domingo, 28 de junio de 2009

Santo Zar Lazar de Serbia


La Iglesia Ortodoxa Serbia conmemora hoy Vidovdan, asi como el 620 aniversario de la tragica derrota del ejercito serbio que , el en año 1389 , defendia en Kosovo-Metohia su patria y el cristianismo del poderoso imperio otomano. Así mismo se celebra el martirio del Gran Príncipe lázaro que prefirió el Reino de los cielos antes que el reino de este mundo. El Metropolita del litoral montenegrino, Amfilohije, en nombre del Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Serbia, Pavle, festejara Vidovdan con los creyentes en Kosovo-Metohia, y la Liturgia la oficiara en la iglesia del monasterio Gracanica. Vidovdan es dia de tristeza, por eso el pueblo serbio ha retenido la costumbre de no bailar y cantar en ese dia, asi como interrumpir todos los trabajos.

Santos Apóstoles Pedro y Pablo

Del Lucernario de las Grandes Vísperas del 29 de Junio

¿Qué guirnalda tejeremos con nuestros himnos para Pedro y Pablo? Aunque separados estaban unidos por el Espíritu; fueron los primeros entre los que anunciaron el Evangelio: Pedro, el primero entre los apóstoles, Pablo, el más esforzado predicador de la Palabra. ¡Verdaderamente, Cristo nuestro Dios Misericordioso, los ha adornado con coronas de gloria inmortal!

¿Qué himnos cantaremos para honrar como se merecen a Pedro y Pablo? Sus manos estaban llenas de gracia y verdad; sus pies los llevaron hasta los extremos de la tierra, predicando el Evangelio de la paz. Conducidos por el viento del Espíritu, fueron llevados al cielo. ¡Verdaderamente son ríos de sabiduría y portadores de la Cruz! Por su intercesión, Cristo, nuestro Dios Misericordioso, líbranos de la arrogancia de los demonios.

¿Qué himnos espirituales nosotros entonaremos en honor de Pedro y Pablo? Ellos han impuesto silencio a las lenguas afiladas de los ateos. Ellos son espadas imponentes del Espíritu, el adorno de la Iglesia; ellos han nutrido al mundo entero con la Palabra de Dios, piedras vivas del Nuevo Testamento escrito por la mano de Dios y Cristo, nuestro Dios Misericordioso, los ha exaltado en Sión.

Tres veces Cristo le preguntó a Pedro: ¿Me amas? De esta manera fueron invertidas sus tres negaciones, encomendándole el pastorear a aquellos a los que dio testimonio de los misterios de Dios. Él clamó al Señor: ¡Tú lo sabes todo!, ¡Tú sabes que te amo! “Apacienta a mis ovejas, cuida mi rebaño” le dijo el Salvador, “alimenta a mis corderos cuya salvación compré con mi propia sangre”. ¡Oh Apóstol bendito, intercede por nosotros para que nos conceda su gran misericordia!

LA MISIÓN DE LOS NO MISIONEROS


Todos sabemos que el cristianismo se difundió por todo el Imperio romano en los tres primeros siglos. Sabemos también que esta difusión avanzó tan amplia y profundamente por todas las capas sociales de aquella época que el reconocimiento del Cristianismo por parte de San Constantino llegó como fruto maduro y un premio divino a los largos esfuerzos misioneros de la Iglesia naciente. ¡Pero pocos de nosotros conocemos que este gran éxito de la Iglesia no se debe fundamentalmente a los misioneros! Esta opinión, por extraña que parezca en su formulación, está históricamente demostrada

La obra de los Apóstoles

En los primeros años de la vida de la Iglesia, el peso de la misión recayó sobre los Apóstoles, discípulos del Señor. A ellos se añadió pronto el Apóstol San Pablo, cuya presencia dio un nuevo y decisivo impulso a la difusión de la nueva fe. El Cristianismo, partiendo de Jerusalén, formó un arco inmenso cuyo otro extremo llegaba hasta el "Finis Terrae" España.

Sin embargo, al terminar el siglo I, nos vemos informados por textos de aquella época sobre la existencia de comunidades cristianas vivas en muchas otras ciudades del Imperio, por las cuales no habían pasado los Apóstoles. Instintivamente nos viene a la mente la imagen de misioneros, discípulos de los primeros Apóstoles, que continuaron su obra y difundieron el Cristianismo por estas ciudades. Lo extraño es que ni en los textos cristianos de aquella época, pero tampoco en los de la inmediatamente posterior, no se ofrecen los nombres de estos Misioneros. De que existieran tales Apóstoles que llevaron a cabo una admirable labor a nivel local no cabe duda alguna. Ciertos testimonios dan base a tal conclusión como los refernetes a los Varones Apostólicos enviados a nuestra tierra por los Satos Apóstoles Pedro y Pablo desde Roma. En ellos se habla de personas que tenían un don didáctico y recorrían diversos lugares predicando y catequizando a la gente.

Entre tanto, sin embargo, algo había cambiado. Y este cambio tenía que ver con el modo de la misión. La causa fundamental de este cambio son las persecuciones, y especialmente las persecuciones en la forma que adquirieron a partir de la época del emperador Domiciano (81-96 d.C.). Desde luego que las persecuciones no eran ni continuas ni generales. Pero aun sin haber una persecución generalizada, la posibilidad de que estallara una persecución a nivel local a la más mínima ocasión no era en absoluto improbable. Muchos de los mártires cristianos fueron víctimas de tales estallidos casuales por parte de la muchedumbre de los gentiles. No hay duda de que una predicación misionera pública constituía un importante motivo de persecución no sólo del propio misionero, sino de la misma iglesia local. Esta razón limitó los actos públicos y cambió la forma de la misión. Si continuaban celebrándose tales actos, tenían lugar sólo en lugares apartados, y con el paso del tiempo se limitaban cada vez más. De este modo, a finales del siglo II Orígenes nos informa de que “había sólo escasos fieles que ejercían la labor de la misión”.

La nueva forma de misión

El cese de la actividad de los misioneros no supuso una interrupción de la misión. En este nuevo período adoptó una nueva y poderosa forma. El papel principal lo adquiere ahora la Iglesia organizada. Tácitamente continúa catequizando y bautizando. Pero ya no apoyaba la labor misionera en atraer a las masas, sino en la vocación personal de los fieles. En este esfuerzo se veía apoyada por numerosos factores. Uno de ellos era la propia Iglesia, cuyo fulgor espiritual atraía a la gente. Otro era el profuso espíritu de amor que reinaba entre los cristianos. Un tercero era la fe de los cristianos, que para muchos de ellos no se veía doblegada ni siquiera ante el martirio. Y otro más eran las diversas Escuelas donde cristianos cultos, con el pretexto de la filosofía, enseñaban la nueva fe, etc.

Sin embargo, el factor más importante de todos era la misión de los no misioneros. Es decir, la misión que llevaba uno a otro. El esclavo a su señor, el pedagogo a su alumno, el médico al enfermo, la nodriza al niño y a su madre, la mujer a su esposo, el viajero a su compañero de viaje, el mercader a su cliente, el artesano a su colega, el soldado a su camarada, el marinero a su compañero en el remo, en fin, cada uno a su conocido.

No es exagerado decir que el triunfo del Cristianismo se debe a esta forma de misión. A continuación ofrecemos un ejemplo muy característico.

El comercio de vino y la misión

En la parte sur de Palestina, cerca de las fronteras con Egipto, se hallaba una antiquísima ciudad llamada, aún hoy, Gaza. En la Antigüedad esta ciudad era renombrada por su idolatría y por el célebre vino extraído de sus viñas. Tan famoso era que se usaba como medicina, y por esta razón era exportado hasta la lejana, para aquella época, Francia de hoy. Pero su principal importador era el vecino Egipto. Este vino era depositado en cráteras y llevado al puerto de Gaza, Maiuma, para cargarlo en los barcos.

Gaza se encontraba a dos horas de camino de Maiuma. Pero mientras que Maiuma, ya desde el siglo III había sido cristianizada y tenía su propio obispo, la vecina Gaza no acogió el Cristianismo hasta comienzos del siglo V.

¿A qué se debía esto? El motivo, según un texto antiguo, se encuentra en “tener (Maiuma) muchos mercaderes egipcios de vino”. Los egipcios habían abrazado el Cristianismo desde muy pronto. De este modo, estos mercaderes de vino, anónimos y desconocidos para nosotros, al ir a Maiuma a cargar el vino dulce de Gaza, invitaban a la gente del puerto a su propio “vino nuevo de la fe”, hasta que fue degustado por todos los habitantes.

El predominio del Cristianismo en la época antigua se debe, esencialmente y desde el punto de vista de la participación humana, a estos misioneros oficiosos. O dicho de otro modo, se debe a toda la Iglesia, que estaba profundamente concienciada de su misión como continuadora de la obra redentora de Cristo, y que actuaba de acuerdo con ella como una sola persona. De este modo, la primera época cristiana encarnaba de modo excelente el dictado de la teoría de la misión “de que la misión no es cuestión sólo de los misioneros, sino de todos los fieles tanto en su conjunto como Iglesia como de cada uno por separado” .

Nos encontramos en tierra de misión, vivimos rodeados de personas que se encuentran en el error y la oscuridad de la ignorancia: ¿No deberíamos de aprender de lo que ya sucedió y dio sus frutos? ¿Nos falta fe? ¿Estamos acomodados en nuestras iglesias mientras dejamos que los demás zozobren? Unos poco fueron fermento de muchos. Somos pocos pero si con la ayuda de Dios quisierámos...

miércoles, 24 de junio de 2009

San Paisii de Hilandar


El 19 de junio la Iglesia Ortodoxa y de una forma especial el pueblo de Bulgaria veneramos a uno de los santos más venerados de esta nación, el monje Paisi de Hilandar, primer abanderado del su renacimiento nacional.

