El Primer Concilio Ecuménico de la Iglesia se realizo en el año 325, convocado y organizado por el Santo Emperador Constantino el Grande que reunió a 318 obispos de Europa, África y Asia, que eran entonces partes del Imperio. Este concilio se organizó debido a las malas doctrinas enseñada por el diácono libio Arrio, que rechazaba la Divinidad de Cristo. En efecto, contra la enseñanza de la Iglesia, Arrio sostenía su propia opinión errónea de que Cristo no es Dios diciendo que “era una criatura, no siendo consubstancial al Padre y que tampoco era eterno, que no tenía el mismo grado divino y que sólo de un modo alegórico se le llamaba Hijo de Dios”. Esta herejía producía una división en el pueblo Cristiano, y el Emperador conociendo esto envió a San Osio, Obispo de Córdoba, para que investigase el asunto. Informado el Emperador por Osio, determinó convocar a un Concilio en la plaza central del palacio Imperial de la ciudad de Nicea de Bitinia. Se destaca la presencia en este concilio de un grupo numeroso de Padres que, por su fe, dieron un ejemplo vivo de vida en Cristo, como san Nicolás de Mira, san Espiridón de Trimitós (Trebizonda), san Macario de Jerusalén, y san Atanasio el Grande, el que en ese entonces, era sólo diácono. En este Concilio se condenó y repudió la herejía de Arrio, y se establecieron los primeros siete artículos del Credo, el símbolo de la Fe. En esta oración están presentadas, con breves pero exactas palabras, las verdades fundamentales de la fe ortodoxa. El Concilio se encargó también de unificar la celebración de la Pascua Cristiana, tanto en cuanto a su contenido central, cuanto en relación con la fecha de su celebración. Fue también a partir de este Primer Concilio Ecuménico que se estableció la idea de que para ser ortodoxo se debía conservar y defender la fe y la doctrina del Concilio Ecuménico, al que se reservó definitivamente el llamado "magisterio", la voz del Espíritu Santo. La fecha de la Pascua fue definida como el primer Domingo después del primer plenilunio (luna llena) de la Primavera (en el hemisferio Norte). Esta fecha es muy cercana al 14° día del mes hebreo de Nisán. En caso que la fecha así determinada coincida o se anticipe a la celebración de la Pascua hebrea (14 de Nisán), la Pascua Cristiana debe postergarse en una semana para conservar la analogía de la sucesión de los hechos históricos. Esta prescripción es seguida especialmente por los cristianos ortodoxos. Otra determinación fue que los sacerdotes deben ser hombres casados, y también establecieron otros 20 cánones que fueron confirmados en el primer canon del IV Concilio, y en los primeros cánones de los Concilios Ecuménicos V, VI, y VII. El Símbolo de la Fe se termino de confeccionar (los restantes cinco artículos) en el segundo Concilio de Constantinopla. En el primer artículo se habla de Dios Padre; desde el segundo hasta el séptimo artículo se habla de Dios Hijo; en el octavo artículo, de Dios Espíritu Santo; el noveno se refiere a la Iglesia; el décimo al bautismo y finalmente, los artículos undécimo y duodécimo expresan nuestra Fe en la resurrección de los muertos y la vida eterna. Roguemos a nuestros Santos Padres del Primer Concilio en Nicea para que nos sigan ayudando a creer y vivir segun la fe correcta, la fe ortodoxa.
Por las oraciones de los Santos Padres de Nicea, Señor ten piedad de nosotros.
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