lunes, 4 de mayo de 2009

5 de mayo: Icono de la Madre de Dios “Cáliz inagotable”


El icono de la Madre de Dios “Cáliz inagotable” obró su primer milagro en Rusia en el año 1878. Un soldado retirado de Tula gastó su pensión en alcohol arruinando su salud. A pesar de no poder ni siquiera caminar seguía saliendo para ir a mendigar unos kopecks con los que comprar más alcohol.

Una noche un santo monje se le apareció en sueños y le dijo que tenía que ir al monasterio de la Madre de Dios de Serpukov y encargar allí un Moleben en honor de la Madre de Dios “Caliz inagotable. El hombre no hizo caso del sueño escusándose en que no podía andar ni tenía dinero para encargar el Moleben. El Geronta se le apareció una segunda vez más no hizo caso. A la tercera vez le reprendió severamente por no querer abandonar tan gran vicio.

Después de esto se levantó y se dirigió al monasterio. Extenuado por el viaje paró en un pueblo donde una anciana compasiva le frotó las piernas con hierbas medicinales que le hicieron encontrarse mejor. Al día siguiente reemprendió el viaje con ayuda de dos muletas llegando al monasterio al anochecer.

Después del oficio de los Maitines el soldado relató el sueño a los monjes, pero ninguno había escuchado hablar de aquel icono de la Madre de Dios. Al final uno de ellos recuerda el icono que estaba olvidado en uno de los pasillos que unía el diaconicen con el santuario. Sacaron los monjes el icono y lo pusieron en el analogio en medio de la Iglesia sirviendo en aquel momento el Moleben. El soldado regresó completamente curado de sus piernas a su pueblo y nunca más volvió a beber una gota de alcohol. Pronto corrió la noticia del milagro y hasta el día de hoy son muchos los alcohólicos que son lelvados allí por sus familias obteniendo la curación por intercesión de la Madre de Dios.
CONTAQUIO I

Tu Icono Santo es para nosotros fuente inagotable de curación para los males del cuerpo y del alma, oh Soberana Madre de Dios, y consuelo en las aflicciones. Por ello te cantamos agradecidos, alabándote como nuestra Protectora Misericordiosa. Oh Señora Soberana, a quien veneramos como “Cáliz Inagotable”, inclina hacia nosotros tu oído y misericordiosamente escucha nuestro lamento que te dirigimos con los ojos llenos de lágrimas y da la curación a aquellos que padecen de embriaguez, para que llenos de fe podamos exclamarte:

¡Regocíjate, Cáliz Inagotable, que apaga nuestra sed espiritual!
TROPARIO (tono 4º)

Ante tu Icono santísimo y milagroso
venimos los creyentes, oh Madre de Dios,
Tú que llenas para los fieles
el Cáliz inagotable de tu misericordia
y obras para ellos grandes e innumerables milagros.
Nosotros que los hemos contemplado,
con el corazón lleno de alegría te decimos llenos de devoción:
Oh Señora Soberana y Misericordiosa,
por tus oraciones ante tu Hijo, Cristo nuestro Dios,
que sean sanadas nuestras enfermedades y pasiones
y que Él salve nuestras almas.

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