Constantinopla, Turquía , 11 de mayo de 2009 (fuente: romfea.gr, 10/05/09)
El Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico decidió recurrir a la justicia para resolver el casos de 23 propiedades, (fundaciones, instituciones e iglesias) las cuales pasaron a las manos de la jurisdicción administrativa del gobierno turco. “Dolor e indignación” fueron las palabras del Patriarca Ecuménico, es lo que siente cada vez que se enfrenta ante esta repetida situación. “Tanto acá como en otras iglesias que tienen el mismo inconveniente siento que me agobian el dolor y la indignación”. “Nosotros oficiamos en este lugar” señaló ante una multitud de peregrinos de un colegio de Grecia que realizaba excursión con un programa educativo. En la antigua iglesia de San Jorge situada a la entrada de la ciudad de Adrianopolis sobre la antigua muralla del imperio bizantino, “en su patio, detrás del santuario funciona un centro social de billar” dijo muy entristecido el patriarca. La dirección general del municipio de Vacufion se apoderó de la propiedad de la Comunidad de San Jorge de Adrianupolis para arrendarla, cuyo inquilino ha formado el salón que funcionaba la antigua escuela bizantina en un bar-pool. “Hay una gran injusticia, hay muchos casos iguales a este”, señaló Bartolomé I, y aclaró que las propiedades están administradas por las municipalidades del gobierno turco como en el caso de Vacufion, con la consecuencia que la comunidad helénica no tienen el derecho de formar una comisión directiva para la administración de sus instituciones e iglesias. En la misma declaración Bartolomé I dijo que se ha decidido intensificar las medidas a la justicia incluso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos “si no conseguimos justicia de nuestra lucha seguiremos hasta encontrarla en el Tribunal Europeo donde le tenemos fe, como hicimos en el caso del orfanato de las Islas Príncipe y como de la Gran Escuela Patriarcal de Genero (Escuela Teológica de Jalki)”. “Nuestro reclamo continuará no para conseguir un trato especial o privilegio, sino simplemente reclamar por los derechos que nos corresponden de nuestro patrimonio histórico que desciende de nuestros padres”. “Las iglesias e instituciones entregadas hereditariamente de nuestros ancestros fue para el beneficio y a servicio de la comunidad helénica y no para que otros cobren los alquileres de nuestras propiedades”, aclaró el Patriarca.
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