jueves, 25 de noviembre de 2021

ACATISTO A LA GRAN MÁRTIR SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA

 

Condaquio I

 

Oh Mártir Catalina, digna de alabanza, con tu ciencia y sabiduría recibida como un don de Dios, asombraste a los sabios de tu tiempo y superaste con tu elocuencia a los oradores paganos; nosotros te traemos nuestros cantos de victoria para que por tus oraciones nos veamos libres de las tentaciones de nuestros enemigos y podamos cantar:

 

¡Alégrate, oh Catalina, Gran Mártir de Cristo!

 

Icos I

 

Imitaste y amaste profundamente a la Soberana Madre de Dios y te has mostrado digna de su amor, oh sapientísima Catalina, y ayudada por la gracia del Espíritu Santo, renunciaste a todo deseo terrenal comprometiéndote con el Esposo Divino para alcanzar la vida celestial y por ello te cantamos:

 

Alégrate, paloma sapientísima.

Alégrate, dulce ruiseñor.

Alégrate, belleza imperecedera.

Alégrate, hermosa cordera.

Alégrate, mente privilegiada.

Alégrate, virgen castísima.

Alégrate, doncella dulce y sabia.

Alégrate, corazón fuerte e impecable.

Alégrate, alabanza de los sabios.

Alégrate, dulzura de las madres.

Alégrate, consuelo de los pobres.

Alégrate, defensora de los ancianos.

 

¡Alégrate, oh Catalina, Gran Mártir de Cristo!

 

Condaquio II

 

Renunciado a las glorias de este mundo y a la riqueza paterna, viviste una vida pura, oh Santa Mártir Catalina, comprometiéndote con la recta fe y tomando el camino de Cristo a quien adorabas cantando: ¡Aleluya!

 

Icos II

 

Al llegar a los dieciocho años, tu belleza atrajo a muchos jóvenes que deseaban casarse contigo, más tú los rechazabas con palabras sapientísimas, reprendiéndose a ellos mismos por su incompetencia; nosotros alabamos tu prudencia diciendo:

Alégrate, la más hermosa de las jóvenes.

Alégrate, entre ellas, la más rica.

Alégrate, llena de virginal riqueza.

Alégrate, pórfido que adorna el conocimiento.

Alégrate, corona que premia la dignidad.

Alégrate, fortalecedora de los buenos hábitos;

Alégrate, oradora superior a los retóricos paganos.

Alégrate, juez que juzga sobre los jueces terrenales.

Alégrate, invencible en consejos y guía.

Alégrate, luz que humilla los ojos de los insensatos.

Alégrate, tesoro de divino conocimiento;

 

¡Alégrate, oh Catalina, Gran Mártir de Cristo!

 

Condaquio III

 

Rechazaste los ídolos paganos sin poder creer que esas imágenes modeladas y esculpidas por manos humanas pudieran ser los creadores del cielo y la tierra; fuiste iluminada por el Espíritu Santo y conociste al Dios verdadero y postrada humildemente ante Él cantaste: ¡Aleluya!

 

Icos III

 

Los eruditos se reunieron a instancias del emperador, para apartarte de tu fe y viendo como rechazabas el culto a los ídolos, te pidieron que te presentaras ante ellos. Disputando con el más sabio, te mostraste superior a todos ellos; asombrados por tu santa elocuencia te decimos:

 

Alégrate, adoradora del Dios verdadero.

Alégrate, discernimiento de la verdadera religión.

Alégrate, iluminación de los inmersos en las herejías.

Alégrate, maestra de los perdidos

Alégrate, arma de la verdad divina.

Alégrate, causa de la caída del engaño de los ídolos.

Alégrate, prueba de su desamparo.

Alégrate, digna de todo honor.

Alégrate, porque con tu sabiduría has ahuyentado el pensamiento errático.

Alégrate, porque el Altísimo te nos ha dado como regalo.

Alégrate, tú que conoces la santidad celestial;

 

¡Alégrate, oh Catalina, Gran Mártir de Cristo!

