viernes, 12 de noviembre de 2021

ACATISTO A NUESTRO PADRE SAN MARTÍN EL MISERICORDIOSO, OBISPO DE TOURS

 


ACATISTO A NUESTRO PADRE

SAN MARTÍN EL MISERICORDIOSO, OBISPO DE TOURS

 Sacerdote: Bendito sea nuestro Dios ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Si no hay sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, oh Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten piedad de nosotros. Amén.

 Gloria a ti, Dios Nuestro, Gloria a ti.

Rey Celestial, Consolador, Espíritu de la Verdad, que estás en todo lugar, y que lo llenas todo, Tesoro de bienes y Dador de la vida, ven y haz de nosotros tu morada, purifícanos de toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas.

L. Santo Dios…, Gloria al Padre…, Santísima Trinidad..., Kirie eleison (3 veces), Gloria al Padre…, Padre nuestro…,

S. Porque tuyo es el reino y el poder, Padre Hijo y Espíritu Santo ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

 En el día de la fiesta, se canta: 

Tropario, tono 4º

 Por tus señales y milagros eres célebre en toda la Galia y por la gracia eres luz para todo el mundo, oh Martín, bienaventurado de Dios. La limosna y la compasión llenaron de esplendor tu vida y tus enseñanzas y consejos son un tesoro que dispensas generosamente a los que te honran.

 Gloria al Padre… Ahora y siempre…

 Condaquio, tono 8º

 Como devoto siervo de Dios, proclamaste sus misterios y como vidente de la Trinidad, derramaste tus bendiciones sobre Occidente. Por tus oraciones, oh gloria de Tours y de toda la Iglesia, protégenos, oh San Martín, y salva a los que alabamos y celebramos tu memoria.

 Los demás días se dicen los siguientes:

 Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros, porque, aunque pecadores y privados de toda defensa, te ofrecemos como a nuestro Dueño esta súplica: ten piedad de nosotros.

Gloria al Padre…

Señor, ten piedad de nosotros, pues hemos esperado en ti; no estés airado contra nosotros, ni te acuerdes de nuestras transgresiones, más vuélvete hacia nosotros, oh Bondadoso, y líbranos de nuestros enemigos, porque eres nuestro Dios, y nosotros tu pueblo, la obra de tus manos, y clamamos a tu nombre.

Ahora y siempre…

Ábrenos las puertas de la misericordia, oh bienaventurada Madre de Dios, porque hemos esperado en ti; no permitas que perezcamos, sino que por ti seamos librados de las adversidades, porque eres la salvación del pueblo cristiano.

Kirie eleison (12 veces). Gloria al Padre… Ahora y siempre…

Salmo 50

Ten misericordia de mí, Dios, conforme a tu gran compasión · y conforme a la abundancia de tu piedad borra mi iniquidad; aún más, límpiame de mi delito, · y purifícame de mi pecado. Porque yo conozco mi delito, · y mi pecado ante está siempre ti. Contra ti solo he pecado · y he hecho el mal contra ti, · para que seas justificado en tus palabras · y triunfes cuando seas juzgado. Porque mira, entre delitos he sido concebido, · y entre pecados me concibió mi madre. Así pues, mira, has amado la verdad, · me has revelado las cosas oscuras y los secretos de tu sabiduría. Me rociarás con hisopo, y seré purificado; · me limpiarás, y quedaré más blanco que la nieve. Me harás oír alegría y regocijo; · se alegrarán los huesos humillados. Aparta tu rostro de mis errores · y borra todos mis delitos. Crea en mí, Dios, un corazón puro · y renueva en mis entrañas un espíritu recto. No me arrojes de tu presencia · y no retires de mí tu Espíritu Santo. Devuélveme la alegría de tu salvación · fortaléceme con espíritu de maestro. Enseñaré a los transgresores tus caminos, · y los impíos volverán a ti. Líbrame de actos sanguinarios, Dios, Dios de mi salvación; · se alegrará mi boca con tu justicia. Señor, abrirás mis labios, · y mi boca anunciará tu alabanza. Porque si hubieras querido un sacrificio, te lo habría dado; · no te contentarás con holocaustos. Para Dios el sacrificio es el espíritu quebrantado, · el corazón quebrantado y humillado Dios no lo despreciará. Haz bien, Señor, en tu beneplácito, a Sion, · y sean construidas las murallas de Jerusalén; entonces te parecerá bien el sacrificio de justicia, · ofrenda y holocaustos; · entonces ofrecerán en tu altar becerros.

