como El quisiese destruir nuestra muerte se tomó un cuerpo de la Virgen María, para que ofreciéndo¬lo por todos como víctima al Padre, nos librase a todos.

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