 

Condaquio IV

 

Las bocas de los herejes que antes blasfemaban contra la Iglesia de Cristo se abrieron entonces, por primera vez, para bendecir tu voz virginal, y despreciando las ideas de los idólatras, confesaron que Dios es uno mientras cantaban: ¡Aleluya!

 

Alégrate, mártir gloriosa.

Alégrate, esposa virgen.

Alégrate, mártir invencible.

Alégrate, adorno de la Iglesia.

Alégrate, voz de Dios.

Alégrate, sierva de la ortodoxia.

Alégrate, corona de la enseñanza.

Alégrate, gloria de Alejandría;

Alégrate, defensora de esa ciudad.

Alégrate, tesoro de milagros.

Alégrate, reprensión del emperador.

Alégrate, maestra de la emperatriz Augusta.

 

¡Alégrate, oh Catalina, gran mártir de Cristo!

 

Condaquio V

 

El corazón de Constantino, tu padre, se entristeció al ver como rechazabas a los dioses que él veneraba y predicabas a un Dios desconocido. Maximiano quería profundizar en el paganismo por medio de los maestros más eruditos de su tiempo y grande fue su asombro al ver que ellos se inclinaban ante tus palabras y cantaban a Dios: ¡Aleluya!

 

Icos V

 

Los jueces injustos, al conocer tu fe en Cristo, decidieron que fueras castigada y soportando los más amargos tormentos, los sufriste glorificando el nombre de nuestro Señor Jesucristo y de su Santísima Madre que se te apareció en una visión. Nosotros, alabando la fuerza de tu fe, te decimos:

 

Alégrate, vencedora sobre de los jueces tiránicos.

Alégrate, reprensión de la herejía.

Alégrate, tú que brillaste en medio del pueblo.

Alégrate, porque con tus tormentos venciste el paganismo

Alégrate, porque la esperanza de la salvación te llenó de felicidad.

Alégrate, porque con tu paciencia los has derrotado

Alégrate, porque por tu amor a Dios no has sentido los dolores.

Alégrate, porque tus palabras callaron a los paganos.

Alégrate, pues tu juventud resplandecía llena de sabiduría.

Alégrate, tú que saliste victoriosa del martirio.

Alégrate, pues por tu sufrimiento te has convertido en una fuente de sanación.

 

¡Alégrate, oh Catalina, Gran Mártir de Cristo!

 

Condaquio VI

 

Llenos de profunda humildad te traemos cantos de acción de gracias, a ti que te has sacrificado, llena de amor a Cristo, por la fe verdadera. Oh Mártir Gloriosa, recibe nuestra oración y sana nuestras dolencias para que, junto contigo, bendigamos a Dios cantándole: ¡Aleluya!

 

 

Icos VI

 

Los más de cien eruditos que escucharon las palabras con las que interpretaste el Evangelio de Cristo, iluminados por el Espíritu Santo, se hicieron cristianos, y el emperador, aterrorizado por este milagro, ordenó que fueran quemados, no fuera que difundieran la fe cristiana allí donde fueran. Así fue glorificada esta multitud de sabios que te cantan así.

 

Alégrate, Catalina, por los martirios que sufriste.

Alégrate, iluminadora sapientísima

Alégrate, auxilio en nuestras necesidades.

Alégrate, flor de sobrecogedora belleza.

Alégrate, bondad que borra nuestras preocupaciones

Alégrate, heroína victoriosa

Alégrate, paciente en los martirios.

Alégrate, alabada por cantos resonantes;

Alégrate, mártir de la que brotan los milagros.

Alégrate, lirio de hermoso perfume.

 

¡Alégrate, oh Catalina, Gran Mártir de Cristo!

 

Condaquio VII

 

Los coros de los ángeles viendo la multitud de mártires ardiendo en medio de las llamas, los recibió con cánticos, y tú, Santa Mártir Catalina los seguiste padeciendo terribles tormentos, por lo que te recordamos llenos de devoción cantando a Dios: ¡Aleluya!

 

Icos VII

 

Todos se maravillaron ante la gran paciencia que demostraste, permaneciendo firme en la confesión de la fe de que Dios es uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Trinidad única e indivisible a la que confesamos y adoramos; y a ti, su testigo insigne, te decimos:

 

Alégrate, pues predicaste al Padre celestial.

Alégrate, pues adoraste al Hijo y Verbo de Dios.

Alégrate, discípula del Espíritu Santo.

Alégrate, confesora de la Trinidad.

Alégrate, portadora de la fe de la Santa Cruz.

Alégrate, seguidora de la pasión de Cristo.

Alégrate, buen intérprete del Santo Evangelio.

Alégrate, receptora del bautismo de Dios.

Alégrate, oyente de la Madre de Dios.

Alégrate, hija de la Iglesia ortodoxa.

Alégrate, una con los poderes celestiales.

Alégrate, digna guardiana de los cristianos.

 

¡Alégrate, oh Catalina, Gran Mártir de Cristo!

 

Condaquio VIII

 

Tu Esposo celestial te amó dulcemente, oh alabadísima Mártir, y te presentaste ante Él adornada de toda clase de virtudes. Él te hizo un vaso escogido para fortalecer la fe de muchos, iluminando a los incrédulos que aprendieron a cantar a Dios: ¡Aleluya!

 

Icos VIII

 

Sana las heridas de nuestras almas, oh Gran Mártir, pues grandes son nuestros sufrimientos y ruega por nosotros a Cristo para que nos libere de las tentaciones y peligros con los que nos aterroriza el enemigo; sabiendo que eres nuestra rápida intercesora frente a los enemigos, te decimos:

 

Alégrate, pues tus oraciones nos libras de los enemigos.

Alégrate, rápida defensora en los peligros.

Alégrate, protectora frente a los venenos.

Alégrate, sanadora de males incurables.

Alégrate, pues nos libras de los encantos y hechicerías.

Alégrate, tú que disipas los engaños.

Alégrate, tú que derrotas las herejías.

Alégrate, fuerte guardiana frente a los problemas.

Alégrate, tú que proteges los matrimonios

Alégrate, tú que reconcilias a los enemigos.

Alégrate, tú que solucionas los problemas.

Alégrate, tú que sanas a los enfermos.

 

¡Alégrate, oh Catalina, Gran Mártir de Cristo!

 

Condaquio IX

 

Te has entregado al Salvador como una rama de palmera, adornando a la Iglesia con tu victoria gloriosa y con tu sangre virginal has lavado el oprobio de los fieles y hasta los perseguidores se avergonzaban al ver la gloria de tus maravillas, y cantaban a Dios: ¡Aleluya!

 

Icos IX

 

La tierra se llenó de dulce fragancia, recibiendo tu cuerpo, y el cielo se regocijó al ver que tu espíritu se elevaba hacia él rodeada de los poderes angélicos. Por esta obra gloriosa del misterio de Dios todos los creyentes te alaban, cantándote así:

 

Alégrate, ayuda de las vírgenes prudentes.

Alégrate, consuelo de las viudas afligidas.

Alégrate, salvadora de los niños pobres.

Alégrate, protección de los que están en peligro.

Alégrate, consuelo de los desamparados.

Alégrate, tú que libras a de las mujeres con parto pesado.

Alégrate, sanadora de los niños enfermos al nacer.

Alégrate, fortaleza de los bebés débiles.

Alégrate, sustento de los pobres huérfanos.

Alégrate, sosiego de las mentes turbulentas.

Alégrate, confortadora de los afligidos.

 

¡Alégrate, oh Catalina, Gran Mártir de Cristo!

 

Condaquio X

 

No somos dignos de agradecerte tus buenas obras, oh Santa Mártir Catalina, porque no hemos hecho nada bueno que nos acerque al amor de Dios y a nuestro prójimo; escucha nuestra súplica y pide para nosotros la misericordia de Dios; ruégale que perdone nuestros pecados, y reciba nuestro arrepentimiento para que podamos cantar: ¡Aleluya!

 

Icos X

 

Conoces las innumerables tentaciones del diablo astuto, oh Santa Mártir, porque fuiste tentada, y saliste victorioso. Nosotros, que estamos envueltos en las tentaciones, desamparados te rogamos que nos fortalezcas con tu intercesión, y así lleguemos al arrepentimiento y obteniendo el perdón de nuestras iniquidades podamos alabarte diciendo:

 

Alégrate, virgen de inmensa humildad.

Alégrate, ornamento precioso y ensalzado

Alégrate, tesoro repleto de virtudes.

Alégrate, misericordia inquebrantable.

Alégrate, mansedumbre inmutable.

Alégrate, luz de suave belleza

Alégrate, amor inocente y puro

Alégrate, paciencia incesante.

Alégrate, incomparable generosidad.

Alégrate, invencible esperanza.

Alégrate, sanadora bendita.

 

¡Alégrate, oh Catalina, Gran Mártir de Cristo!

 

Condaquio XI

 

Te pusiste por encima de la debilidad de tu naturaleza, oh Santa Mártir Catalina, fortaleciéndote en la fe de Cristo y sirviendo al Creador de todas las cosas, y no a la creación. Él te concedió el don de la curación y la corona angelical, los espíritus inmundos tiemblan ante ti y alejándolos de las almas cristiana que cantan a Dios: ¡Aleluya!

 

Icos XI

 

Los coros de los justos se regocija hoy en tu celebración, oh Mártir de Cristo, que, de un pueblo pagano y de los cultos idólatras, viniste a la Iglesia de Cristo, Mártir Sapientísima, sufriendo los dolores de la rueda y otros tormentos indecibles que te infringieron los paganos, y que tú sufriste por amor del Salvador del mundo; por esto te cantamos:

 

Alégrate, vencedora de los paganos.

Alégrate, tú que deshaces de los malos hábitos.

Alégrate, pues luchaste por los dones sagrados.

Alégrate, tú que doblegaste a los idólatras.

Alégrate, tú que te postraste ante la imagen de Cristo.

Alégrate, pues desbaratas los males diabólicos.

Alégrate, gloria y alabanza de los mártires.

Alégrate, tú que fuiste puesta sobre la rueda.

Alégrate, pues has sido atravesada con clavos.

Alégrate, pues has muerto a espada.

Alégrate, porque has sido ensalzada con una corona de gloria.

 

¡Alégrate, oh Catalina, Gran Mártir de Cristo!

 

Condaquio XII

 

Venid fieles y honremos a Catalina que predico a Cristo ante los hombres, pisoteo la serpiente y avergonzó a los sabios y cantemos a Dios: ¡Aleluya!

 

Icos XII

 

Luchaste por la fe y en medio de tu martirio proclamaste tu amor a Cristo ante los hombres a los que iluminaste con tu sabiduría, por eso te cantamos:

 

Alégrate, santa guardiana de los cánones ortodoxos.

Alégrate, defensora de las leyes de la iglesia.

Alégrate, digna predicadora del Evangelio de Cristo.

Alégrate, perseguidora incondicional de los pecados.

Alégrate, ejemplo de perfecta humildad.

Alégrate, hábil oradora de la gloria celestial.

Alégrate, oración incansable de los siervos devotos.

Alégrate, intercesora de los creyentes ante Dios.

Alégrate, perla preciosa del reino celestial.

Alégrate, piedra preciosa de la Iglesia.

Alégrate, liberación de los afligidos.

Alégrate, tú que sanas a los enfermos desahuciados.

 

¡Alégrate, oh Catalina, Gran Mártir de Cristo!

 

Condaquio XIII

 

Oh Sapientísima Catalina, digna Mártir de Cristo, recibe nuestras oraciones y ruega por nosotros para que Dios nos conceda el perdón de los pecados, paz, salud y que nos ayudes en toda obra buena para que podamos cantar a Dios: ¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!

 

Y el icos y el condaquio I

 

Santo Dios… Santísima Trinidad… Padre nuestro…

 

Tropario, tono 5º

 

Alabemos a la gloriosa y noble Esposa de Cristo, a Santa Catalina, la guardiana del Sinaí y su defensa que es nuestro soporte, socorro y ayuda; porque con la espada del Espíritu Santo ha silenciado brillantemente la astucia de los ateos; coronada como Mártir intercede pidiendo misericordia para nosotros.


Traducido del rumano por el P Hm Nicolás (Vera)



 

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