A los 23 años de edad el joven se establece en el célebre Monasterio serbio de Hilandar, en el Santo Monte Athos, hoy en la vecina Grecia y en aquel entonces en los límites del vasto Imperio Otomano que tenía dominada Bulgaria desde finales del siglo XIV.

Como enviado monástico, Paisi recorrió ciudades y pueblos para recopilar dádivas y atraer peregrinos. Estos viajes le permitieron conocer las penurias del pueblo búlgaro sojuzgado políticamente por los turcos y en dependencia espiritual por el patriarcado griego de Estambul. El padre Paisi se indignaba y apenaba por la apostasía de muchos búlgaros que, atraídos por la cultura griega, renegaban de su nacionalidad y alardeaban de sentirse griegos. A ellos, el patriótico monje contraponía a quienes llamó los sencillos labradores, pastores y simples artesanos. Eran los mártires de la época que sentían en carne propia las arbitrariedades, vejaciones y violencia de la dominación otomana.

A unos y otros dedicó Paisi un libro que escribió en su celda monástica, un libro nada voluminoso pero en cambio muy fogoso, lleno de amor por su pueblo búlgaro y de orgullo de pertenecer a él, un libro que describía la historia antigua de los búlgaros, la vida de sus reyes y clérigos más excelsos, destacando aquellos acontecimientos y períodos en que el reino medieval de Bulgaria había alcanzado la plenitud de su grandeza y gloria y había sido uno de los más importantes de Europa.

Se titula este libro “Historia Eslavo-Búlgara” . Paisi lo terminó en 1762 y recorrió otra vez las tierras búlgaras para darlo a conocer a sus compatriotas sumidos en las tinieblas del yugo turco y en la ignorancia.

Este libro fue copiado en múltiples ejemplares por su autor y por muchos otros patriotas búlgaros y se convirtió en la primera antorcha del Renacimiento nacional. Hasta entonces, los búlgaros no disponían de una obra completa que les permitiera conocer su historia, su pasado, y de esa manera empezar a luchar por su porvenir como nación libre. “¡Búlgaros, conoced vuestras raíces y aprended bien vuestra lengua!”, escribía Paisi. Y consiguió despertar la conciencia nacional. Sus compatriotas leían su “Historia Eslavo-Búlgara” , asombrados de saber que en el pasado habían tenido un estado extenso, poderoso y floreciente, un estado fuerte en armas, en cultura y en espíritu. Haciendo despertar esta conciencia nacional, el modesto monje sabía que su pueblo iba a tomar pronto por el camino de su independencia religiosa y política. Y así fue: no pasarían muchos años y el pueblo búlgaro emergería de la oscuridad del sinvivir histórico y asumiría toda la responsabilidad por su destino.

Al inicio de este viraje, en los albores de esta nueva época histórica, estaba un libro de pequeñas dimensiones pero de gran carga emocional y enorme significado.

Habiendo cumplido con su misión histórica, Paisi de Hilandar se perdió por los polvorientos caminos que surcaban las oprimidas tierras búlgaras. Pero su nombre y su obra perduraron en la conciencia de los búlgaros. Paisi permanece en la historia como el primer historiógrafo búlgaro moderno, y la memoria popular sigue llamándole EL PADRE Paísi, no sólo por haber sido monje, sino por haber sido el progenitor de la Bulgaria moderna, que mostró a sus compatriotas el camino al mundo y al futuro.

Así, pues, en la segunda mitad del siglo XVIII, una época en que los búlgaros llevaban tres siglos y medio en esclavitud e ignorancia, el monje Paisi, canonizado más tarde por la Iglesia Ortodoxa Búlgara, fue el promotor de la emancipación nacional.

lunes, 22 de junio de 2009

Nacimiento del Profeta San Juan el Bautista


El Profeta San Juan el Bautista era hijo del sacerdote Zacarías, casado con Santa Isabel (descendiente de Aarón). Sus padres vivían cerca de Hebrón (en una región montañosa) al sur de Jerusalén. Por parte de su madre él era pariente de Nuestro Señor Jesucristo y nació seis meses antes que el Señor. Como lo narra el Evangelista San Lucas, el Arcángel Gabriel, se apareció a su padre Zacarías en el Templo y le anunció el nacimiento de su hijo. Y así estos devotos esposos, de edad avanzada, privados del consuelo de tener descendencia, tuvieron por fin un hijo, el cual ellos pidieron en sus oraciones.


Por misericordia de Dios él se liberó de la muerte entre miles de niños que fueron matados en Belén y sus alrededores. San Juan creció en un desierto salvaje, y se preparaba para la gran labor, llevando una forma de vida severa —ayunando, rezando y meditando en su destino preparado por Dios. Llevaba una vestimenta tosca, sujeta con un cinto de cuero, se alimentaba con miel silvestre y langostas. Él siguió una vida de ermitaño hasta el momento en el que el Señor lo llamó a los 30 años de edad para profetizar al pueblo hebreo.


Obedeciendo a este llamado, el Profeta San Juan, llegó a las orillas del río Jordán para preparar a la gente a recibir al esperado Mesías. Ante la festividad de la Purificación mucha gente concurría al río para el lavado religioso. Aquí San Juan se dirigía a ellos, proclamando que se confiesen y se bauticen para el perdón de los pecados. La esencia, de su prédica se refería a que, antes de recibir la purificación externa, la gente debía purificarse moralmente, y de esta manera prepararse para la recepción del Evangelio. Claro es, que el bautismo de Juan no era todavía un sacramento bendito, como el bautismo cristiano. Su sentido era el de preparar espiritualmente hacia el próximo bautismo con agua y Espíritu Santo. Según la expresión de una oración de la Iglesia, el Profeta San Juan, era la luminosa estrella matutina, la cual desprendía un brillo que era superior a la luminosidad de todas las estrellas y anunciaba la mañana del bendito día, iluminado por Cristo el Sol espiritual (Malaquias 4:2) Cuando la espera del Mesías llegó a su culminación, el Mismo Salvador del mundo, Nuestro Señor Jesucristo llegó al Jordán a bautizarse con San Juan. El bautismo de Cristo fue acompañado de anuncios milagrosos — el descenso del Espíritu Santo que bajó en forma de paloma sobre Él y la voz de Dios Padre que provenía de los cielos, diciendo: “Este es Mi Hijo amado...” Al recibir esta revelación, el Profeta San Juan le decía a la gente sobre El “Aquí esta el Cordero de Dios, que toma sobre Sí los pecados del mundo.” Al escuchar esto, dos de los discípulos de Juan siguieron a Jesús. Ellos eran los Apóstoles Juan el Teólogo y Andrés, hermano de Simón, llamado Pedro. Con el bautismo del Salvador el Profeta San Juan concluyó como rubricando su servicio de profeta. Con severidad y sin temor acusaba los vicios tanto de las personas comunes, como la de los poderosos de este mundo. Por ello pronto él padeció. El rey Herodes Antipas (hijo del rey Herodes el Grande) ordenó encarcelar al Profeta San Juan por acusarlo del abandono de su legítima esposa (hija del rey Aretas de Arabia), y por su unión ilegitima con Herodia, la mujer de su hermano Felipe.


El día de su cumpleaños Herodes hizo un banquete, al cual fueron invitadas personas muy conocidas. Salomé, hija de la pecadora Herodia, con su baile impúdico complació de tal manera al rey Herodes y sus invitados en el banquete, que el rey le prometió bajo juramento darle todo lo que ella le pidiese, aun hasta la mitad de su reino. La bailarina por instigación de su madre, pidió que se le entregue la cabeza de San Juan el Bautista sobre una bandeja. Herodes respetaba a Juan como profeta, por ello, él se disgustó ante ese pedido. Pero le dio vergüenza quebrantar la promesa por el dada, envió entonces al guardia a la prisión, el cual decapitó a san Juan el Bautista y entregó su cabeza a Salomé, quien se la llevó a su madre. Después de insultar Herodia sobre la santa cabeza del profeta, la tiró en un sucio lugar. Los discípulos de San Juan el Bautista le dieron santa sepultura a su cuerpo en Sebastia, una ciudad de Samaria.


Por su crueldad Herodes recibió su castigo en el año 38 después de Cristo. Sus tropas fueron derrotadas por Aretas, que fue contra él, por el deshonor causado a su hija, a la cual él abandonó para convivir con Herodia, y al año siguiente el emperador Calígula lo envió al exilio. Según las narraciones de la tradición, el Evangelista San Lucas, al visitar distintas ciudades y pueblos con las prédicas de Jesús, desde Sebastia llevó a Antioquía una parte de los santos restos del gran Profeta — la mano derecha. En el año 959, cuando los musulmanes se apoderaron de Antioquía (durante el imperio de Constantino Porfirocente), el diácono Job, de Antioquía se llevó la mano del profeta a Calcedonia, desde allí fue trasladada a Constantinopla, donde se conservó hasta que los turcos tomaron la ciudad. Después la mano derecha del Profeta se encontraba en la Iglesia “De La Imagen Del Salvador” en el Palacio de Invierno de San Petersburgo.


La santa cabeza de San Juan el Bautista fue hallada por la piadosa Juana y sepultada adentro de una vasija en el monte de Olivos. Un asceta devoto, al realizar una zanja para hacer el fundamento de un templo, encontró este tesoro y lo guardó consigo, pero ante su muerte, temiendo que la reliquia fuese profanada por los no creyentes, la escondió en la tierra en el mismo lugar que la encontró. Durante el reinado de Constantino el Grande, dos monjes fueron a Jerusalén para venerar el Santo Sepulcro, y a uno de ellos se le presentó el Profeta San Juan el Bautista y le indicó, en donde estaba enterrada su cabeza. Desde ese momento los cristianos comenzaron a celebrar el Primer hallazgo de la santa cabeza de San Juan el Bautista. El Señor Jesucristo dijo sobre el Profeta San Juan el Bautista “De todos los nacidos de mujer ninguno superó a Juan el Bautista.” San Juan el Bautista es glorificado por la Iglesia como un “Angel, Apóstol, Mártir, Profeta, Intercesor de la gracia antigua y nueva, de los nacidos honorabilísimo y ojo luminoso del Logos”

COMUNICADO 4ª Conferencia Panortodoxa Preconciliar

Chambésy, Suiza , 22 de junio de 2009

Centro Ortodoxo del Patriarcado Ecuménico Chambésy, Ginebra – Suiza Junio 6 - 12, 2009

La 4ª Conferencia Panortodoxa Preconciliar convocada por Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé I, con el muto consentimiento de Sus Beatitudes los Primados de las Iglesias Ortodoxas locales, tal como fuera expresado durante el Sagrado Encuentro en Fanar del 10 al 12 de octubre de 2008, se reunió en el Centro Ortodoxo del Patriarcado Ecuménico en Chambésy, Ginebra, Suiza, entre el 6 y el 12 de junio de 2009.

Las reuniones de la Conferencia que comenzó con la celebración de la Divina Liturgia Panortodoxa durante la fiesta de Pentecostés (domingo 7 de junio), fueron presididas por Su Eminencia Reverendísima el Metropolita Juan de Pérgamo, con la asistencia del Secretario para la preparación del Sagrado y Gran Concilio de la Iglesia Ortodoxa Su Eminencia Reverendísima el Metropolita Jeremías de Suiza. A las reuniones asistieron representantes de todas las Iglesias Ortodoxas Autocéfalas, por invitación de Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé. Los Primados de las Iglesias Ortodoxas locales transmitieron sus saludos a los participantes de la Conferencia a través de mensajes o por medio de sus representantes. Los miembros de la Conferencia enviaron telegramas a todos los Primados de las Iglesias locales, solicitando sus oraciones y bendiciones para la tarea a desarrollar.

El tema de la 4ª Conferencia Panortodoxa Preconciliar fue, en concordancia con la voluntad de los Primados y representantes de las Iglesias Ortodoxas locales y tal como fuera expresado en el Mensaje del Sagrado Encuentro reunido en Fanar (en octubre de 2008), la discusión de la organización canónica de la Diáspora Ortodoxa. La relevante decisión relacionada con la agenda fue acordada por la Conferencia al inicio de sus sesiones. La Conferencia examinó los textos preparados por el Comité Interortodoxo Preparatorio durante sus anteriores encuentros en Chambésy, a saber: a) del 10 al 17 de noviembre de 1990; y b) del 7 al 13 de noviembre de 1993; como también el documento de la Conferencia de Abogados Canónicos reunida en Chambésy del 9 al 14 de abril de 1995.

Se llegó a un unánime acuerdo sobre estos textos, junto a relevantes aclaraciones, suplementos, correcciones y agregados. La Conferencia expresó el común deseo de todas las Iglesias Ortodoxas para hallar una solución al problema canónico de la Diáspora Ortodoxa, en concordancia con la eclesiología, tradición canónica y práctica de la Iglesia Ortodoxa. La Conferencia decidió establecer nuevas Sínodos locales en ciertas regiones alrededor del mundo de manera de resolver el problema de la Diáspora, en particular para los fieles Ortodoxos que se establecieron fuera de los límites de las Iglesias Ortodoxas locales. Los Presidentes de las citadas Conferencias Episcopales serán los Primados del Patriarcado Ecuménico en esas regiones o, en su ausencia, el siguiente Primado de acuerdo al orden de los Dípticos de la Iglesia. Los miembros de los citados Sínodos locales incluirán a todos aquellos reconocidos por todas las Iglesias Ortodoxas como obispos canónicos, que encabecen las comunidades existentes en cada región. La misión de los Sínodos será la proclamación y promoción de la unidad de la Iglesia Ortodoxa, el ministerio pastoral común a los fieles Ortodoxos de la región, como también su común testimonio al mundo.
Las decisiones de los Sínodos Episcopales se tomarán sobre la base del principio de unanimidad de las Iglesias, que estarán representadas por sus obispos.

La Conferencia también aprobó – por medio de aclaraciones, correcciones y adiciones – el borrador del Reglamento sobre como funcionarán las Conferencias Episcopales, y los principios fundamentales de organización y operación. Los restantes temas del Sagrado y Gran Sínodo (de la Iglesia Ortodoxa), es decir la manera de proclamar la Autocefalia y la Autonomía, como así también el orden de los Dípticos, serán examinados durante los siguientes encuentros de los Comités Preparatorios Interortodoxos y serán remitidos a la siguiente Conferencia Panortodoxa Preconciliar para su tratamiento.

En Chambésy, Ginebra, Suiza 12 de junio de 2009

El Presidente de la Conferencia Metropolita Juan de Pérgamo.

viernes, 19 de junio de 2009

España otra vez de luto.


Hoy los asesinos de ETA han asesinado a un hombre, esposo y padre de familia. Su asesinato es fruto de la enfermedad ponzoñosa del nacionalismo que es capaz de poner una idea por encima del hombre y lo que es más grave por encima de Dios. El fin para ellos justifica los medios y el asesinato criminal está por encima de todo.

Supongo que algunos de mentes retorcidas, en algunas partes de España, se habrán alegrado. Tendremos que soportar ver como algunos políticos que pactaron con los terroristas salen en los medios para que los vean compungidos. Algunos terroristas, que ocupan puestos de gobierno en algunas regiones de España y que tienen las manos manchadas de sangre se alegrarán interiormente.

¿Qué se puede esperar de una sociedad que le ha dado la espalda a Dios? No temen el día del Juicio, porque aunque se libren del juicio de los hombres, no se librarán del juicio de Dios.

Espero y confío que sus compañeros sigan luchando contra estas bestias sin Dios que no respetan la vida, la libertad ni la democracia.
Mi madre conocía a la tía de Eduardo, era un año mayor que yo y algunos años veraneó en Alicante.

lunes, 15 de junio de 2009

Nuestro Señor consuela a los Cristianos Ortodoxos de Palestina en medio de la persecución de judíos y musulmanes.


Un gran milagro se ha producido en la ciudad de Ramala, en Palestina, el pasado 9 de Junio.

El P Niphon fuel el primero en contemplar el milagro mientras se preparaba para celebrar la Divina Liturgia el domingo por la mañana. Mientras besaba los iconos antes de entrar en el santuario se acercó al icono de San Jorge el Victorioso. Al besarlo se dio cuenta de que estaba cubierto de una especie de aceite. Después de comprobar que no había salpicado aceite de la lámpara que arde delante de él, lo limpió. Al volver después de preparar la Proscomidia contempló lleno de santo temor que volvía a tener aceite encima.

Entró en la iglesia el Sr. El-Edam de 47 años y dirigiéndose al párroco le dijo: “En esta iglesia se está produciendo un gran milagro, ¿no huele padre el miro santo?” Reconoció el olor ya que durante una visita al Líbano, cuando era joven, asistió al entierro de una monja en la ciudad de Ermysy y éste era el mismo olor que despedía su cuerpo. “Era algo especial, un olor sagrado, el olor del Paraíso” dijo El-Edam. Y el aceite que brotaba del icono no era como el aceite de oliva ni en su textura ni en su color.


El Patriarca de Jerusalén acudió para certificar el milagro a la Iglesia, saliendo de la misma dando gracias a Dios por tan gran maravilla. Son muchos los que se han acercado a la Iglesia de Ramala, ciudad de 65.000 habitantesentre Tel Aví y Jerusalén, tanto judios como musulmanes, .

Una monja recoge el miro que fluye del icono dandolo a los fieles como bendición. “La gente ha vuelto la espalda a Dios y vive en medio del odio y la violencia, esto es una señal de Dios” comenta Fanous, de 31 años, que trabaja en una empresa de transporte y que ha asistido a la Iglesia del P Niphon desde que era una niña. Ella canta en el coro de la Iglesia y desde allí veía como resbalaban las gotas de miro por el icono.


En medio de las luchas entre musulmanes y judíos, del odio y de la violencia. Dios muestra su misericordia sobre los cristianos ortodoxos árabes, despreciados por unos y otros, y que a pesar de todas las dificultades permanecen en la tierra de sus padres profesando la única Fe verdadera.

Que él Gran Mártir Jorge, el Victorioso, los defienda de todo peligro y de los enemigos visibles e invisibles, les de fuerza para seguir confesando la Fe Ortodoxa que el selló con su sangre e interceda por todos ante el trono de Dios nuestro Señor.

domingo, 14 de junio de 2009

La doctrina de la Iglesia con respecto al Diablo, por el Obispo de Fanari,Aganthángelos

Comienza mañana el ayuno de preparación para la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. La experiencia nos dice que es en los tiempos de ayuno cuando más tentaciones recibimos. Las pasiones parecen despertarse dificultando la ascesis. Y es que el enemigo de las almas no descansa y es precisamente en los tiempos de ayuno, según lo que nos dicen nuestros Santos Padres Teoforos, cuando ataca con mas vehemencia a los fieles que luchan con las armas de la oración y el ayuno contra la oscuridad de las tinieblas. En Occidente y principalmente entre los papistas hay un gran escrupulo de hablar del demonio, incluso son muchos los que niegan la existencia del enemigo. No hay cosa que más le agrade, pues es entonces cuando vence con mayor facilidad. Pero los cristianos ortodoxos sabemos de sus ataques, engaños y sobre todo conocemos su sutileza. No hay mejor arma que conocer al enemigo por eso os propongo la lectura de este texto de Monseñor Agatangelos, Obispo de Fanari.

Buen ayuno y pongámonos siempre en manos de Cristo, nuestro Dios y Señor, ya que con su ayuda podremos vencer siempre a todos los enemigos visibles e invisibles que nos acechan.

Según la tradición bíblico-patrística, el diablo no es personificación de las pasiones, sino persona creada por Dios como ángel y que, al perder su comunión con él, se convirtió en un espírtitu oscuro, diablo. El diablo, como persona, tiene libre albedrío, es decir, libertad, que Dios no fuerza ni suprime.


El misterio de la iniquidad se activa en la Historia, el diablo sigue engendrando el mal y llevando a cabo su labor destructiva desde el momento en que apareció la Iglesia. La tradición bíblica y patrística, aparte de toda visión teórica y moral del bien y el mal, habla del taimado rival de Dios y enemigo del hombre. Es el diablo, en quien sólo hay negación y que destruye y paraliza todo, porque es espíritu de mortandad por rechazo a la vida esencial.


Por consiguiente, el diablo es una entidad concreta, una existencia determinada. Se introduce en la historia mediante la soberbia, la arrogancia y el engaño, como deicida y homicida, como el fraude y la mentira de la nada, como el parásito que parodia y escarnece la creación y al hombre. El pecado, las pasiones, la muerte, es el mal que aquél engendra con su perversión y su odio, y sobre el cual ejerce su poder y autoridad. El mal no es suma de acciones humanas, sino una tentación activa que tiene su raíz en el principio demoníaco, en un principio, pues, ajeno al hombre y su naturaleza, y que la libertad humana puede aceptar o rechazar.


El diablo sobrevino por voluntad y acto de Dios. Los demonios no fueron creados demonios por Dios desde el principio, porque Dios no creó el mal, ya que todo lo hizo bueno. Fueron creados libres de mal en su esencia y naturaleza, libres, independientes y autónomos en cuanto a su voluntad y deseo, tal y como ocurrió con los ángeles. Pero a partir de su caída voluntaria debida a su soberbia, sus cuerpos delicados, etéreos e inmaculados se volvieron tenebrosos y oscuros, materiales y pasionales.


En vista de que en su creación los demonios constituyeron un orden entero, se considera que son muy numerosos y se dividen en grupos y órdenes. La multitud de demonios y su división en grupos y escalas se basa en su polinomia y su obra. Siendo, pues, numerosos y polinómicos los demonios, luchan incesantemente por invalidar la obra redentora de Cristo. No pudiendo hacer daño directamente a Dios, se vuelven contra los hombres y los combaten con su demónica sabiduría, enturbian nuestras voluntades, nos provocan creando tentaciones, hacen todo lo posible por herir al hombre, operan a través de las pasiones, nos combaten con las penas, ponen obstáculos a la oración. Opera de tantos modos que, si Dios es el Ser, el diablo puede caracterizarse como "el que se transforma".


La tentación y la guerra del diablo no están nunca por encima de las fuerzas del hombre, no violentan su autonomía ni afectan a su razón natural, que Dios ha permitido que mantenga mediante su deseo y libertad. El poder del diablo no es vinculante, sino que depende siempre de nuestra libertad. Sucumbir a las tentaciones es cuestión nuestra. O que Satanás domine y ejerza su poder es algo conectado con la decisión activa del hombre que, pervirtiendo su libertad, dice no a Dios y sí al diablo. Los Padres de la Iglesia insisten en que el hombre no se queda nunca solo. Si se aleja de la gracia de Dios, se hace vulnerable a la influencia satánica. Si el cuerpo del hombre no es manejado como arma por Dios, dice San Simeón el Nuevo Teólogo, lo maneja el diablo, con el consentimiento y la cooperación del hombre.


El creyente es llamado a ser el hombre de la purificación y la oración, porque Satanás no dejará de hacer burla y escarnio, de transformarse y de engañar, de corromper y desvirtuar el Evangelio de Dios y la libertad de la Cruz de Cristo prometiendo comodidades y felicidad. Y corremos el peligro de llegar a la plena humillación entregándonos a las tentaciones demoníacas, tal y como hoy las encontramos en las "Iglesias" y el culto de Satanás.


Si el diablo tiene la facultad de transformarse en ángel de luz, nos damos cuenta de hasta qué punto puede hoy tentar y humillar al hombre con las cosas más inocentes, felices y útiles. Consiguiendo tendernos la trampa más astuta: el aparente triunfo de la independencia humana.
Dicen muchos: no hay ni Dios, ni diablo. Pero la fuerza de los demonios es equivalente al rechazo de la Economía Divina de la Santísima Trinidad. Cristo humilló y puso al descubierto los principios demoníacos. Pero la negación de la existencia del diablo facilita más que ninguna otra cosa su labor. Debemos estar listos para convertirnos en espectadores de los más sorprendentes prodigios del diablo, con los cuales intenta alimentar al hombre moderno; haciendo pan de las piedras. Debemos estar listos para afrontar una época de engaños secretos y homicidas, que señalarán la nueva oscuridad de la tierra desde la sexta hasta la novena hora, en la cual se aniquilará al hombre y se perderán sus obras.


La Biblia Satánica proclama: " Da golpe por golpe, desprecio por desprecio, ruina por ruina, con usura cuatrocientas veces mayor ". " Anula todo sentimiento, todos los tabúes y todos los escrúpulos. Da la muerte a cuantos intentan arrebatarte este derecho ".


La omnipotencia de Dios, de acuerdo con su voluntad, no elimina la libertad de los seres racionales. De esta manera, deja al diablo trabajar por el mal porque es persona. Pero limita su destructiva labor mediante el amor y la caridad, cuando el hombre se arrepiente, lo perdona, y de este modo limita el reino del mal, pero la definitiva supresión del poder del diablo tendrá lugar durante el Juicio Final.


La obra del diablo es destructiva. Odia inmensamente al hombre y a toda la creación. Esta poseído por una mortal misantropía. Inspira pensamientos contra Dios y el prójimo, influye en la voluntad del hombre, actúa ontológicamente sobre la naturaleza. Los Padres dicen que como los hombres no eran capaces de comprender la existencia y el furor del diablo, que se manifiesta por medio de las ofensas contra el alma, Dios le permitió introducirse también en el cuerpo, de manera que todos podamos ser conscientes de su furor.


Satanás consiguió mediante el fraude y el engaño someter al hombre a las pasiones y el pecado. La causa que lo llevó a esta acción era la envidia. Envidiaba el diablo a Adán, pues lo veía habitar en el lugar del deleite completo e inmutable, el Paraíso, de donde él había sido justamente expulsado.


Esta ofensa y esfuerzos del diablo por arrastrar al hombre a las pasiones puede a veces tener lugar gradualmente. San Gregorio Palamás dice que Satanás no dicta directamente el pecado y la vida lejos de la Iglesia, sino que " hurtaba maliciosamente en pequeñas cantidades " susurrando al hombre la idea de que puede permanecer en la virtud y conocer por sí mismo qué debe hacer, sin necesidad siquiera de asistir a la iglesia y sin obedecer a los pastores y maestros de la Iglesia. Y cuando consigue sustraerlo a la vida de culto de la Iglesia, lo aleja de la Gracia de Dios, habiéndolo primeramente entregado a la esclavitud de las pasiones.


Ahora bien, ¿por qué Dios permite al diablo combatirnos? San Máximo el Confesor refiere cinco razones:


La primera es para que lleguemos a distinguir la virtud de la maldad llevando a cabo esta lucha .

La segunda, para que con la lucha conservemos segura e inmutable la virtud .

La tercera, para que no nos vanagloriemos de prosperar en la virtud, sino que la consideremos un don de Dios.

La cuarta, para que odiemos absolutamente la maldad,

y la quinta, para que no olvidemos nuestra propia debilidad y la fuerza de Dios, cuando alcancemos la ausencia de pasiones.

sábado, 13 de junio de 2009

Domingo de todos los Santos



En este domingo de todos los Santos, la Santa Iglesia Ortodoxa tiene la última festividad del período de Pentecostés.

A cada uno de los santos que nos son conocidos, los honramos específicamente en un cierto día del año, sin embargo hay muchos que son desconocidos para nosotros, y es a esos a quienes nuestra Iglesia en un día como hoy, honra, reverencia y llama Justos y Benditos. Honramos a todos ellos, tanto a los Profetas, Apóstoles, Mártires, Confesores, Pastores, Maestros, y Santos Monjes y Monjas, cuyo número se va multiplicando agregándose a los coros de los Santos, desde el tiempo de Adán hasta el fin de los tiempos, glorificando a Dios, el único Santo así como a los órdenes angélicos, y especialmente a nuestra Señora, Madre de Dios y Siempre Virgen María.

Dios permite que muchos de sus Santos permanezcan desconocidos para nosotros por un tiempo, para revelarlos en la magnitud de su Gloria mucho tiempo después como hizo con los mártires de la turcocracia santos Rafael, Nicolás e Irene, o con el glorioso Mártir San Fanurio.

Esto sucede para que en tiempos de tibieza de la Fe, los fieles se conforten y se confirmen en el camino hacia el Reino de Dios. De otros santos parece que no sabremos nada, salvo que el Señor disponga lo contrario, hasta que nos presentemos "ante el temible Tribunal de Cristo".

Pero sepamos nosotros sus nombres y sus vidas, o no los sepamos, el Señor sí los conoce y los inscribe en el Libro de la Vida Eterna, porque "el Buen Pastor conoce sus ovejas".

A todos ellos festejamos hoy, con este banquete eucarístico. Es la cosecha de la venida del Espíritu Santo en el mundo; es el "mucho fruto" que dio a luz: “Ciertamente les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto. " (Juan 12:24) . Es la glorificación de los Santos como "la base de la Iglesia, la perfección del Evangelio", pues ellos cumplieron con lo dicho por Él Salvador.

En el Doxasticon de las Vísperas dice: “¡Congreguémonos ahora fieles en la fiesta! Porque ha sido puesto ante nosotros, un cáliz místico y un banquete espiritual lleno del gozo de las deliciosas comidas, que son las virtudes de los mártires; porque aquellos, de almas valientes, ofrecieron el cuerpo a Dios como una ofrenda racional por todos los corporales de los rincones de la tierra. Pues, en la plenitud de su juventud fueron castigados severamente; unos fueron degollados y a otros se les fueron amputadas las manos y todos sus miembros; pues todos los Santos devinieron en partícipes de la Pasión de Cristo. Pero Tú, Señor, que les otorgaste la corona como recompensa por sus luchas, haznos dignos de seguir sus huellas, porque eres Amante de la humanidad.”

Pongamos sus vidas ante nosotros como ejemplos de virtud, roguémosles que intercedan en nuestro beneficio ante Dios, Cuya gracia y misericordia ilimitada está con todos nosotros. Amén

DESCONECTAN LA COPRRIENTE ELECTRICA EN EL MONASTERIO ZOCISTE JUNTO A ORAHOVAC

La Iglesia del Monasterio antes de la destrucción
a manos de terroristas albano-kosovares
(En la foto de abajo, la Iglesia destruida)


12. junio 2009.

La Eparquia de Ras y Prizren comunico que hoy ha sido desconenctada la corriente electrica al monasterio de los Santos Médicos Anaghiros Cosme y Damián de Zociste junto a Orahovac. En febrero del presente año la corriente fue desconectada al monasterio serbio Gorioc junto a Istok. La Eparquia de Ras y Prizren piensa que el corte de la energia electrica es una forma mas de presionar sobre la población ortodoxa en aras de hacerla abandonar la provincia serbia de Kosovo y contribuir a que los monjes también abandonen este lugar sacro. La escusa de que la falta de pago de las cuentas por energia consumida no es el principal motivo de esta desconeccion lo testimonia el hecho de que la mayoria albanesa en esta region tampoco paga sus cuentas, según consta en el comunicado, agregandose a la vez que el monasterio Zociste es uno de los mas afectados de esta Eparquia. El monasterio también fue meta de ataques terroristas de extremistas albanos ya en 1998, que lo redujeron a escombros. La reconstrucción comenzó en octubre de 2005, para luego frenarla KFOR, justificandolo con la oposicion de albanos a su renovación.

jueves, 11 de junio de 2009

Bartolomé I implora a Dios por el asunto de la Ortodoxia de la diáspora

(Fuente: Nikolaos Magginas, 09/06/09)

Con motivo la IV Asamblea Pre-Sinodal Panortodoxa que se desarrolla en la ciudad de Chambésy, Suiza, el Patriarca Ecuménico Bartolomé I auguró a los representantes de todas las Iglesias que participan en los labores de la misma que se solucione en concordancia el asunto de la Ortodoxia de la diáspora. En el templo de de la Santísima Trinidad de Taxim, Constantinopla, se celebró el día del Espíritu Santo donde el Patriarca asistió desde el trono y con la asistencia de numerosos feligreses que colmaron la iglesia, entre ellos el cónsul griego, Nikos Sigalas, los metropolitas de Tranupolis y Teodorupoli, arcontes, alumnos de los Institutos Zografion y Zappion acompañados por sus directores Ioannis Dermitzoglu y Despina Filipu, feligreses de la misma ciudad, de Grecia, de Finlandia y otros países.

Finalizada la celebración de la Divina Liturgia el Patriarca Ecuménico se refirió a la IV Asamblea Pre-Sinodal Panortodoxa, e imploró con todos los presentes una oración de la siguiente manera:

“Recemos entre todos para que el Espíritu Santo inspire a los prelados y teólogos que se reúnen a partir de hoy durante toda la semana en nuestro centro ortodoxo patriarcal de la ciudad de Chambésy, para concordar una solución terminante sobre el asunto de la Ortodoxia de la diáspora el cual nos apena mucho y nos genera problemas y controversias entre la Ortodoxia”.

Es este uno de los temas que más controversia están causando dentro de la Ortodoxia por la disputa que en ocasiones se ha establecido entre el Patriarcado de Moscú y el de Constantinopla por los territorios que están fuera de las jurisdicciones tradicionales. Así mismo en los países de Occidente se crean situaciones totalmente anticanónicas al haber varios Obispos ortodoxos de distintas jurisdicciones en una misma ciudad como es el caso de París.

Nadie quiere soltar a los corderos de su rebaño, estén donde estén y se tendría que examinar si detrás de todo ello hay un auténtico espíritu pastoral. Además hay un nulo carácter misionero, olvidando aquello que tantas veces se repite en la Liturgia Ortodoxa: “Faro resplandeciente para iluminar a aquéllos que se encuentran en la oscuridad de la ignorancia y del error”. ¿Se creen esto los sacerdotes ortodoxos que llegan a los países de Occidente? ¿Se plantean que ellos y sus fieles han de ser faros que iluminen a aquellos que no profesan la Fe verdadera, la Fe ortodoxa? O más bien se dedican a aprovechar el rebaño que les ha sido dado, mirando a otro lado para no enemistarse con la todopoderosa Roma, o con las decadentes confesiones protestantes.

¿No sería más lógico que todos los ortodoxos que viven en Francia, Alemania, Italia… estuvieran bajo una misma jurisdicción y se crease una única Iglesia Ortodoxa, bien organizada, con seminarios y facultades de teología, con publicaciones y una labor pastoral y misionera eficientes? ¿No será más bien que el demonio siempre intenta dividir y nosotros nos quedamos conformes con esa división?

Quizás nos tendríamos que confesar de egoísmo, soberbia, amor excesivo al dinero y a los honores e incluso de filetismo. Por el bien de las Santas Iglesias de Dios esperemos que este tema quede aclarado en el Santo Sínodo Panortodoxo y prime el bien de los fieles a los intereses particulares y mundanos de cada uno de los Patriarcados.

Se celebra el primer "Pseudobautismo" laico en Madrid

Lo menos insospechable e insólito no tiene lugar en el mundo de la ciencia ficción, tal y como el séptimo arte nos hace creer, sino en el mundo real. Al principio pensé en mirar el calendario y comprobar si realmente era 28 de diciembre.

Pero no, no era broma alguna. Pedro Zerolo, celebró en Madrid el primer “bautismo” laico, en el cual se hace lectura al niño los artículos de la Carta Europea de los Derechos del Niño y, una vez finalizada esta, los padrinos tienen la oportunidad de dirigirle unas palabras al niño.

Nada hay menos solemne y más artificial que una burda copia sacramental, como una copia de la partida de bautismo a lo civil, sin el padre y la madre, con el cónyuge uno y dos y tres y cuatro. Ya tenemos plantado el simulacro del sacramento del bautismo, la francachela pseudolitúrgica de los progres confesos.

Ornamentos aparte, los progresistas laicistas han puesto los pies sobre el altar para pisar el mantel de las puntillas. El cristianismo, a la vida privada, sin luz ni taquígrafos, pero sus fantasías litúrgicas bien visibles sobre el escenario social. Vengan medios de comunicación, cámaras, periodistas y acción, que el nuevo proselitismo revestido de un punto de pensamiento snob va a recitar a Benedetti. No hace falta que nos den más explicaciones, "ya sabes", dicen, "lo mal que lo pasaron sus progenitores, y los progenitores de los progenitores, con la Iglesia, con la obligación moral y con la rúbrica ceremonial". Atrás quedaron los años en los que el culto y la cultura eran la misma realidad. Ahora tenemos una nueva generación que pretende suplantar el cristianismo y sus sacramentos convirtiéndolos en construcción simbólica de nueva ciudadanía. Ciudadano por cristiano, para que, al final, alguien se empeñe en la contradicción: o ciudadanos o cristianos.

Si algún pariente o amigo nos invitara a un sacramento laico, con perdón del pensamiento y del lenguaje, tómese antes una ración de paciencia y de sentido del humor. Humor se escribe con amor, dijo el poeta; aquel que confesaba que si no creemos en la religión verdadera, menos lo vamos a hacer en la inventada. La izquierda no ha perdido su punto de clericalismo, de amor-odio a los curas y a la Iglesia. No puede vivir sin ejercer el sacerdocio laico, otro matrimonio conceptual desviado, oxímoron donde los haya, que acapare el protagonismo social. Comenzaron con los funerales laicos, luego vinieron las primeras comuniones por lo civil y terminarán con el sacerdocio ciudadano, después de haber cursado los estudios de grado y postgrado en teología para la ciudadanía, es decir, en ideología convertida en corpus dogmático.