Salmo 69

 Oh Dios, acude en mi ayuda. Que sean avergonzados y confundidos los que buscan mi alma, · que se vuelvan atrás y se avergüencen los que me desean desgracias, · que se vuelvan al instante avergonzados los que me dicen: · «¡Bien, bien!». Que se alegren y se gocen en ti todos los que te buscan, · y los que aman tu salvación digan siempre: «Sea magnificado Dios». Más yo soy pobre y necesitado; oh Dios, ayúdame. · Mi defensor y mi libertador eres Tú; Señor, no tardes. 

Salmo 142

 Señor, escucha mi oración, · atiende mi súplica en tu verdad, · escúchame en tu justicia; y no entres en juicio con tu siervo, · porque no será justificado ante ti ningún ser vivo. pues ha perseguido el enemigo a mi alma, · ha rebajado a tierra mi vida, · me ha sentado en tinieblas como los muertos de siempre; y mi espíritu se ha angustiado por mí, · en mí se ha turbado mi corazón. He recordado días pasados · y me he ocupado en todas tus obras, en acciones de tus manos me ocupaba. He alzado mis manos hacia ti, · mi alma es como tierra sin agua para ti. Rápido escúchame, Señor, · mi espíritu ha desfallecido; · no apartes tu rostro de mí, · y me asemejaré a los que bajan a la fosa. Haz que pueda oír de mañana tu compasión, · pues en ti he esperado. · Dame a conocer, Señor, un camino, por el que andaré, · pues hacia ti he levantado mi alma. Líbrame de mis enemigos, Señor, · pues a ti he huido a refugiarme. Enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi Dios; · tu espíritu bueno me guiará en tierra llana. Por tu nombre, Señor, me vivificarás, · en tu justicia sacarás mi alma de la tribulación; y con tu compasión aniquilarás a mis enemigos · y destruirás a todos los que oprimen mi alma; · pues siervo tuyo soy.

 Gloria al Padre… Ahora y siempre… Aleluya… (3 veces)

 Creo en un solo Dios…

Condaquio I

 Obispo del Señor venido de Panonia como el sol peregrino de Oriente a Occidente y que brilló en la Galia, en ti brillo la insigne virtud de los soldados de Cristo; por ello te cantamos:

 Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Icos I

 Desde la niñez aspiraste a la Luz y a los diez años entraste en el catecumenado. Huyendo del paganismo de tus padres caminaste a la Jerusalén celestial donde habitas ahora lleno de gloria por lo que te cantamos:

 Alégrate, ramo de lirios puros.

Alégrate, brote temprano del Edén.

Alégrate, flor delicada de la fe.

Alégrate, santo preludio de nuestra sangre.

Alégrate, eco sutil del Niño Rey.

Alégrate, impulso hacia el Reino celestial.

 Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Condaquio II

 Tu padre quería que entrases en el ejército, más rechazaste la vida de la milicia pues aspirabas a las realidades celestes deseando unirte al ejército divino que continuamente alaba a Dios cantando: ¡Aleluya!

Icos II

 En contra de tu voluntad, fuiste incorporado al ejército y lo aceptaste como una prueba venida de Dios. En tu asueto practicabas la piedad purificando tu alma, cuerpo y mente para acercarte al cielo y nosotros te cantamos:

 Alégrate, arquero de los dones del Espíritu.

Alégrate, valiente recluta del Señor.

Alégrate, fiel guardián de la fe.

Alégrate, heraldo de la Buena Nueva.

Alégrate, casto luchador del ascetismo.

Alégrate, glorioso soldado de la Iglesia.

 Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Condaquio III

 En la fortaleza de Amiens, te encontraste un día gélido de invierno con un mendigo vestido con harapos y temblando de frío. Con un golpe de espada cortaste tu manto y se lo diste al pobre alabando a Dios y cantando: ¡Aleluya!

Icos III

 Escoltado por sus ángeles, Cristo se te apareció vestido con el manto que le habías dado y dijo: “Éste es el manto que Martín me dio”. Contemplando esta visión gloriosa, te decimos:

 Alégrate, pues fuiste digno de contemplar a Cristo.

Alégrate, tú que diste todo a los pobres.

Alégrate, vivo ejemplo de la caridad.

Alégrate, tú que te despojaste de todo.

Alégrate, pues desprecias tu que despreciaste este mundo perverso.

Alégrate, Pues sólo deseaste poseer la vida eterna.

Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Condaquio IV

 Mientras te preparabas para la iluminación como discípulo de Cristo mediante la triple inmersión por medio de ofrendas, oraciones y ayunos, fuiste agregado al rebaño del divino Pastor, siendo bautizado por San Hilario en la fiesta de la pascua mientras los fieles cantaban: ¡Aleluya!

