El viernes por la noche, regresaba a España después de estar seís días de peregrinación en Rumanía. No puedo en una entrada contar todo lo ocurrido en estos días por lo que poco a poco iré transmitiendo las experiencias de estos días inolvidables.
Desde que Marius y Pilar marcharon a Rumanía, había recibido de ellos varias invitaciones para volver a aquél hermoso país. No es fácil dejar la parroquia y hay que cuadrar muchas cosas antes de poder plantearse el estar unos días fuera de Alicante. Después de que terminaran las fiestas de Navidad y Teofanía, y antes de que diera comienzo el Santo Triodio, era el momento ideal para poder realizar la peregrinación. La última había sido hace dos años a la Santa Montaña de Athos y ya era hora de volver a cargar las pilas.
El P Richart aceptó el venir a celebrar el domingo después de mi partida y al domingo siguiente, el primero del Triodio, ya estaría de vuelta en Alicante por lo que la Parroquia no quedaría sin Divina Liturgia.
Llegué a Cluj, de madrugada y estaban esperándome el P Ioan y Marius. De allí marchamos a Chiochis, que es donde está la parroquia del P Ioan. Es un pequeño pueblo entre Bistrita y Gherla. Asistí allí a la Divina Liturgia y el P Ioan me pidió que hiciera yo la homilía. La alegría de la gente y el asombro de los fieles era enorme: un padre español y ¡Ortodoxo! Después fuimos a comer a la casa parroquial donde habían preparado la preoteasa Gheorgheta y las demás mujeres una fenomenal comida para celebrar mi llegada. No encontrábamos el momento de empezar a comer.Todos preguntaban, querían saber, cómo se vivía la Ortodoxia en España, cómo era nuestra parroquia, las experiencias de un sacerdote en un país como el nuestro. Verdaderamente impresionante la acogida, el cariño, el grandísimo respeto lleno de afecto y magnífica la labor del P Ioan en esta hermosa parroquia.
Ésta es su primera parroquia. Fue ordenado en Nasaud el´pasado día de San Nicolás y no ha sido fácil para él pues se encontró con una Iglesia con grandes carencias y en un estado grande de abandono. El anterior sacerdote no vivía en el pueblo y me decía que gracias a mi visita le habían puesto el agua en la casa, aunque todavía no en el aseo. Tuvo que poner orden en un consejo parroquial politizado y con pocas ganas de colaborar. Ha organizado la vida litúrgica, la Iglesia está abierta, él está en el pueblo... Resultado: colas para confesar, asistencia masiva a las celebraciones y presencia de un pueblo hambriento de la "Dreapta Credinta" Reacción: El protopreot de la zona diciendo que es que "celebra demasiado" y os preguntaréis que es esto de celebrar demasiado, el famoso abuso litúrgico, pues esto es que a algunos les molesta que no se coman la mitad de las oraciones, que no se corte la Divina Liturgia por aquí y por allí... Vamos que el problema es celebrar como Dios manda, nunca mejor dicho.
Te encuentras con cosas tan curiosas como que hay gente que no quieren que se celebren los funerales en la Iglesia porque luego "se queda todo lleno de microbios" No penséis que esto lo dicen personas ignorantes, bueno necios si que son, lo dice algún que otro mediquillo de la zona. la solución como le dije al P Ioan es muy sencilla: "Cuando venga a decirte que bautices a su hijo, le dices que el bautizo lo celebras en la calle, en el abrevadero de las vacas, a ver como le sienta"
La gran esperanza es que hay una nueva generación de sacerdotes jóvenes que sabe que es lo que tiene que hacer y que tiene ganas de hacerlo. Esto mismo es lo que ha sucedido en Nasaud, donde han cambiado a los sacerdotes de la Catedrala. ¡La gente no sabía lo que eran unas Vísperas con artoclasia y litia! Es el fruto de la gran labor del Metropolita Bartolomé de bienaventurada memoria, ahora con una mayoría ecumenista y a favor de las renovaciones veremos que es lo que ocurre en esta hermosa metropolia de Transilvania.
Por la noche partimos para Bistrita que es donde viven Pilar, Marius y sus tres hijos, Andrei, Nicolae y Nectarie.
(Continuará)
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