El hombre, y la mujer, para que no se enfaden los lingüísticamente correctos, es un animal simbólico; es un animal religioso, mal que pese a algunos que andan por ahí. Necesita de ritos de paso, de inicio y de término, no vaya a ser que la soledad de la ideología agudice el drama de la existencia. Los laicos de este país, como los de la Revolución francesa, nunca han tenido otra pretensión que la de sentarse en la catedral y entronizar a la diosa razón. Sustituir la verdadera religión por la religión de la humanidad, al estilo Augusto Comte. Ya lo dijo Diderot: "La posteridad es para el filósofo lo que el otro mundo para el hombre religioso" y por eso quieren asegurar la posteridad. A los sacerdotes, que están sufriendo en esta época una de las campañas denigratorias más intensas y extensas que se han visto en los últimos años, le ha salido la competencia de una nueva casta sacerdotal: la de los concejales laicos que hablan en nombre de la nueva humanidad, de la nueva religión de la humanidad. Ya lo apuntó en 1762 Rousseau cuando pedía "una profesión de fe puramente civil, sentimientos sociales sin los que un hombre no puede ser un buen ciudadano ni un súbdito fiel". La religión civil, según Robert Bellah, consiste en creencias, rituales, espacios sagrados y símbolos. Al sociólogo americano se le olvidó la clase sacerdotal de los Zerolos, un linaje destinado a la liberación de la religión y a la exaltación de la razón ciudadana, con hisopo incluido.

martes, 9 de junio de 2009

El Tesoro de los Santos Padres





El que no confiesa la comunidad de la esencia en la Divinidad cae en el politeísmo; la naturaleza del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo es una e idéntica. Sin embargo, en la Divinidad una, la identidad de la naturaleza está diversificada en tres Hipóstasis, de tal manera que la individualidad de las Personas se encuentra en una esencia, y la única Divinidad se reconoce en tres Hipóstasis perfectas. (Epístola II, 10)

El Padre existe y posee el ser perfecto, raíz y fuente del Hijo y del Espíritu Santo. El Hijo existe, en plenitud de divinidad, Verbo viviente e Hijo sin defecto del Padre. El Espíritu es también pleno, perfecto y completo, considerado en Sí mismo. (Homilía 24, Contra los Sabelianos, 4)
Es imposible ver la Imagen del Dios invisible, salvo en la iluminación del Espíritu. Quien fija los ojos en la Imagen no puede separar de ella la luz, pues lo que causa la visión es visto necesariamente con lo que se ve. Así, propiamente hablando, por la iluminación del Espíritu, discernimos el esplendor de la gloria de Dios (el Hijo: Hb 1:3), y por la Impronta (el Hijo) somos conducidos a la gloria de Aquél (el Padre) a quien pertenecen la Impronta y el sello de la misma forma (el Espíritu Santo) (Sobre el Espíritu Santo, 26)

San Gregorio Nazianceno.

Desde el día en que renuncié a las cosas de este mundo para consagrar mi alma a las contemplaciones luminosas y celestiales, cuando la Inteligencia suprema me raptó de aquí abajo para ponerme lejos de todo lo carnal, para encerrarme en el secreto del tabernáculo celestial; desde ese día, mis ojos quedaron deslumbrados por la luz de la Trinidad cuyo brillo supera todo lo que el pensamiento podía presentar a mi alma. Pues desde su trono sublime, la Trinidad derrama su esplendor inefable, común a los Tres. Ella es el principio de todo lo que se encuentra aquí abajo, separado de las cosas supremas por el tiempo... Desde ese día estoy muerto para el mundo, y el mundo está muerto para mí. (Poemas sobre sí mismo, I)

Tan pronto comienzo a pensar en la Unidad, la Trinidad me baña con su esplendor. Tan pronto comienzo a pensar en la Trinidad, la Unidad me vuelve a impresionar. Cuando uno de los Tres se me presenta, a tal punto quedan mis ojos deslumbrados, que pienso que es el todo. Y lo demás se me escapa, pues en mi espíritu demasiado limitado para comprender a uno solo, ya no queda ningún lugar par lo demás. Cuando uno a los Tres en un mismo pensamiento, veo Una sola antorcha, sin poder dividir o analizar la luz unificada. (Sobre el Santo Bautismo, Oración 40º, Nº 41)

La monada se pone en movimiento en virtud de Su riqueza; la díada es franqueada, pues la Divinidad está por encima de la materia y de la forma; la tríada vuelve a cerrarse en la perfección, pues Ella es la primera que franquea la composición de la díada. Es así como la Divinidad no se queda en límites estrechos, ni se derrama indefinidamente. Una cosa sería sin honor, y la otra, contraria al orden; una, puramente judaica, la otra, helénica y politeísta. (Sobre la Paz, Oración 23º, 8 y 10)

Cuando nombro a Dios, nombro al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. No es que yo suponga una divinidad difusa (eso sería volver a la confusión de los falsos dioses); no es que yo suponga a la divinidad condensada en uno solo (eso sería empobrecerla) Es que no quiero ni judaizar a causa de la monarquía divina, ni helenizar a causa de la abundancia divina. (Sobre la Santa Pascua, Oración 45º, Nº 4)

Cuando hablo de Dios, debéis sentiros bañados en una sola luz y en tres luces. Digo tres como caracteres propios o como Hipóstasis o como Personas (no discutamos sobre las palabras, siempre que las sílabas tengan el mismo sentido) Digo una como esencia, es decir, como Divinidad. Pues allí hay división indivisa, conjunción con distinción. Uno solo en los Tres, es la Divinidad. Los Tres, Uno solo; quiero decir los Tres en lo que es la divinidad, o, para hablar más exactamente, que son la Divinidad. (Sobre la Santa Luz, Oración 39º, Nº 2)

No ser engendrado, ser engendrado, proceder, caracterizan al Padre, al Hijo y al que se llama Espíritu Santo, para proteger la distinción de las tres Hipóstasis en la Única naturaleza y majestad de la Divinidad. Pues el Hijo no es el Padre, puesto que sólo hay un Padre, pero es lo que es el Padre. El Espíritu Santo, aunque procede de Dios, no es el Hijo, puesto que sólo hay un Hijo único, pero es lo que es el Hijo. Los Tres son Uno en Divinidad y el Uno es Tres en Personas. (Oración 31º, Nº 9)

¿Preguntas qué es la procesión del Espíritu Santo? Dime antes qué es la inasequibilidad del Padre; entonces, a mi vez, trataré como fisiólogo la generación del Hijo y la procesión del Espíritu. De esta manera, los dos juntos quedaremos igualmente presos de la locura, por haber mirado astutamente los misterios de Dios. (Oración 31º, Nº 8)

¿Oyes que hay generación? No busques con curiosidad cómo. ¿Oyes que el Espíritu procede del Padre? No te fatigues en buscar el cómo. (Oración 20º, Nº 2)

Según mi juicio, se protege a un solo Dios poniendo en relación al Hijo y al Espíritu con un solo Principio, sin componerlos ni confundirlos y afirmando la identidad de sustancia y lo que llamaré el Único y mismo movimiento y voluntad de la Divinidad. (Oración 20º, Nº 7)

Para nosotros hay un solo Dios puesto que hay una sola Divinidad, y que los que proceden se refieren al Uno del que proceden, siendo al mismo tiempo Tres, según la fe... Así, cuando nosotros contemplamos a la Divinidad, la causa primera, la monarquía, el Uno se nos aparece; y cuando apuntamos a aquéllos en los que la Divinidad es y que proceden del Principio primero con la misma eternidad y gloria, adoramos a los Tres. (Oración 31º, Nº 14)

La naturaleza única en los Tres, es Dios; en cuanto a la unidad, es el Padre, de quien los otros proceden y hacia Quien vuelven sin confundirse, co-existiendo con Él sin estar separados por el tiempo, por la voluntad o por el poder. (Oración 42º)

Me hubiera gustado exaltar al Padre como al más grande, pues de Él los iguales obtienen su igualdad y, al mismo tiempo, su ser... pero temo, sin embargo, hacer del Principio un principio de inferiores y así ofenderlo al querer exaltarlo, pues la gloria del Principio no consiste en rebajar a los que de Él proceden... Divinidad, sin grado superior que eleva o grado inferior que rebaja, de todos modos igual, de todos modos la misma, como en el cielo belleza y grandeza son todo uno. Es la infinita con-naturalidad de Tres infinitos. Cada uno, considerado en Sí mismo, enteramente Dios, tanto el Hijo como el Padre, tanto el Espíritu Santo como el Hijo; pero cada uno conserva su carácter personal. Dios, los Tres considerados juntos. Cada uno es Dios a causa de la consubstancialidad, los Tres son Dios a causa de la monarquía. (Sobre el Santo Bautismo, Oración 40º, Nº 43 y 41)

El Hijo posee todo lo que posee el Padre, salvo la facultad de ser causa, y todo lo que posee el Hijo, el Espíritu lo posee también, salvo la facultad de ser Hijo. (Oración 34º, 10)

El Padre es la unión de la que provienen y a la que van los Otros. (Oración 32º, 15)

San Gregorio de Nisa.

Del Padre procede el Hijo por quien son todas las cosas y con quien el Espíritu Santo es siempre e inseparablemente conocido, pues no se puede pensar en el Hijo sin estar iluminado por el Espíritu. Así, por una parte, el Espíritu Santo, fuente de todos los bienes distribuidos a las criaturas, está unido al Hijo con el que está inseparablemente concebido; por su parte, Su ser está suspendido del Padre de quien procede. Por consiguiente, la noción característica de su propiedad personal es ser manifestado después del Hijo y con Él, y subsistir procediendo del Padre. En cuanto al Hijo que manifiesta por Sí mismo y consigo mismo al Espíritu que procede del Padre, sólo Él brilla con luz inalcanzable como Hijo unigénito. Esa es su noción propia, la que lo distingue del Padre y del Espíritu Santo y lo designa personalmente. En cuanto al Dios supremo, la noción eminente de su Hipóstasis es que sólo Él es Padre y que no procede de ningún principio: por esta característica es designado personalmente...