Icos IV

 Siendo requerido por el emperador para unirte al ejército que habías abandonado y no queriendo ser considerado un cobarde por temor a la batalla, aceptaste ir al combate sin tus armas. Dios te salvó de la muerte y nosotros lo glorificamos cantándote:

 Alégrate, tú que rechazaste las tentaciones.

Alégrate, pues no quisiste atarte a nada mundano.

Alégrate, tú que abandonaste los honores de la milicia.

Alégrate, tú que no miraste atrás en medio de la batalla.

Alégrate, tú que aceptaste ser nada según los criterios del mundo.

Alégrate, tú que uniste a la milicia celestial.

 Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Condaquio V

 Después de tu nacimiento en las aguas del bautismo, te quedaste junto a Hilario, santo Obispo de Poitiers, que se maravilló al contemplar tu alma pura, dando gracias a Dios al que cantó: ¡Aleluya!

Icos V

 Bajo la guía de este Pastor impecable, fuiste instruido en los divinos misterios. La semilla del Evangelio encontró en ti una tierra fértil donde echó fuertes raíces para crecer hasta los cielos y por ello te cantamos:

 Alégrate, pues fuiste educado por un Santo.

Alégrate, pues has conocido la fe de la mano de un Apóstol.

Alégrate, pues estando en esta tierra, vives en el cielo.

Alégrate, pues has recibido parte entre los elegidos.

Alégrate, tú que escuchaste la Palabra divina.

Alégrate, pues has hecho fructificar tus talentos.

 Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Condaquio VI

 Por un sueño enviado por el Señor en Panonia, dejaste a San Hilario prometiéndole continuar su misión. Fuiste a llevar el Evangelio a los tuyos para que junto a ti cantasen a Dios: ¡Aleluya!

Icos VI

 Cruzando distintas partes de Europa, anunciando el Evangelio, convertiste a los gentiles. Llegando a tu casa, llevaste a tu madre a Cristo y confiaste a tu padre a la misericordia de Dios. Admirando tu fe te decimos:

 Alégrate, tú que has anunciado el Reino de los Cielos.

Alégrate, tú que le diste la Vida a tu madre.

Alégrate, tú que la llevaste a la salvación.

Alégrate, pues nos muestras el camino al cielo.

Alégrate, pues iluminas a los perdidos.

Alégrate, tú que aniquilas las tinieblas.

 Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Condaquio VII

 Tomando el camino de regreso a la Galia, tuviste noticia de que Hilario había sido desterrado por Cristo y decidiste quedarte en Lombardía y construiste una ermita cerca de Milán donde cantaste a Dios: ¡Aleluya!

Icos VII

 El obispo de Milán, Auxencio, era un fanático arriano que te hizo volver a los caminos. Fuiste con un sacerdote a la isla de Gallinaria, donde serviste al Señor con tu ascetismo. Admirando tu perseverancia, te decimos:

 Alégrate, emulador de San Atanasio.

Alégrate, imitador de los solitarios.

Alégrate, alabanza de los Santos egipcios.

Alégrate, admirador de los cenobitas.

Alégrate, admirador de los cenobitas.

Alégrate, voz infalible de los ascetas.

Alégrate, padre de los monjes de la Galia.

 Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Condaquio VIII

 Imitando el ejemplo de San Atanasio, estableciste tu retiro en la nueva Tebaida de Poitou de Ligugé y allí cultivaste la virtud en el el jardín de tu alma. Deslumbrados por tu vida santa te decimos:

 Alégrate, luminosa oración ofrecida ante Dios.

Alégrate, casta plegaria al Padre.

Alégrate, holocausto agradable al Hijo.

Alégrate, fervor ardiente del Espíritu Santo.

Alégrate, maestro de la piedad sincera.

Alégrate, oratorio viviente del Padre

 Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Condaquio IX

 movido por una continua oración, te convertiste en apóstol de los caminos de la Galia. Por todas partes brillaba tu santo ejemplo como un sol en el corazón del invierno mientras en el cielo resonaba: ¡Aleluya!

Icos IX

 Por las santas oraciones que elevabas al Médico de nuestras almas y cuerpos, obtuviste el don de curar todo tipo de enfermedades derrotando incontables veces al maligno. Por ello con los ángeles te alabamos diciendo:

 Alégrate, tú que calmas la sed del sediento.

Alégrate, tú que sacias al hambriento.

Alégrate, tú que liberas a los endemoniados.

Alégrate, tú que abres los ojos de los ciegos.

Alégrate, tú que llevas las cargas de los desconsolados.

Alégrate, tú que concediste la absolución a los pecadores.

 Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Condaquio X

 Te ofrecieron la sede de San Hilario, más querías permanecer solo en compañía de los Santos y los ángeles junto a Cristo. Arraigado en la oración como a la tierra, cantabas sin interrupción: ¡Aleluya!

Icos X

 Durante tres años rechazaste el episcopado, más fuiste sacado de Ligugé y con el pretexto de atender a un enfermo, fuiste conducido a Tours donde fuiste aclamado por todo el pueblo no pudiendo rechazar ser su pastor. Contemplando tu humildad te cantamos:

 Alégrate, tú que huiste de todos los honores.

Alégrate, tú que fuiste amado por el pueblo.

Alégrate, tú que renunciaste a tu voluntad.

Alégrate, apóstol del Señor.

Alégrate, tú que seguiste las huellas de los Doce.

Alégrate, tú que dirigiste la nave de la Iglesia.

 Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Condaquio XI

 Construiste un monasterio que se convirtió en tu morada episcopal. Por tus oraciones, fue creado Marmoutier que se convirtió en un refugio para los pobres de Cristo que asistidos por tu misericordia cantaban: ¡Aleluya!

Icos XI

 Glorificaste a los santos siervos de Dios que te precedieron: al Santo Apóstol Gaciano, primer obispo de Tours, enviado por el papa Fabiano junto a sus siete compañeros para evangelizar la Galia; al Santo Mártir Mauricio y a la Legión Tebana, y cuyas reliquias venerabas; por eso, en el cielo, cantan junto a nosotros:

Alégrate, tu que anduviste por el camino recto de la fe.

Alégrate, pues viviste en la tierra como si ya estuvieses en el cielo.

Alégrate, amigo del Esposo.

Alégrate, tú que estás ante Cristo.

Alégrate, intercesor nuestro.

Alégrate, gloria de la iglesia de las Galias.

 Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Condaquio XII

 Montado en un burro como el Señor, recorriste los caminos incansablemente buscando la oveja perdida, orando, predicando, amonestando y sanando. Te contemplamos como un perfecto discípulo de Cristo a quien cantamos: ¡Aleluya!

Icos XII

Ferviente intercesor nuestro ante la gloria de Dios, devolviste la paz a tu tierra y después de haber lidiado en buena batalla, devolviste tu alma pura al Creador, después de haber levantado por doquier templos donde se canta:

 Alégrate, tú que estás vivo en la tierra,

Alégrate, nuestro poderoso intercesor en el cielo.

Alégrate, pues nos consuelas con tus milagros.

Alégrate, tú que nos proteges del maligno.

Alégrate, tú que recoges nuestras oraciones presentándolas a Dios.

Alégrate, tú que proteges la fe ortodoxa.

 Alégrate, San Martín el Misericordioso, Santo Jerarca de Tours.

Condaquio XIII

 Apóstol de los galos e intercesor por la Iglesia, dejando tu cuerpo, ascendiste a la asamblea de los Justos, más como pastor no abandonaste a tu pueblo derramando abundantemente tus milagros sobre los que cantan al Dios Uno en la Trinidad: ¡Aleluya! (3 veces)

 Y el icos y el condaquio I

 Santo Dios… Santísima Trinidad… Padre nuestro…

Tropario, tono 4º

 Por tus señales y milagros eres célebre en toda la Galia y por la gracia eres luz para todo el mundo, oh Martín, bienaventurado de Dios. La limosna y la compasión llenaron de esplendor tu vida y tus enseñanzas y consejos son un tesoro que dispensas generosamente a los que te honran. 

S. ¡Santísima Madre de Dios, sálvanos!

L. Más venerable que los querubines e incomparablemente más gloriosa que los serafines; Tú, que virginalmente has dado a luz al Verbo de Dios, a ti verdadera Madre de Dios, te magnificamos.

 S. Gloria a ti, oh Cristo, Dios nuestro, esperanza nuestra, gloria a ti.

 L. Amén. Gloria al Padre… Ahora y siempre… Kirie eleison. (3 veces) Bendice, Padre Santo.

S. Que Cristo nuestro verdadero Dios, por intercesión de su purísima Madre, de los santos, célebres e ilustres Apóstoles, de los santos Mártires, gloriosos y triunfadores, de nuestros santos Padres Teóforos, de los santos y justos Ancestros de Dios, San Joaquín y Santa Ana, de San N. (Santo del día) cuya memoria hoy celebramos, de San N. (Patrón de la iglesia) y de todos los Santos, tenga piedad de nosotros y nos salve pues es bueno y amante del hombre.

 L. Amén.


Traducido del francés por el P. Hm. Nicolás (Vera)

 

No hay comentarios: