Hay imágenes con las que uno preferiría no encontrarse y éstas son de esas. El jefe de los uniatas de Cluj, en la Catedral Metropolitana con Vladika Bartolomé de cuerpo presente en el catafalco. Muchas gracias tiene que dar este señor de que no se haya levantado cuando se ha atrevido a bendecirlo. Como pueden tener estos papistas tanta desfachatez, cuando han sido causantes de tantos disgustos y divisiones en los pueblos de Transilvania, cuando han llenado los juzgados de pleitos por la posesión de las iglesias de cientos de pueblos alentados y sostenidos por el estado Vaticano, cuando se atrevieron a tomar por la fuerza la iglesia de San Nicolás de Cluj, profanándo el altar con sus ázimos. Y ahora se atreve a bendecirle...
Estas son las cosas que hemos de ver, ha muerto el único de los metropolitas y obispos que levantó su voz cuando el disparate cometido por Nicolás Corneanu al comulgar con el pan y el vino de los latinos, el único que claramente ha denunciado la situación de perdida de fe y valores que se está viviendo en Rumanía y el único que claramente ha presentado la situación de falta de sinodalidad, megalomanía y autoritarismo que se vive en la Iglesia Rumana.
Verdadero confesor de la Fe Ortodoxa, Pastor de su pueblo, Padre de sus hijos. Mientras ellos le lloran, mañana muchos se acercarán para ver si es verdad que ha muerto.
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