Así como al observar en un espejo puro el reflejo de la forma que en él se produjo, se tiene un conocimiento exacto del rostro allí representado, asimismo, si se conoce al Hijo, se recibe en el corazón la marca de la Hipóstasis Paterna, por el conocimiento del Hijo. En efecto, todo lo que pertenece al Padre es visto en el Hijo, y todo lo que pertenece al Hijo, pertenece al Padre, puesto que el Hijo permanece enteramente en el Padre, y a su vez tiene al Padre, enteramente, en Él. Por eso la Hipóstasis del Hijo es como la forma y el rostro del conocimiento perfecto del Padre, y la Hipóstasis del Padre es perfectamente conocida en la forma del Hijo, aunque las particularidades que en ellos se consideran se mantienen para establecer una distinción clara entre las Hipóstasis. (Epístola 38)


Único es Dios Padre, dueño de la Antigua y de la Nueva Alianza; Único es el Salvador Jesucristo, profetizado en la Antigua y venido en la Nueva; Único también es el Espíritu Santo, que, por los profetas, fue el heraldo del Cristo, que descendió después de la venida del Cristo y lo mostró a los hombres.


Que nadie, pues, separe la Antigua Alianza de la Nueva; que nadie pretenda que el Espíritu es diferente aquí o allí, pues eso es contrariar al Espíritu Santo mismo, al que se honra con el Padre y el Hijo y a quien se engloba en la Santa Trinidad cuando se da el santo bautismo. En efecto, el Hijo Único de Dios dijo claramente a los apóstoles: Id, haced discípulas a las naciones, bautizándolas en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Nuestra esperanza reside en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. No proclamamos tres dioses, sino que proclamamos, con el Espíritu Santo, por el Hijo Único, un solo Dios. La fe es indivisible, la piedad sin falla posible. No separamos la Santa Trinidad, ni la confundimos. (16º Catequesis, 3-4)

El Padre por el Hijo en el Espíritu Santo, da todas las gracias. No son unos los dones gratuitos del Padre, y otros los del Hijo, y otros los del Espíritu Santo; pues no hay más que Una salvación, Una sola potencia, una sola fe. Un solo Dios, el Padre; un solo Señor, su Hijo único; un solo Espíritu Santo, el Paráclito. (16º Catequesis, 24)

Del mismo modo que el pan eucarístico, después de la invocación del Espíritu Santo (Epiclesis), ya no es un pan cualquiera, sino el Cuerpo del Cristo, así este Santo Crisma, después de la invocación, ha dejado de ser un aceite común, para ser don gracioso del Cristo y del Espíritu Santo, así la Divinidad, por su presencia, lo hace eficaz. Así es el Crisma con el que se te hace la crismación sobre la frente y también sobre los diversos órganos de los sentidos. Mientras el cuerpo es ungido por un bálsamo visible, el alma es santificada por el Espíritu Santo y vivificada. (21º Catequesis, 3)

Después de habernos santificado con esos cantos espirituales, suplicamos al Dios de misericordia que envíe el Espíritu Santo sobre las ofrendas dispuestas ante nosotros para que transforme el pan en el Cuerpo del Cristo y el vino en la Sangre del Cristo. Lo que ha sido tocado por el Espíritu Santo es en efecto totalmente santificado y transformado. (23º Catequesis, 7)


Tres elementos pertenecen a Dios: la esencia, la energía y la tríada de las divinas Hipóstasis. (PG 151, 1173B)

Los apelativos propios de las Hipóstasis divinas son comunes a las energías, mientras que los apelativos comunes a las Hipóstasis son particulares de cada una de las energías divinas. Así, la vida es un apelativo común al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, pero la presciencia no es llamada vida, como tampoco lo son la simplicidad ni la inmutabilidad, ni ninguna otra energía. Cada una de estas realidades que hemos enumerado pertenecen al mismo tiempo al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, pero sólo pertenecen a una Única energía, y no a todas; de hecho, cada realidad sólo tiene una significación. A la inversa, Padre es el apelativo propio de una Única Hipóstasis, pero Se manifiesta en todas las energías... Lo mismo ocurre con los apelativos Hijo y Espíritu Santo. Así, puesto que Dios en su integralidad se Encarnó íntegramente, de manera inmutable, unió al Todo de Sí mismo, la naturaleza divina, con todas sus potencias y energías en una de las Hipóstasis divinas. De la misma manera, por cada una de sus energías, participamos en el todo de Dios... Padre, Hijo y Espíritu Santo. (Contra Akindynos, V, 27)

El Espíritu del Logos es un indecible amor del Padre por el mismo Logos que Él engendra de manera indecible; y el Verbo, Hijo bienamado, devuelve este amor al Padre, pero en la medida en que proceden juntos del Padre y en la medida en que este amor reposa sobre él consubstancialmente... Así, el Espíritu es el gozo eterno del Padre y del Hijo, en el que los Tres se complacen. Este gozo es enviado por los dos a los que son dignos de él... pero procede sólo del Padre para existir. (PG 150, 1144-1145)

jueves, 4 de junio de 2009

El Espíritu Santo

De la catequesis XV de San Cirilo de Jerusalén

1. Verdaderamente necesitamos de la gracia espiritual para hablar del Espíritu Santo, aunque nunca estaremos a la altura de la cuestión, pues es imposible. Intentaremos, sin embargo, exponer con naturalidad lo que sacamos de ello en la Sagrada Escritura. En los Evangelios se habla de un gran temor cuando Cristo dice abiertamente: «Al que diga una palabra contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro» (Mt 12,32). Y hay que temer seriamente que alguien, al hablar por ignorancia o por una mala entendida piedad, se gane la condenación. Cristo, juez de vivos y muertos, anunció que un hombre tal no obtendrá el perdón. Y si alguien le ofende, ¿qué esperanza le queda?

Hablaremos de lo que sobre el Espíritu Santo se dice en la Escritura

2. Es necesario el don de la gracia de Jesucristo, tanto para que nosotros hablemos adecuadamente como para que vosotros oigáis con inteligencia. Pues la inteligencia penetrante no es necesaria sólo para los que hablan, sino también para los que oyen, de modo que no suceda que éstos oigan una cosa y torcidamente entiendan otra. Hablaremos, pues, nosotros del Espíritu Santo sólo lo que está escrito y, si algo no está escrito, que la curiosidad no nos ponga nerviosos. Es el mismo Espíritu Santo el que habló por las Escrituras: él dijo de sí mismo lo que quiso o lo que pudiéramos nosotros entender. Así pues, digamos las cosas que fueron dichas por él, pues con lo que él no dijo no nos atreveremos.

Presente ya desde antiguo, es igual en dignidad al Padre y al Hijo.

3. Hay un solo Espíritu Santo Paráclito. Y del mismo modo que hay un solo Dios Padre, y no hay un segundo Padre, y sólo un Hijo unigénito, que no tiene ningún otro hermano, así existe un solo Espíritu Santo, y no existe otro Espíritu Santo que sea igual en honor a él. Es, por tanto, el Espíritu Santo, la máxima potestad, realidad divina e inefable. Pues vive y es racional, santificador de todas las cosas que Dios ha hecho por Cristo. El ilumina las almas de los justos. El está también en los profetas y también está, en la nueva Alianza, en los Apóstoles. Odieseles a quienes tienen el atrevimiento de aislar la acción del Espíritu Santo. Pues hay un solo Dios Padre, Señor de la antigua y de la nueva Alianza. Y un solo Señor, Jesucristo, que profetizó en la antigua y ha venido en la nueva. Y un sólo Espíritu Santo que anunció por los profetas a Cristo y que, después que Cristo llegó, lo mostró.

Ni se habla de tres dioses ni deben separarse Padre, Hijo y Espíritu Santo.

4. Por tanto, nadie separe la antigua de la nueva Alianza: que nadie diga que uno es allí el Espíritu, mientras que aquí lo es otro diferente, pues ofende así al mismo Espíritu Santo, a quien se tributa honor juntamente con el Padre y el Hijo y que queda, en el bautismo, incluido dentro de la Santa Trinidad. Pues el mismo Hijo unigénito de Dios dijo claramente a los apóstoles: «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 19). Nuestra esperanza está puesta en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. No anunciamos tres dioses. Callen, pues, los marcionitas, porque, juntamente con el Espíritu Santo, por medio de un único Hijo, predicamos un único Dios. La fe es indivisa y la piedad es inseparable. Ni separamos la Santísima Trinidad, como hacen algunos, ni hacemos, como Sabelio, una confusión. Sino que reconocemos piadosamente a un Padre único, que nos envió un Salvador, el Hijo, Reconocemos a un Hijo, único, que prometió que enviaría desde el Padre al Paráclito (cf. Jn 15, 26). Reconocemos al Espíritu Santo, que habló por los profetas y en Pentecostés descendió sobre los apóstoles en una especie de lenguas de fuego (Hech 2, 3), en Jerusalén, en la iglesia de los apóstoles, la de arriba. Aquí tenemos toda clase de prerrogativas. Aquí Cristo y el Espíritu Santo descendieron de los cielos. Y era muy conveniente que, del mismo modo que las cosas que se refieren a Cristo y al lugar del Gólgota las decimos en el mismo Gólgota, así también hablásemos del Espíritu Santo en la iglesia de arriba. Pero puesto que el que allí descendió participa de la gloria del que aquí fue crucificado, por eso es en este lugar donde hablaremos del que allí bajó. El culto piadoso no admite separación.

ACATISTO AL ESPÍRITU SANTO




Contaquio I

Venid fieles a celebrar el descenso del Espíritu Santo que el Padre derrama sobre los Apóstoles. Él cubre toda la tierra con el conocimiento de Dios haciéndonos dignos de la vida de la gracia y de la gloria del cielo. Él es el que nos santifica y nos permite exclamar:

Ven Espíritu Santo y permanece en nosotros

Icos I

Los coros de los ángeles cantan incesantemente en el cielo la gloria del Espíritu Santo, fuente de vida y luz intangible. Glorificamos con ellos al Espíritu de bondad por todos sus beneficios manifiestos u ocultos, y humildemente le suplicamos diciendo:
Ven, luz verdadera y alegría del alma.
Ven, nube de rocío y belleza indescriptible.
Ven y acepta esta ofrenda que se eleva a ti como el incienso.
Ven, Espíritu de verdad al que el mundo no puede recibir.
Ven, y haznos disfrutar con la felicidad de tu efusión.
Ven, y alégranos con la abundancia de tus dones.
Ven, y establece tu morada entre nosotros.

Ven Espíritu Santo y permanece en nosotros

miércoles, 3 de junio de 2009

Ante las próximas elecciones al Parlamento de la UE


Son muchos los que han pedido consejo ante las cercanas elecciones del 7 de Junio para el Parlamento de la UE. Como es evidente no voy a decir a nadie a que partido tiene que votar. Pero lo que si que me siento en la obligación de hacer es una reflexión que pueda orientar.

Lo primero es dejar claro que se ha de votar. Es un derecho del que no se ha de prescindir. Puede que algunos aduzcan que no les afecta lo que se decida en Europa y esto es un gran error. Las decisiones que se toman en Estrasburgo afectan a todos los ciudadanos de la Unión Europea hasta en detalles mínimos como puedan ser los kilos de pólvora que se han de disparar en las fiestas de Moros y Cristianos. Imaginad lo que sucede a otros niveles como son la concesión de subvenciones a la agricultura etc.

Así mismo la participación de los cristianos es cada vez más necesaria ante la ignorancia de algunos gobernantes que pretenden prescindir del origen cristiano de Europa y que nos quieren hacer creer que es un ente cuyo origen es el laicismo y el racionalismo. Europa es lo que es gracias al cristianismo y gran parte de la diferencia existente entre los distintos estados es fruto de su confesión cristiana.

Ahora bien, cuando los cristianos nos situamos ante los programas de los distintos partidos, ¿Cuál ha de ser el criterio que nos guíe en nuestro voto? Por su puesto, el criterio ha de ser nuestra fe.

Hay un error que espero y confío que no se extienda entre los ortodoxos y es el crear departamentos estancos en nuestra vida sin ningún nexo entre ellos como sucede en nuestra sociedad occidental. Dentro de estos departamentos existe uno que es la fe y la vivencia religiosa que algunos, cada vez menos, desempolvan el domingo mientras van a la iglesia y que luego el resto de la semana guardan hasta el domingo siguiente. Luego su fe no influye para nada ni en su trabajo, ni en sus relaciones, ni en su manera de ver la vida.

Esto es imposible para u cristiano de verdad y mucho menos para un cristiano ortodoxo ya que nuestra fe es vivida cada segundo de nuestra vida y es la luz que nos ilumina en todos los ámbitos de nuestra existencia.

¿Cómo ha de influir entonces en nuestra opción a la hora de votar? Lo primero que tenemos que hacer es tener presentes cuales son las propuestas de los diferentes partidos expresadas normalmente en los programas electorales que no suele leer nadie. En ellos viene reflejado claramente el ideario del partido y lo que hemos de hacer es ver en que concuerdan con nuestro único ideario que es aquello que nos dice la Fe que vivimos en la Iglesia.

Si hacemos este ejercicio veremos que hay partidos que se hayan a años luz de aquello que nos dice el Evangelio, de aquello que nos dice nuestra fe. Llegados a este punto esto ha de ser lo que nos oriente a la hora de depositar nuestro voto en las urnas. No nos hemos de dejar llevar por ideologías políticas sino por la única ideología que puede tener un Cristiano: Aquello que dice nuestra Fe Ortodoxa.

No podemos votar a partidos que lleven en sus programas propuestas que estén en contra de nuestra fe, que se declaren abiertamente ateos, que tengan en su programa una lucha abierta contra el cristianismo y que no duden en menospreciar sus símbolos sagrados, que está a favor del aborto, de l,os matrimonios entre personas del mismo sexo, de la eutanasia, de la familia de la cual afirman que es un resto de la sociedad patriarcal que se ha de abolir… Creo que esto no es posible porque en definitiva al dar nuestro voto a estos partidos estamos diciendo que apoyamos que nos gobiernen siguiendo estos criterios ya que cuando llegan al poder lo que hacen es cumplir con el programa que llevaban en las elecciones, o por lo menos eso es lo que dicen.

¿Qué pensaríamos si viésemos, por ejemplo, (y es sólo un suponer, pero a alguien tenía que citar) Al Patriarca Bartolomé de Constantinopla en una manifestación a favor de la eutanasia, o del aborto en la capital de la Unión Europea? ¿Qué pensaríamos de un cristiano ortodoxo que vota a favor de un partido que está a favor de la eutanasia, o del aborto?

Si llegado el caso, y después de una reflexión seria, no encuentras ningún partido que se adecue a por lo menos unos mínimos cristianos, vota en blanco, pero vota. Las elecciones son el Santísimo día de Pentecostés. Que el Espíritu Santo ilumine a todos los que participen en las elecciones para que su voto salga aquello es mejor para Europa y para los europeos.

lunes, 1 de junio de 2009

Más sobre el despropósito de la nueva ley de aborto

Las palabras de la titular del Semi-Ministerio de Igualdad, negando que los fetos de trece semanas fueran seres humanos, aunque sean seres vivos, han recibido todo tipo de críticas. Incluso la misma Aído, calidamente arropada en público por su partido, ha reconocido que sus declaraciones no fueron afortunadas. Pero no porque fueran verdaderas o falsas, buenas o malas, sino por un motivo de conveniencia; era dar pie a un debate superado en nuestra sociedad.
Aunque no debe de estarlo tanto cuando lamenta haber podido dar el pistoletazo de salida. Pues bien, pese a lo que diga la semi-ministra y lo que puedan pensar muchos,a mí, estando en total desacuerdo, me parece que fueron muy afortunadas. Y es que nos ponen de manifiesto, muy a las claras, no solamente el trasfondo del debate sobre el aborto, sino la recámara de cuanto está pasando; en esa terrorífica frase, ha emergido la corriente submarina de nuestras marejadas cotidianas.

Decir que un feto no es un ser humano hace patentes las bases sobre las que se está intentando construir una nueva sociedad (!?) y cuyo proyecto, hay que reconocerlo, va bastante adelantado. A nada que nos fijemos, sin una determinada concepción del hombre, es impensable afrontar determinadas empresas. Si no se cree que en la humanidad hay un escalafón racial, es imposible el nazismo; si el hombre no es reducido a homo oeconomicus, es inútil intentar el Gulag. Para el proyecto que se pretende, se necesita que el hombre quede reducido a su animalidad, a ser solamente un ser vivo. Lo problemático no es que se intente equiparar, en derechos, a los grandes simios con los hombres, sino la inversa. En lo que estamos es en reducir al hombre a pura materialidad. Sobre el proyecto Gran Simio y desatinos similares, se pueden hacer muchas bromas, siempre que no se conviertan en una excusa o freno para entrar a fondo en el asunto. Todo esto, aunque reposadamente y en el brizador arrullo de los medios de comunicación, va muy en serio.

La afirmación pone también en claro que la generación de la semi-ministra ya está bastante macerada por una educación perfectamente pensada para el fin que pretende. Las posteriores serán aún peores, pues estos fenómenos suelen ser cumulativos. Y no es que sea una persona inculta, no se trata de que los universitarios tengan faltas de ortografía o abunden en la ignorancia. Con todo lo grave que esto sea, es solamente el síntoma de algo peor. Nos estamos instalando, si no lo estamos ya, en la irracionalidad. Sí, porque la verdad no importa. Los conocimientos, al alcance cada vez de menos, los hallazgos, privilegio para una elite, no se inscriben en la verdad, sino en la instrumentalidad. En la mentalidad a la que nos estamos mudando, lo que se puede llegar a saber es, ante todo, un útil, como un martillo, al servicio de las posturas previamente tomadas; se usan o no según convenga. No interesa que los hombre se dejen interrogar por la verdad, pues, sin la soberanía de la realidad, de lo que ella es y debe ser, es más fácil la manipulación. Por eso, estamos en la propaganda y no en el diálogo; por eso, estamos en la difamación y no en la refutación; por eso, no estamos en la escucha, sino en el grito. ¿Cuándo se abrirá el portillo de la violencia física?

El remate lo puso el Presidente del Ejecutivo. Es mejor que los padres no interfieran en la decisión de una adolescente. Vamos a la eliminación de la sociedad, hacia la colmena o el termitero; en estos no hay familias, solamente individuos animales. No marchamos hacia una sociedad animal, sino al Estado-animal. En nuestra situación no están en liza discrepancias entre distintas posturas sobre una base común. Estamos justamente en un cambio de cimentación, si es que éste no se ha producido ya. ¿Hay que intentar conservar lo máximo posible o habría que pensar ya en la superación del modelo de la animalidad? ¿Es un proceso reversible o ya hemos pasado la línea tras la cual la inercia lo hace imposible?

El espacio de los totalitarismos ha sido siempre la reducción del hombre a cosa, a animal. Sin la dimensión espiritual del hombre, la libertad y el sentido desaparecen. Si el hombre cree que solamente es materia, la democracia es imposible; a lo más, una ficción.