jueves, 11 de junio de 2009

Bartolomé I implora a Dios por el asunto de la Ortodoxia de la diáspora

(Fuente: Nikolaos Magginas, 09/06/09)

Con motivo la IV Asamblea Pre-Sinodal Panortodoxa que se desarrolla en la ciudad de Chambésy, Suiza, el Patriarca Ecuménico Bartolomé I auguró a los representantes de todas las Iglesias que participan en los labores de la misma que se solucione en concordancia el asunto de la Ortodoxia de la diáspora. En el templo de de la Santísima Trinidad de Taxim, Constantinopla, se celebró el día del Espíritu Santo donde el Patriarca asistió desde el trono y con la asistencia de numerosos feligreses que colmaron la iglesia, entre ellos el cónsul griego, Nikos Sigalas, los metropolitas de Tranupolis y Teodorupoli, arcontes, alumnos de los Institutos Zografion y Zappion acompañados por sus directores Ioannis Dermitzoglu y Despina Filipu, feligreses de la misma ciudad, de Grecia, de Finlandia y otros países.

Finalizada la celebración de la Divina Liturgia el Patriarca Ecuménico se refirió a la IV Asamblea Pre-Sinodal Panortodoxa, e imploró con todos los presentes una oración de la siguiente manera:

“Recemos entre todos para que el Espíritu Santo inspire a los prelados y teólogos que se reúnen a partir de hoy durante toda la semana en nuestro centro ortodoxo patriarcal de la ciudad de Chambésy, para concordar una solución terminante sobre el asunto de la Ortodoxia de la diáspora el cual nos apena mucho y nos genera problemas y controversias entre la Ortodoxia”.

Es este uno de los temas que más controversia están causando dentro de la Ortodoxia por la disputa que en ocasiones se ha establecido entre el Patriarcado de Moscú y el de Constantinopla por los territorios que están fuera de las jurisdicciones tradicionales. Así mismo en los países de Occidente se crean situaciones totalmente anticanónicas al haber varios Obispos ortodoxos de distintas jurisdicciones en una misma ciudad como es el caso de París.

Nadie quiere soltar a los corderos de su rebaño, estén donde estén y se tendría que examinar si detrás de todo ello hay un auténtico espíritu pastoral. Además hay un nulo carácter misionero, olvidando aquello que tantas veces se repite en la Liturgia Ortodoxa: “Faro resplandeciente para iluminar a aquéllos que se encuentran en la oscuridad de la ignorancia y del error”. ¿Se creen esto los sacerdotes ortodoxos que llegan a los países de Occidente? ¿Se plantean que ellos y sus fieles han de ser faros que iluminen a aquellos que no profesan la Fe verdadera, la Fe ortodoxa? O más bien se dedican a aprovechar el rebaño que les ha sido dado, mirando a otro lado para no enemistarse con la todopoderosa Roma, o con las decadentes confesiones protestantes.

¿No sería más lógico que todos los ortodoxos que viven en Francia, Alemania, Italia… estuvieran bajo una misma jurisdicción y se crease una única Iglesia Ortodoxa, bien organizada, con seminarios y facultades de teología, con publicaciones y una labor pastoral y misionera eficientes? ¿No será más bien que el demonio siempre intenta dividir y nosotros nos quedamos conformes con esa división?

Quizás nos tendríamos que confesar de egoísmo, soberbia, amor excesivo al dinero y a los honores e incluso de filetismo. Por el bien de las Santas Iglesias de Dios esperemos que este tema quede aclarado en el Santo Sínodo Panortodoxo y prime el bien de los fieles a los intereses particulares y mundanos de cada uno de los Patriarcados.

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