Tomado de un sermón de san Juan de Shanghai y San Francisco
En el día del Triunfo de la Ortodoxia celebramos la victoria de Cristo sobre el iconoclasmo y sobre todos los demonios. La Cruz del Señor separaba a los creyentes de los incrédulos, a aquellos que seguían el camino de la salvación de aquellos que seguían el camino de la perdición. Los iconoclastas de hoy - los protestantes y otros que niegan los santos íconos - del mismo modo rechazan la Cruz del Señor. Ellos permiten bonitas pinturas de varios eventos bíblicos en las paredes de sus hogares, pero repudian la veneración de íconos, que nos recuerda la salvación se alcanza siguiendo un camino difícil y estrecho como el que siguió el Señor Jesucristo, un camino de lucha con las pecados y los vicios, un camino de ayuno y oración. Aquellos que quieren ver el cristianismo como un atractivo camino de flores, que piensan que es posible entrar en la bienaventuranza de la eternidad sin ningún esfuerzo en particular, sin luchar contra sus pasiones - los tales niegan todo esto. Ellos siguen el camino del ladrón a la derecha [de la Cruz]: rechazan todas las leyes que el Señor mismo ha dado y que ordenó que sus Apóstoles predicaran por todo el mundo; niegan las leyes y escritos sagradamente preservados en la Iglesia Ortodoxa. Así, mediante la Cruz algunos son salvos para el conocimiento de la teología [el verdadero conocimiento de Dios], el conocimiento de la verdad eterna, mientras otros son arrastrados por el peso de la blasfemia al tormento del Hades. Tal amplio camino esta ante nosotros los Ortodoxos si deseamos seguir el camino que Cristo nos ha indicado.
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